










Puerto deportivo, astilleros especializados y el efecto llamada la convierten en una pasarela de lujo
19 ago 2025 . Actualizado a las 20:02 h.La ría de Vigo se ha convertido en una pasarela en la que recalan, reparan y avituallan varios de los mejores yates del mundo, y hacen turismo sigiloso algunos de los invitados de sus megamillonarios propietarios. El Aviva, la embarcación de casi cien metros de eslora del dueño del Tottenham Hotspur, Joe Lewis, es el último palacio flotante llegado a Vigo. Atracado en el puerto deportivo de Marina Davila, en su interior cuenta con pista de pádel cubierta, ascensores, luces subacuáticas, sala de piano, moderno gimnasio y camarotes para los 16 pasajeros invitados del magnate al que se le calcula una fortuna de 5.300 millones de dólares.
La dársena de Bouzas, que ofrece junto a alguna más en la ría servicios exclusivos y amarres de gran calado, con capacidad para navíos de más de cien metros de eslora, se suma a la experiencia en construcción naval de astilleros y talleres expertos que hacen posible no solo la reparación, revisiones y avituallamientos de los yates de primer nivel, sino también su propia construcción, como se puso de manifiesto con el alumbramiento en la factoría de Freire Shipyard del Renaissance, el megayate de alquiler más caro del mundo, con sus tres millones de euros por semana.
La ingeniería y construcción naval viguesa creó lo que en el sector ha llegado a calificarse como «una obra maestra del lujo marítimo», con sus 112 metros de eslora y capacidad para 36 huéspedes, cuyo coste afrontado por su propietario, Gary Klesch, se cifra en 200 millones de dólares, con una factura anual de mantenimiento de 20 millones.
Made in Vigo
El «made in Vigo» del Renaissance ha atraído a otros yates nivel prémium con un efecto llamada, al que se afirma han llegado a contribuir personalidades como el ex jefe del Estado Juan Carlos de Borbón. A su amistad con la familia Al Zayed, su anfitriona en su estancia en Abu Dabi, se atribuye la elección del puerto vigués en la primavera del 2021 como punto de reparación del capricho naval de Jalifa bin Zayed, el Azzam, el yate de recreo más largo del mundo con sus más de 180 metros de eslora propiedad del emir de Abu Dabi y presidente de Emiratos Árabes. En más de 600 millones de dólares está valorado el navío que cuenta con 18 suites, discoteca, cine, piscina, spa y gimnasio, todo ello atendido por una tripulación de sesenta personas.
La pandemia y la llegada del Azzam semejó abrir la puerta de los megayates a los muelles vigueses, pues en paralelo a la reparación de la embarcación de los mandatarios de los Emiratos, también puso rumbo a Vigo el más que exclusivo yate Sailing Yacht A (SYA), un velero híbrido de 500 millones de dólares propiedad del millonario industrial bielorruso Andrey Melnichenko, al que se le calcula una fortuna de unos 18.000 millones de dólares. De recuerdo de Vigo la embarcación se llevó un rascazo de aproximadamente un metro en su casco propinado por un patrón pontevedrés que se había acercado demasiado con su velero y unos niños abordo al futurista yate. Tras la intención inicial de interponer una denuncia por unos daños que se antojaban cuantiosos para cualquiera, el capitán acabó por desistir tras comprobar que al final se había tratado de un arañazo que solo había dejado rastro de pintura del casco de la barca.
En ese mismo 2021 se acumularon otras muestras de lujo sobre el mar en Vigo como el Wayfinder, un megayate de alto nivel que se encaminó a astilleros Armón para realizar su puesta a punto. Pese a sus dimensiones, nivel y capacidad para 30 personas, el yate en realidad ejerce de embarcación auxiliar del Aqua, el navío cuya propiedad se ha dado por asignar mediáticamente a Bill Gates. El diseño interior del Wayfinder lo llevó a cabo el estudio vasco Oliver Design, que hizo doblete en Vigo en aquel abril de hace cuatro años con el Lord of the Highland, un yate reconvertido en hotel de lujo para 40 huéspedes, que opera fundamentalmente en Escocia. Y antes de acabar el mismo año también puso rumbo a los muelles olívicos el elegante superyate Solandge, del príncipe Muqrin bin Abdulaziz, al que le costó 150 millones su barco de 85 metros habilitado para 12 pasajeros.
Una larga lista
Igual de impresionante fue el paso por Vigo en el 2022 del Here comes the sun, yate del empresario polaco de televisión Zygmunt Solorz-Zak, al que se le atribuye un capital de más de 3.800 millones de dólares. Es el mayor barco construido por los astilleros Amels, de Países Bajos, uno de los más reconocidos mundialmente por los acabados personalizados de sus encargos.
El Octopus, el octavo yate más lujoso del mundo, con helipuerto para dos aeronaves incluido y también ubicación en su casco para dos submarinos, alcanzó igualmente las aguas de la ría viguesa con sus 126 metros de eslora hace dos veranos. Paul Allen, uno de los fundadores de Microsoft junto a Gates fue su propietario, con el título añadido de dueño del mayor superyate que no estaba en manos de un jefe de Estado.
El Bravo Eugenia, el Starfire o el Ocean Dreamwalker III, todos ellos grandes capitales sobre el agua, han ido engrosando en los últimos meses la lista de los yates modelo que han desfilado por la ría de Vigo, convertida en nudo náutico del lujo y de los millonarios, como atestigua además desde Aldán con cadencia estival el Valoria B del fundador del imperio Inditex.