
Dos adultos y dos perros. Ante las dificultades para viajar con acompañantes caninos, Ángeles optó por ofrecer ella misma un servicio que garantice de antemano a sus clientes alojamientos y restaurantes donde las mascotas son bienvenidas
02 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando la familia es numerosa, viajar no es tan sencillo. Ya sean sus integrantes humanos o animales. Eso lo sabe bien Ángeles Paz Quintas que se animó a montar Rekunchos, la primera agencia de viajes pet friendly de Galicia, entre otras cosas, por necesidad. «Adoro los perros, eso lo primero, y además tengo dos bichos, me muevo mucho con ellos, y es algo que necesitábamos porque era imposible saber a ciencia cierta si podías ir a un sitio con ellos», dice esta enamorada de Galicia, que gracias a otro proyecto en el que trabaja, una productora con drones, está especializada en turismo y tiene la suerte de conocer lugares poco «masificados» y poco «conocidos» de la comunidad, perfectos para viajar con animales.
Señala que «cada vez hay más «perretes», y aunque hay mucha información y puedes buscar en internet pisos, casas, etcétera... La realidad que te encuentras es otra, y siempre vienes defraudado». Por eso a principio del año pasado comenzaron —Santi Novas es su socio en esta aventura— a preguntarse si era un problema particular o afectaba a todos los dueños de mascotas cuando quieren salir de casa por unos días. Asistieron a ferias y eventos para escuchar de primera mano cuál era realmente la problemática, y cuando plantearon la idea que tenían en mente, confirmaron que se trataba de una opción muy interesante. «Ya solo con que habláramos con hoteles donde poder llevar a tus perros sin ningún problema, ni de peso, ni de raza, ni de que pueden dormir aquí o tienen que hacerlo en otro lado, se les notaba la cara de alivio». Se pusieron en marcha y, después de meses de mucho papeleo, en octubre del año pasado obtuvieron la licencia de agencia de viajes dirigida a familias con perros, la primera de Galicia. «Somos los únicos, hay otras agencias que hacen esto, pero no están especializadas». Porque ellos no organizan otro tipo de viajes, ni de escapadas, ni experiencias. Todo lo que hacen está pensado para moverse con perros.
Dice que dejarlos en una guardería perruna es otra opción, que hay que valorar según las circunstancias, pero si eres de los que prefieres moverte con tus mascotas, disfrutar con ellas de unos días fuera de casa, y que ellos también disfruten, hay que organizar muy bien las salidas antes de poner un pie fuera de casa.
En Rekunchos ofrecen dos tipos de actividades. Por una parte, escapadas de fin de semana por Galicia, pensadas también en el turismo que venga de fuera y que necesite asegurar un alojamiento o restaurante pet friendly antes de iniciar su aventura, pero también ofrecen rutas y experiencias para los propios gallegos que quieran pasar un día distinto fuera de casa. Trabajan de manera personalizada, adaptándose a las preferencias y necesidades de cada cliente, por lo que no necesitan que se forme un grupo. «Lo primero es ver qué perro tienen, porque a veces es mayor, otras, muy joven, y eso influye. Si ya traen un destino en mente, entonces localizo hoteles en esa zona, con algunos ya trabajo de manera regular, y restaurantes, que es el talón de Aquiles del turismo pet friendly, es en lo que más tenemos que avanzar. También les busco lugares que puedan visitar, acordes siempre con el perrete. Les digo: ‘Tienes rutas más largas, pero esta en concreto se puede adecuar mejor, porque es más plana...'. Siempre dependiendo de lo que ellos me digan. Igual su perro no hace senderismo, o quizás sí está acostumbrado a hacer deporte. O puedo buscar una visita a un museo. Hay que adaptarse a las circunstancias. Al final, lo que quieren es disfrutar todos».
Antes de ofrecer un alojamiento o un restaurante, Ángeles lo estudia a fondo. Lee todos los comentarios, revisa las condiciones, los suplementos, consulta si tienen algún kit especial para perros, así cuando visita las instalaciones, —intenta probarlas antes, siempre que puede— ya tiene un poco claro «por dónde se mueven». Una vez in situ comprueba muy bien el recinto. Por ejemplo, si son casas, es imprescindible que estén cerradas. «Siempre hay una investigación previa. Las rutas como las escapadas también hay que visitarlas, testarlas, normalmente lo hago con mis perros, y eso me lleva un tiempo, pero al hacerla ya veo si es buena para ellos: si hay sombra, si hay zonas de agua, si hay muchas rocas... Valoro todo». Eso en cuanto al terreno, pero Ángeles también mira con lupa la gente de la que se rodea. «Necesito que tengan las mismas afinidades que yo, ya sean guías de turismo, de alta montaña o de media montaña. Que les gusten los perros, porque si no, te sientes incómodo, y no vas a desarrollar bien tu servicio, y para mí eso es lo más importante. Es fundamental que vayan a su ritmo. Yo sé que muchos guías tienen un tiempo, pero estas rutas son más tranquilas, más reposadas. Si hay que parar para que ellos beban, se para; si hay que descansar un rato, se descansa, o se hace más corta, pero siempre pensando en ellos». «Si tú ves que tu perro está mal —apunta—, que está muy agitado o que tiene mucho calor, tú lo pasas mal. Hay que encontrar un equilibrio, y a veces es peliagudo».
