Joseba Menoyo, fundador de Santiago Ways: «Un cliente de 96 años nos pidió hacer el Camino antes de morir»

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«Hacer la ruta xacobea es muy bueno para la salud mental», dice el creador de un turoperador «online» que lo organiza todo para que el peregrino tan solo se preocupe de caminar
16 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace mucho tiempo que el Camino de Santiago dejó de ser un turismo religioso, para Joseba Menoyo es más espiritual, «el cambio más importante es que hacerlo ha dejado de ser una penitencia». Hace una década, el vasco ayudó a sus padres a organizar el peregrinaje a Santiago y se dio cuenta de que había un nicho de mercado sin explotar; en el 2016 fundó Santiago Ways, un turoperador online especializado en la ruta xacobea que hoy en día lidera el sector y que cerró el 2024 con una facturación que superó los 30 millones de euros.
—¿Cómo ha cambiado la empresa en todos estos años?
—Empezó siendo un pequeño proyecto de autoempleo y hemos escalado a nivel global; pero lo que más ha cambiado ha sido el consumidor; ha aumentado la edad del cliente que organiza su viaje por internet y también su origen: al principio eran españoles, hoy en día el 80 % de nuestros clientes son de fuera.
—¿Cómo llegan hasta vosotros?
—Gran parte de los clientes vienen recomendados, confían en nosotros porque tienen un amigo o un familiar que hizo el Camino de Santiago con nosotros y le fue bien.
—¿Hay algún cliente que recuerdas especialmente?
—El que más me marcó fue un hombre de 96 años que quería hacer el Camino antes de morir. Lo consiguió y, al regresar, nos mandó una carta muy emotiva. Tuvimos un cuidado especial para preparar aquel viaje.
—¿Qué es lo más difícil de organizar de esos viajes?
—Lo más complicado es adaptar todos los servicios contratados a los imprevistos que pueda haber; por ejemplo, si un cliente se hace un esguince en Logroño y tiene que parar unos días, hay que mover todos los alojamientos y servicios siguientes. Tenemos asistencia en ruta en todos los concellos. Es complejo a nivel logístico, pero es la clave de nuestro negocio.
—¿De qué países vienen principalmente vuestros clientes?
—Nuestro punto fuerte es el mercado anglosajón, sobre todo Estados Unidos, España está de moda en este país. También vienen muchos surcoreanos y de países de América Latina, sobre todo de México, Colombia y Argentina. Hay gente de estos países que ahorra cuatro o cinco años para hacer el Camino y, sin embargo, hay estadounidenses que desconfían porque nos ven demasiado baratos.
—¿Y cómo ha cambiado la ruta xacobea en esta década?
—Hasta el 2016 era más un turismo religioso, hoy en día esa parte es minoritaria, es más un turismo espiritual; tenemos clientes de todo tipo de religiones que buscan ese momento de reflexión. Lo que ha cambiado enormemente son los alojamientos, peregrinar ha dejado de ser una penitencia.
—Cada año las cifras de peregrinos crecen, parece que es un modelo turístico que no tiene techo.
—Creo que en cuanto a turista español sí que se ha tocado techo, pero con el extranjero tiene margen de crecimiento para muchos años. Son peregrinos con buen nivel adquisitivo y nuestra actividad económica ancla población en la España rural que atraviesa las diferentes rutas. Es algo que me enorgullece.
—¿Cómo se están adaptando los alojamientos para estos clientes?
—Cuando empezamos había muchas pequeñas localidades sin alojamientos de calidad, pero el Camino se ha profesionalizado mucho.
—Vuestro público mayoritario tiene una edad avanzada, ¿atrae el Camino a los jóvenes?
—La influencia de figuras públicas han rejuvenecido el perfil del peregrino; transmisiones en vivo como las de Ibai Llanos o el Xocas han despertado el interés de millones de seguidores y, aunque son menos, también se están animando a desengancharse de las redes sociales y vivir experiencias más presenciales. Es un viaje en el que se reflexiona mucho y para la salud mental viene de maravilla.