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El lirio, el pescado barato al que recurren los armadores para cuadrar las cuentas

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

M.MORALEJO

Veintiocho buques españoles piden aprovecharlo en «nuevas pesquerías»

02 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

De cada cien gramos, 18 son proteínas y el poco más de uno grasa, lo que lo confirma como pescado blanco. Por su parentesco lejano con el bacalao, al Micromesistius poutassou lo llaman en castellano bacaladilla, lirio en gallego. Su carne blanda y su tamaño complican su conservación, lo que, unido a su abundancia, lo convierten en uno de los pescados más baratos. A 59 céntimos el kilo se lo pagaron el año pasado a los pescadores en las lonjas gallegas. Al consumidor suele costarle más, entre cuatro y seis euros, una vez aplicados impuestos, tasas, márgenes comerciales y costes de los pescaderos, incluidas las pérdidas por su estrecho margen de conservación. Importante en las cuentas de los arrastreros de litoral, se consolida ahora para cuadrar balances de pesqueros de esa flota fuera del litoral y de otras que no suelen pescarlo de forma dirigida. En total, veintiocho buques, que reciben 17,85 millones de kilos.

A estos últimos no les interesa solo para el mercado del consumo en fresco, sino también —o más bien— para destinarlo a harina, ingrediente de alimentos de animales criados en granjas acuícolas y terrestres, así como de los domésticos, entre otros usos, como los fertilizantes.

Para sacarle el máximo partido a los 67,88 millones de kilos de lirio asignados en principio a la flota española, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cubre primero las necesidades de la flota de litoral, que este año dispone de 47,15 millones de kilos, así como las capturas accidentales en Gran Sol, donde propone un cupo por marea y barco de mil kilos.

Resuelto lo esencial, gran parte de la cuota nacional que queda se la brinda a los arrastreros del Cantábrico noroeste y a la flota de altura y de gran altura, para aprovecharlo en «nuevas pesquerías en el Atlántico nororiental, en una enorme área que va desde el Cantábrico al mar de Barents, tanto en aguas de la UE como internacionales de las subzonas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 12 y 14 las divisiones 8a, 8b, 8d y 8e.

A la convocatoria de este año se presentaron nada menos que 17 barcos de Gran Sol, 8 arrastreros de litoral, dos bacaladeros y un congelador del censo del Atlántico noroeste (NAFO). «En base a las peticiones recibidas» para lo que aún denomina nuevas pesquerías, Pesca les asigna cantidades de lirio que pueden capturar de forma dirigida, las zonas y los períodos de actividad.

En el momento de elaborar esta información todavía no era definitiva, pero a cuatro de los arrastreros de litoral les concede 500.000 kilos a cada uno, a otro 200.000 y a otros tres, 150.000 por barco; eso sí, solo para aguas españolas de la zona 8b. A 14 de los del censo de Gran Sol les otorga 500.000 kilos por buque, y a los tres restantes, 600.000, 400.000 y 200.000.

De los dos bacaladeros, uno repite con 5 millones de kilos y el otro dispondrá de 800.000. Y al congelador de NAFO le tocarían 1,2 millones de kilos.