
La comida coreana, y especialmente su característica parrillada de carne al centro de la mesa, se extiende por toda la comunidad
06 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Nobel de Literatura 2024 a Han Kang no fue una sorpresa, sino la confirmación de una tendencia cultural que lleva años ganando fuerza. El K-pop, con grupos como BTS o Blackpink, lleva más de una década liderando escuchas y conquistando audiencias globales. En el 2020, Parásitos se convirtió en la primera película de habla no inglesa en ganar el Óscar a Mejor Película, un hito que consolidó el poder de Corea del Sur. Y entre medias, siempre estuvieron las series. Desde facturas de Netflix como El juego del calamar a Estamos muertos o Reply 1988, la televisión coreana no solo entretiene, sino que emociona y conecta con públicos diversos. Este fenómeno tiene nombre propio: Hallyu, u ola coreana. Y está alcanzando hasta la gastronomía, con un bum de parrillas surcoreanas por todo el territorio gallego.

En A Coruña, uno de los referentes de esta ola es Seul’s Grill, en Juan Flórez 76, una auténtica barbacoa coreana abierta el pasado año. Su copropietario, Dok Rea, explica así el fenómeno cultural de su país: «Corea siempre ha sido un país exportador, pero ahora tocaba mostrar también nuestra cultura». Así, este auge global no le sorprende, y asegura que estaba, en cierta medida, planeado. «Somos también muy fuertes en arte y danza. Esto no es una moda pasajera».
Dok habla un castellano perfecto porque creció aquí, aunque vivió más de una década en Corea, donde se casó y nacieron sus hijos. A pesar de su vínculo con Galicia, ha preferido no fusionar sabores. En lugar de eso, abrió esta parrilla como extensión de Seul Soul, el restaurante coreano que regenta a escasos metros. Aquí no hay bufé ni concesiones: hay brasas reales y recetas auténticas. «Somos los únicos en A Coruña que cocinamos con brasa de verdad. El camarero trae el carbón encendido con una pala hasta la mesa. Es más trabajo, pero marca la diferencia. Esto es lo que te vas a encontrar en Seúl. Sin fusiones». Solo en su otro restaurante, Seoul, permite un enfoque más callejero y tradicional, pero siempre fiel a sus raíces. «Queremos que la gente conozca lo que realmente es nuestra cultura».
A pesar de este carácter auténtico, Rea explica que la parrilla coreana sería como una especie de churrasco: informal, sabroso y perfecto para compartir.
El menú incluye panceta de cerdo, el corte más típico en Corea; lomo bajo madurado, aguja de ternera, y pollo marinado que, a la brasa, adquiere un sabor especialmente intenso. Todo se prepara en la mesa, lo que hace la experiencia más cercana y divertida. «En Corea es lo habitual: te lo cocinas tú, o te lo hace un camarero si el sitio es más lujoso», concluye.

DE CARNE GALLEGA
Cruzar las puertas del restaurante coreano Reply 1988, ubicado en el polígono comercial de A Gándara, en Ferrol, es adentrarse en el paraíso de los amantes de la carne. «Nuestros platos estrella son las carnes, son muy importantes en la gastronomía de mi país. Y la carne que utilizamos aquí es gallega», explica Feli Jiang, una de las responsables del establecimiento. El Reply 1988 abrió sus puertas durante las pasadas Navidades y, desde entonces, ha recibido una gran acogida. «A la gente le está gustando mucho la comida coreana», destaca. Y es que la cultura coreana ha invadido muchos ámbitos de nuestra vida, como el mundo beauty, la música, la estética, y cómo no, también la gastronomía, con el fenómeno k-food.
La propuesta de este restaurante es un bufé libre al estilo parrillada coreana que engancha. Uno se sienta, va pidiendo sus antojos y buena parte de la propuesta la cocina él mismo en las parrillas que coronan el centro de cada mesa. El precio oscila entre los 20 y los 30 euros. «Tenemos clientes asiduos que ya han venido varias veces», apunta Feli. En la carta, además de una amplia selección de carnes para la parrilla —secreto ibérico, ternera, entrecot...—, también destacan sus salsas caseras, que aportan el toque final a cada plato. Los banchan —tradicionales entrantes coreanos— no faltan: kimchi, encurtidos, bibimbap... ni tampoco las variedades de ramen, arroces, pescados, mariscos y, por supuesto, postres como el mochi de maracuyá o el helado de pistacho, que son especialmente apreciados por los clientes.
Sin embargo, lo que más llama la atención del Reply 1988 es su exterior: unas impresionantes estructuras que simulan iglús. Por ahora, estas cúpulas solo pueden utilizarse para tomar una bebida mientras se espera la comida, pero Feli adelanta que en un futuro próximo esperan poder habilitarlas con parrillas. «Llaman mucho la atención entre la gente, pero aún no están disponibles. Estamos ultimando la extracción de humos, por eso de momento solo se pueden utilizar para tomar algo», explica.
El equipo del restaurante, con Feli a la cabeza, se muestra ilusionado con la buena acogida y con la posibilidad de seguir creciendo. «Queremos ofrecer una experiencia coreana completa, no solo en la comida, sino también en el ambiente y el servicio», concluye.