Ahora mismo acaba de organizar una escapada para dos parejas y cuatro perros en la Costa da Morte, aunque en un principio iban a ser seis personas y nueve animales. «Es un paraíso toda esa zona. Yo fui a visitarla, estuve ahí, hice rutas, y me parece ideal para disfrutar y desconectar», señala.
Cuando hay dos o más animales, asegura, las opciones se reducen considerablemente. «Y cuando empiezan a tener tamaño, los alojamientos ya suspiran, se les hace difícil», indica Ángeles, que hace unos días en Pata Pata, una feria sobre animales de compañía que tuvo lugar en A Coruña, pudo constatar que el 85 % de las personas que acudían a ella en busca de alternativas eran dueños de animales grandes. «Que conste que si tienes perros pequeños, y tienes más de uno, tampoco es fácil», apunta.
«NO SE TRATA DE ADMISIÓN»
El problema empieza cuando hay más de uno o son de gran tamaño. «Ni en mis rutas ni en los locales u hoteles con los que yo colaboro esto puede ser una limitación. Puede serlo el espacio, la logística, algo lógico. Tengo cuatro perros, y a lo mejor la habitación no tiene la comodidad suficiente para tantos, eso lo puedo entender. Pues habrá que buscar otra habitación u otro sitio. Pero no hay ese impedimento, ni por tamaño ni por raza. Y ya no te digo en los restaurantes: quieren que sea pequeño y que sea bueno. Me ha pasado a mí, que tengo dos perros grandes, de preguntar si pueden entrar y que me dijeran: ‘No solemos admitir perros, lo que pasa es que este es muy bueno y siempre viene'. Tiene que madurar todavía un poquito más el tema, sobre todo en algunos sectores».
"Busco hoteles y restaurantes, pero también dónde pueden tomar café”
A ojos de Ángeles no se trata de una cuestión de admisión, sino de consideración. «Ellos son parte de la familia y son uno más, tienen que tener las mismas consideraciones. Cuando vas a un local y les ponen su cacharrito para beber, su snack, lo atienden, le dan caricias, eso ya es otra cosa. Además, quienes nos movemos con perros somos muy fieles, donde los tratan bien, volvemos. Y corremos la voz». Pero aunque nos falta recorrido a la hora de tener en cuenta sus necesidades en ciertos servicios, confiesa que en los últimos años ha habido un cambio de mentalidad «muy notorio». «Ya hay muchos negocios, que no son alojamientos ni restaurantes, por ejemplo, librerías, en los que son bienvenidos. Generalmente, es gente que tiene mascota y que a la hora de abrir sus negocios ya cuentan con ellas. Es un cambio que va a ir poco a poco, porque, como en todo, hay un aprendizaje. La gente está insegura a la hora de aceptar la entrada de mascotas, no saben qué medidas tomar... Y esto también hace que se ralentice todo». Ella tiene claro que en el momento en que un alojamiento o un hotel decide ser pet friendly tiene que «tenerlo muy claro». «Si no quieres, estás en todo tu derecho, pero si lo eres, lo eres sin condiciones: peso, raza, tamaño... Aunque también necesitamos que las instituciones promuevan más formación para que la ley esté clara. Que no sea todo tan ambiguo que haga que la gente dude qué medidas tomar, cómo hacer, porque, al final, cuando llamas a una institución y no son claros, eso genera incertidumbre, y echa para atrás».
"La hostelería es el talón de Aquiles del turismo ‘pet friendly'”
En esa carrera de fondo, ya hay destinos que están tomando la iniciativa, como A Coruña. «Está viéndose muchísimo local pet friendly. Y no es solo una cuestión de admitirlos o no, sino que tienen otra visión. Son zonas donde la gente que tenemos perros queremos ir. Pontevedra yo creo que es la que más atrás va, la menos accesible a la hora de encontrar alojamientos, restaurantes. No es que no la recomiende, pero es un poco más difícil. Al final, yo tengo que ofrecer de todo, y tengo que organizar desde dónde va a alojarse, a comer o a tomar un café, para que el cliente esté tranquilo. Que sepa que no va a haber ningún problema, y que su perro va a ser bienvenido, no pensar en si me lo van a aceptar o no», explica Ángeles, que cree que detrás de muchos rechazos está el desconocimiento. «No saben compatibilizar a la gente que tiene perro con la que no lo tiene. Se excusan en que puede haber ruido, (también lo puede haber con otra cosa), que manchan más, que pueden molestar a otros clientes. Yo creo que no es así, pero es tan fácil como tener una zona más alejada o acristalada, más adecuada». Lo que está claro es que el mundo pet friendly ha llegado para quedarse.