La invasión a Ucrania ya representa una derrota estratégica que el presidente ruso se empeña en ocultar, así como la pérdida de estatus global de su país
Moscú entrega a Kiev 215 soldados, de los cuales 108 pertenecen al Batallón Azov, que combatió en Mariúpol, y otros diez son voluntarios extranjeros, a cambio de 55 militares rusos y del oligarca prorruso Viktor Medvedchuk, padrino de una de las hijas de Putin
El antiguo jefe de Estado, que huyó del país tras las protestas del Maidán en el 2014, cree que su sucesor debe frenar el derramamiento de sangre «a toda costa»
Pese a las tensiones entre el presidente ruso y Alexánder Lukashenko y a que descarta una intervención militar, Putin prefiere mantener por ahora en el poder a su polémico aliado
La sorprendente acción del presidente ucraniano, que invitó al Gobierno a presentar su dimisión en pleno, no cayó en saco roto; minutos después de su discurso, el ministro de Defensa anuncia que dimite