LLEGÓ CAMINANDO
Numaru es un ejemplo de todo lo bueno que llega por el Camino de Santiago. Yoon trabajaba en una empresa en Andalucía y en el 2009 recorrió por primera vez la Ruta Xacobea, de la que se enamoró. En el 2014 decidió darle un vuelco a su vida para instalarse en Santiago, la ciudad en la que tan bien se sentía al terminar sus largas y reflexivas caminatas. Numaru fue su plan de vida. Significa «casa de invitados especiales», y eso es lo que intentó trasladar cada día en un pequeño restaurante cercano al campus universitario compostelano. Su éxito tiene que ver con la perseverancia y el respeto por la rica gastronomía de su país, de la que fue elaborando unos pocos platos que entusiasmaban a locales y foráneos, incluidos compatriotas que se interesan por su trabajo en Santiago. «Me escriben y hacen reservas cuando están acabando el Camino», y las buenas críticas que le dejan son la mejor garantía de que las cosas siguen en la buena línea inicial.
Cuando su primer local se empezó a quedar pequeño y la cocina no daba para más —creció también con el reparto a domicilio— pensó en abrir un nuevo restaurante, este en el barrio de Vista Alegre, en la otra punta de la ciudad, pero en vez de reproducir la carta, que tenía un punto moderno y callejero, optó por darle una oportunidad a platos más clásicos de su país. La base es similar —variedades de pollo, cerdo, fideos, sabrosas empanadillas— siempre con diferentes puntos de picante que deben vigilar los más sensibles. Abrió en el 2020, en plena pandemia, pero pronto consiguió darle vuelo gracias a la multitud de aficionados a la cocina coreano que acumuló como hostelero en los primeros seis años de una experiencia en la que le acompaña su mujer, Kim, y un creciente equipo con el que tiene muy buena sintonía.
La tercera pata de su proyecto vital en Galicia es Damta Numaru, que inauguró recientemente en Área Central. Y de nuevo, sobre la base y el respeto a la cocina de su país, le dio una vuelta de tuerca para acabar especializándose en kimbap, un popular plato que podría asemejarse al sushi, pero que es completamente diferente en su interior, y por tanto, tiene un sabor distinto. También lo hacen con pollo, cerdo o tofu, que es la opción vegetariana. Lleva alga nori, como el bocado japonés, pero tiene otras peculiaridades, como el aceite de sésamo. Una idea arriesgada por su compleja elaboración y el tiempo que requiere de producción, y que Yoon equipara a nivel práctico con un bocadillo o un pincho de tortilla, porque es lo que se lleva en Corea en una excursión del colegio o un pícnic.

MÁS DE 80 PLATOS
El mundo de la restauración no da tregua. En el ámbito asiático, la avalancha de locales donde se puede tomar ramen en Galicia (que ya son muchos más que los locales donde te puedes tomar un caldo gallego) ha saturado bastante el mercado. Para solucionarlo, llega otro modelo que también empata con los gustos del viejo continente, aunque el escenario sea muy distinto. En Vigo acaba de abrir hace apenas un mes la primera barbacoa coreana. Llega de la mano de la cadena china UMI, que instaló su primer establecimiento en la playa de Samil a finales del 2022. Dos años después abrían otro en el centro comercial A Laxe, un local con capacidad para más de 200 comensales y un tercio del espacio ocupado por la sección Umi Ramen. Pero no funcionó como esperaban, por lo que han dejado atrás el caldo nipón para dar cabida a la parrillada asiática.
Se llama UMI BBQ y ofrece un menú bufé con más de 80 platos. Xiao, la encargada, explica que los clientes pueden degustar en esta zona los platos de la carta de sushi, pero no al revés, porque el quid de la cuestión es la mesa, que lleva también lleva integrada la parrilla para que los comensales manejen ellos mismos lo que van a comer, y si lo quieren más o menos pasado, básicamente.
Es algo parecido a lo que ya existía en muchos establecimientos del país, el hornillo portátil para pasar la carne a la piedra, pero en versión puesto fijo, con muchos más ingredientes y tipos de productos cárnicos, variedad de verduras, mariscos o arroces y un festival de salsas que son el alma de la churrascada exótica. A esto se añade la posibilidad de acompañar el menú con unos refrescos de diferentes sabores a frutas que son también coreanos.
Para quien disfruta saliendo a comer fuera de casa para terminar dando vueltas a las chuletas en un comedor con público y atufando a todo el restaurante, la barbacoa coreana es una opción aún más exótica, perfeccionada, sin humos y relajada, y con una decoración no tan agresiva y atiborrada de iconos del cómic y el anime como los nuevos templos del ramen. La empresa de hostelería, que está abriendo nuevos locales por el norte de España, prepara un segundo espacio para la barbacoa coreana en la playa de Samil utilizando la misma fórmula, colocarlo al lado del primer UMI Sushi, donde trabaja un robot gato de camarero.