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El chaleco autoinflable y la «rápida y acertada» reacción del patrón salvan a un marinero de un cerquero de Vigo

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

El cerquero Mi Nombre Cinco, en una imagen de Vesselfinder
El cerquero Mi Nombre Cinco, en una imagen de Vesselfinder L.P.G. / Vesselfinder

Accidentes Marítimos los considera «determinantes para que lograse sobrevivir» un tripulante del Mi Nombre Cinco

08 mar 2025 . Actualizado a las 04:46 h.

Cuando a un marinero se le engancha en el cuerpo una parte del aparejo en el largado y lo arrastra y cae al mar, «normalmente [...] lamentablemente termina falleciendo», según constata la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos. Pero un tripulante del cerquero vigués Mi Nombre Cinco pudo salvar la vida gracias a que llevaba puesto el chaleco autoinflable, a que le tiraron «elementos flotantes» y por «la rápida y acertada maniobra de recuperación ejecutada por el patrón».

Sucedió sobre las cinco de la madrugada del 5 de octubre del 2022, a unas seis millas al suroeste de las isla de Ons. Con doce tripulantes a bordo y otra persona ajena a la dotación, el pesquero estaba echando las redes al mar. Una rabiza (cabo) de una boya del aparejo se le enredó en un pie y «lo arrastró hacia popa, golpeándose contra la barandilla y finalmente cayendo al mar».

Con el chaleco salvavidas de trabajo, quedó en la superficie y consciente. El patrón «logró maniobrar la embarcación» para rescatarlo y otro tripulante «pudo cortar el cabo que tenía enganchado en la pierna, y se le izó a bordo». Herido, empeoró cuando el barco navegaba para desembarcarlo en Vigo. De ahí, a petición del Centro Radio Médico Español, despegó el helicóptero Pesca 1, que lo recogió y lo trasladó al Hospital Álvaro Cunqueiro, donde lo dejó minutos después de las seis de la mañana.

La Ciaim concluye que el hecho de que trabajase con el chaleco, que quedase atrapado por «elementos flotantes» del aparejo y la reacción del patrón del Mi Nombre Cinco «fueron determinantes para que, aun con heridas de consideración, el marinero accidentado lograse sobrevivir»

Maniobra de «elevado riesgo»

El análisis oficial determina que el tripulante «se enganchó inadvertidamente» en un cabo de una boya auxiliar de la red cuando la echaban al agua, «dado que la zona en la que supuestamente debe aguardar no estaba lo suficientemente alejada como para poder considerarse zona segura». De cualquier modo, prosiguen los técnicos, «el riesgo de atrapamiento en las maniobras de largado del arte no se puede eliminar totalmente, dado que no se realizan sin la intervención de los marineros». De ahí que apunte «que sería conveniente tratar de diseñar maniobras de largado que no precisen de la participación de los tripulantes».

Mientras tanto, los armadores y los patrones de cerqueros «deben de ser conscientes del elevado riesgo» y, en lo posible, poner los medios a su alcance para que los marineros «tengan un área segura a la que puedan retirarse una vez lanzada la boya y los cabos de tiro».