Quienes dibujan en la calle suelen respetar espacios decorados. Por eso, comerciantes y particulares han empezado a apostar por los grafitis como fórmula contra las pintadas. El problema es que hay quien no respeta nada.
Beatriz Mato abogó por la elaboración de un plan integral consensuado y a largo plazo para abordar «uno de los problemas que más preocupa a los ciudadanos»