Aún quedan tres días de fiesta por delante en un evento que todavía apuesta por las chanclas, el sol, la costa y la idea de un gran festival de pequeño formato
Lo que se ya conoce invita a soñar. Lo que aún se guarda en un cajón es para encender fuegos artificiales en los corazones. Pero la irrupción en las últimas semanas de la variante ómicron ha obligado a poner los puntos suspensivos a un año que puede ser histórico