Tenía 84 años y en el 1996 la revista musical británica mensual «Mojo» lo nombró el segundo mejor guitarrista de todos los tiempos, después de Jimi Hendrix
«Me dijo que luchase y yo voy a luchar», advierte su mujer; el caso de este guardés fue atípico, porque vivió trece años con una enfermedad que suele durar entre dos y cuatro