Volver
';

Desayuno de domingo con... Juan Eslava Galán: «Cuando hay sangre de por medio, siempre se exacerban los deseos carnales»

Arjona (Jaén), 1948. Soy escritor y publico 'La historia de la Revolución francesa contada para escépticos' (Planeta). Diez apasionantes años que cambiaron las democracias occidentales.

Viernes, 03 de Noviembre 2023, 11:48h

Tiempo de lectura: 3 min

XLSemanal. Es tan divertida su forma de historiar que siempre me pregunto si los personajes son reales o se los inventa.

Juan Eslava Galán. Los históricos son reales, claro, y la gente del pueblo la fabrico yo, pero todo lo que dicen y hacen ocurrió y está documentado.



XL. Adéle la Tremenda, por ejemplo, esa mujer cuyas palabras fueron las últimas que escuchó Luis XVI antes de ser decapitado –«Va te faire enculé!»–, ¿existió?

J.E.G. Para no multiplicar los personajes, en ella concentro a las pescaderas de Versalles y de otros mercados de París, que tuvieron mucha participación en la Revolución francesa; pero la anécdota y la frase que dijo son perfectamente reales.

XL. Las causas del inicio de la Revolución son casi actuales: el cambio climático por la erupción de un volcán, la crisis económica por las guerras en Europa, la carestía de trigo y de alimentos básicos…

J.E.G. Sí, sí [ríe], la historia se repite y nos hace esos guiños para que aprendamos. Lo que pasa es que nosotros no aprendemos.

XL. Alude mucho a las monarquías europeas, pero ninguna, mucho menos la española, reconozca, era tan absolutista ni tenía un comportamiento cercano, ni de lejos, al de la francesa, con una nobleza 'estabulada' –según sus palabras– en Versalles y entregada al lujo, a las orgías y a todo tipo de aberraciones.

J.E.G. Sin duda, el de Francia es un caso extremo; por eso estalló allí la Revolución. En España solo hubo una 'minirrevolución' (el motín de Esquilache). Pero había una minoría que no pagaba impuestos y que abusaba de la mayoría y se reservaba todos los puestos de la Corte, de la Administración y del Ejército.

«Los principales partidos políticos en España se están rifando los jueces para manipular contra la democracia. ¡No aprendemos!»

XL. En el libro explica la teoría sobre la división de poderes de Montesquieu y…

J.E.G. Y añado [ríe] el comentario de cómo, 250 años después, los principales partidos políticos en España se están rifando los jueces para manipular contra la democracia, sí. ¡No aprendemos!

XL. Ha publicado una decena de libros sobre sexo y entiendo que es un experto en la materia. Pues bien, explíqueme cómo en sus revoluciones ligan, extraordinariamente y a partes iguales, clérigos, reyes y reinas, nobles, villanos, feos, obesos, fétidos y galanes.

J.E.G. ¡Jajaja! Digamos que solo soy un aficionado. Yo creo que cuando hay sangre de por medio siempre se exacerban los deseos carnales. Los seres humanos ante el Tánatos nos decantamos por el Eros, y en este libro más porque son franceses... y ya se sabe que son muy aficionados al asunto [ríe].

XL. En estos momentos hay más de cincuenta guerras activas en el mundo y la más antigua de todas es la más actual, la de Israel y Palestina, ¿es susceptible de ser contada para escépticos?

J.E.G. Es una guerra muy compleja, porque es la lucha de una democracia occidental que está cayendo en modelos dictatoriales contra una masa que vive anclada en la Edad Media, entonces difícilmente se pueden entender. En los países occidentales la Revolución Francesa acabó con el Antiguo Régimen, pero el Islam nunca ha tenido una revolución que acabe con el régimen medieval en el que vive como religión.


«Una tostada de pan (que hago yo) con aceite picual de Jaén, tomate y jamón ibérico. Un zumo de naranja, un vaso de leche de soja y, a veces, una manzana».