El filme del director italiano Marco Simon Puccioni utiliza la reconocible lata de 500 gramos de patatas para decorar el salón de uno de los protagonistas de su película
Un año y pico más tarde, con la mascarilla en el bolsillo, por fin podemos volver a esnifar esta ciudad nuestra que llevamos clavada, no sé si en el alma, pero desde luego, sí en la pituitaria
Se crio en el bar de sus padres y en el cine que tenía pegado pared con pared a ese establecimiento, «la mejor escuela», dice Candela, que huye de su imagen de tía fuerte. «A los 40, cuando dejas de estar follable, nos pintan tristes, enfermas y apagadas»