¿Está acertando Begoña?

YES

Dafne Pérez | EFE

ESTÁ MARCANDO TENDENCIA EN LA AGENDA PÚBLICA DEL PRESIDENTE Parece que ha acertado apostando al rojo en el vestuario, porque no se ha escuchado un pero al respecto, sin embargo, su omnipresencia no ha caído muy bien en todos los sectores. Hoy, en YES ponemos en manos de profesionales el análisis de su figura, como ya hicimos anteriormente con Pedro Sánchez o con Pablo Iglesias.

10 dic 2018 . Actualizado a las 08:20 h.

El 21 de junio del 2015 la vida cambió en casa de los Sánchez Gómez. Pedro era proclamado, sin primarias, candidato socialista a la presidencia del Gobierno. Y desde ese momento, su mujer, Begoña Gómez, supo que acabarían ocupando la Moncloa. Ella misma se encargó de comentarlo en algún plató, y así se ha recogido en algún medio, en los debates a los que le acompañó durante la campaña del 20D. Con Ana Rosa, incluso fue más allá: «Yo estoy preparada. Va a ser lo que va a ocurrir». No se equivocó. Después de un camino de rosas y espinas acabó ocupando la residencia oficial del presidente del Gobierno. «Yo recuerdo su primera aparición pública, cuando se presentó Pedro Sánchez, en un escenario enorme, con la bandera de España, el vestido rojo... No me pareció mal en aquel momento, pero ya pensé: ‘¡Ojo, que estos van de Obama, y no me equivoqué mucho!’», señala Olga Casal, consultora de comunicación.

Como antes ya hicimos con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ponemos en manos de los profesionales el análisis de la figura de Begoña, que está marcando tendencia en la agenda pública. Sus estilismos han sido muy aplaudidos, jamás ha cometido un error en su vestuario; sin embargo, su omnipresencia está siendo cuestionada por su papel. «Y con razón, porque no tiene ningún cargo institucional. Es la esposa del presidente del Gobierno», apunta Mar Castro, experta en Protocolo.

No hay que olvidar que Pedro Sánchez tiene un empeño personal en la paridad, y ya ha roto muchas barreras en este sentido. Por eso no es de extrañar que quiera darle un papel y una visibilidad a su esposa en todos los ámbitos. Ambas expertas no tienen dudas de que detrás de esta exposición pública hay claramente una estrategia. «Lo que está haciendo la pareja son relaciones institucionales. Tienen la suerte de ser jóvenes, atractivos, están preparados, tienen buena imagen... Se están posicionando como líderes internacionales por lo que pueda pasar en un futuro». En esta aspiración algunos critican que Begoña esté atribuyéndose el papel de primera dama. «Sí, lo está haciendo, pero no creo que sea su intención», asegura Casal. Algunos medios se refirieron a ella así durante los actos conmemorativos del fin de la Primera Guerra Mundial en París el pasado mes de noviembre. «Nunca vayas a un acto como acompañante del jefe de Gobierno cuando no va la mujer del jefe de Estado -comenta Mar Castro- porque entonces ya estás diciendo cuál es tu objetivo». De «deslealtad institucional», califica Olga Casal la actuación de Begoña en la recepción de Brigitte Macron.

MUY BIEN ASESORADOS

Como experta en la materia, Mar Castro quiere dejar claro que los servicios de protocolo orientan, pero son el presidente y su mujer los que tienen la última palabra, y ya nos ha quedado claro que Sánchez quiere darle un papel a su mujer. «Que es excesiva su presencia todo el mundo lo puede ver y se comenta en muchos foros, pero ¿realmente a quién quiere eclipsar? Me parece fabuloso que acompañe a su marido cuando así lo requiera la situación, que no es ni mucho menos todas las veces que va, pero lo que es grave es que una profesional con una carrera sólida de repente está mandando un mensaje a las mujeres, que tanto lucharon por las oportunidades laborales que su papel es ser acompañante de», opina Mar, que está convencida de que han desoído las indicaciones de los servicios de protocolo, quizá deliberadamente o con una intención.

Otro gesto que no pasó inadvertido para las expertas fue el desembarco del matrimonio en Cuba. «Era una visita oficial, no de Estado, de 24 horas en la que había una serie de relaciones institucionales. Al ser una visita tan corta y con una misión tan clara, había poco margen para el lado social, ¿qué sentido tiene que ella lo acompañe?», considera Casal.

A la vista está que Begoña tiene una apuesta. Y no es al rojo, aunque lo pueda parecer.