El conjunto blanquiazul cae atropellado por un Mallorca que además del gol estrelló dos remates en los palos
13 ene 2019 . Actualizado a las 22:55 h.El bache del Dépor se tornó en crisis con una nueva derrota en Mallorca, la segunda seguida a domicilio, donde cayó atropellado por un rival que lo superó en intensidad y fútbol especialmente tras el descanso. Los coruñeses transmiten ahora mismo sensaciones de equipo cuesta abajo y que en cada partido dan un nuevo paso para alejarse más de aquel que parecían ser. Además, todos sus defectos se volvieron a ver agudizados a domicilio, donde parecen enredados en una sopa boba de juego insulso y sin solución. Seis puntos de los últimos dieciocho retratan el mal momento de la temporada para un favorito al regreso a Primera que hoy puede caer a la quinta posición, justo antes de que abra la segunda vuelta contra el Albacete, el Sporting y el Granada en tres de las cuatro próximas jornadas.
rtido, disputado a rachas y sin dominador claro, pues si al Dépor le faltaron ideas, al Mallorca le bastó con apretar a un rival meditabundo. El equipo coruñés se vio lastrado por la empanada de su tridente de delanteros, incapaces de dar un último pase en condiciones, imprecisos y desafortunados en casi todas sus decisiones. Buscaban el remate cuando habían de centrar y disparaban mientras sus compañeros esperaban la asistencia. Ahí radicó una de las diferencias de la noche, pues enfrente Lago Júnior pasaba desapercibido hasta que se sacó de la manga la acción del partido, una carrera poderosa en la que ni se inmutó por el zarandeo de Expósito para lanzar un misil que se alojó en la red.
El plan de los tres delanteros ensayado por Natxo González se fue al traste antes del estreno por la lesión de Carlos Fernández. Borja Valle y Cartabia se alternaron en la mediapunta sin fortuna, mientras Quique olfateaba balones sueltos que nunca llegaron. No se entendió la ausencia de Expósito, quizá el más entonado de los mediocentros hasta la fecha, mientras en el lateral Bóveda sí que se convirtió en uno de los pocos cuyo rendimiento creció con el paso de los minutos.
Tampoco el Mallorca podía presumir. Hasta el descanso su mejor ocasión llegó en un córner que Raíllo casi alcanzó. El Deportivo chutó a puerta de forma inocente en dos ocasiones, pero ni siquiera llegó a asustar. Sí que se lamentó en ese tramo de que el árbitro no señalase una clara mano de Valjent en una jugada rápida en el área local.
Todo se desencadenó en una segundo período alocado, en el que el Mallorca olió sangre en casi todas sus acciones a balón parado. En un saque de falta en corto Sastre chutó al palo con suspense después de que su disparo pegase en Marí y, un rato después, Abdón Prats cabeceó al larguero.
El gol de Lago Júnior dio al Mallorca otra razón para dejar la iniciativa al Dépor, mientras este, sin brújula para llegar al área, solo supo contestar desde la estrategia. Cartabia botó una falta al punto de penalti, donde Duarte remató completamente solo y en plancha, pero a las manos de Reina. La más clara de los coruñeses llegó en el último suspiro, cuando el larguero escupió un remate de Christian Santos que golpeó en Raíllo. La crisis ya está aquí.