Serio y riguroso en su trabajo, aunaba su perfil técnico con su popularidad en la ciudad gracias a sus múltiples facetas profesionales, entre ellas su reconocimiento internacional como árbitro de balonmano
Fue, con la complicidad del párroco Francisco Justo Carou, impulsor de la Semana Santa en Boiro con la fundación de la Irmandade do Cristo da Misericordia
El lucense, de 65 años, murió este viernes tras ser arrollado por una furgoneta en Xermade. Trabajó toda su vida en un negocio de recambios para automóviles y era un apasionado ciclista
Abogado gallego, participó en algunos de los casos más conocidos de España, sin descuidar sus inquietudes políticas. Falleció ayer en A Coruña a los 89 años