QUÉ HACE AHORA... Alcalde de Muxía cuando ocurrió el Prestige: Después de tres mandatos en Muxía, dos con mayoría absoluta, incluso después de gestionar la catástrofe del Prestige, disfruta de su jubilación «fóra da primeira liña, pero non da política»
13 nov 2019 . Actualizado a las 20:46 h.Cuando recibió la primera llamada tan temprano, «sen estar esperando nada especial» aquella mañana de noviembre del 2002 ya supuso «que era algo importante». Presidencia de la Xunta le informaba de un barco a la deriva, y al acercarse al santuario de la Barca, vio «a gravidade do que estaba pasando».
Aquella primera imagen del petrolero Prestige, que acabó desencadenando la mayor tragedia ambiental de la historia reciente de Galicia, dio paso a meses frenéticos para los que nadie estaba preparado, y a que Muxía y la Costa da Morte ganasen una visibilidad en el mundo que ha dado lugar a una revolución turística. Por eso Blanco defiende que «o Prestige foi unha traxedia, un desastre ambiental, pero tamén unha oportunidade», que trajo relevancia mediática e inversiones como la del Parador de Muxía, pero que incluso podría haber servido para revitalizar la zona y frenar el drama demográfico, de no ser por algunas decisiones que considera erróneas del bipartito.
«Chegaron a botarnos a culpa ao Concello de Muxía»
«Tíñamos un tractor e o primeiro que fixemos foi mandalo á praia de Lourido que nos parecía que era o máis afectado. Compramos material, varios millóns de pesetas, e comecei a recibir chamadas. A primeira da Universidade de Alcalá de Henares. Ían vir 150. Había que darlles cobertura: acondicionamos albergue, polideportivo, escolas... Ninguén era responsable dun accidente. Non foi algo que tivésemos decidido nin no que houbésemos participado. Chegaron a botarnos a culpa ao Concello de Muxía, que xa me dirás que culpa tiñamos nós», resume el exalcalde, quien censura el aprovechamiento político del movimiento Nunca Máis porque, en un momento en el que llegaba apoyo desde dentro y fuera de España, se dedicaron «a criticar en vez de axudar». Defiende por contra la actuación de la Xunta y del Gobierno central, que ostentaba su partido, el PP, porque «de seguido apareceron aquí e tomáronse medidas moi importantes, como as primeiras axudas aos mariscadores e mariñeiros», que era por lo que él más temía. De hecho, la crisis no le pasó factura y revalidó la alcaldía con mayoría absoluta en las elecciones municipales del 2003.
En el 2007 empató a seis concejales con el PSOE, que pactó con el BNG y le apartó de la alcaldía. Pasó cuatro años en la oposición y, al final, abandonó «a primeira liña política, que non a política, porque sempre segues aí cando che piden algunha colaboración».
«Perpetuarse de alcalde é moi fácil, chega con non facer nada»
Ahora disfruta de su jubilación, de «vivir un pouco a vida» después de años de mucho ajetreo, porque dice que «perpetuarse de alcalde é moi fácil, chega con non facer nada. Pero, se queres algo tés que moverte. Da moitos momentos de satisfacción pero tamén desgasta moito», concluye Blanco.
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