El café se hace sofisticado en A Coruña, donde todavía hay bares que lo sirven a un euro: «No es una moda, es una evolución»
SABE BIEN
en A Coruña todavía no nos hemos europeizado»
CAFÉ CON LECHE
El café en origen vive una escalada histórica, un encarecimiento que no frena la popularidad de la bebida, cuyo precio medio tiende ya hacia los dos euros
07 nov 2025 . Actualizado a las 16:07 h.Si los cafés hablasen, sin duda, darían cuenta de importantes cambios desde que en el 2002 dijimos adiós a la peseta. Un salto que marcó un nuevo umbral para la bebida estrella de las cafeterías. Hoy, sin embargo, los establecimientos donde no supera el euro son testimoniales en A Coruña, donde el precio medio está ya en torno al euro y medio y la tendencia es que, poco a poco, se acerque a los dos.
La popularidad de la bebida estimulante, con todo, no ha decrecido tras la escalada de precios en origen registrada en el 2024, y que se mantuvo durante los primeros meses del 2025. Su fidelidad entre los consumidores, después del agua, y junto al té, no tiene rivales, y su capacidad catalizadora como excusa de encuentros sociales o de desconexión, explica su resistencia.
Según los últimos datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares gallegos gastaron una media de 97,69 euros en café en el 2024, 40,80 euros por persona. Esto en el mismo año en el que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, cifró en un 39 % el incremento del precio respecto al 2023 de arábica, la variedad de mayor calidad, y la más apreciada.
Democratizar la calidad
A este gasto, hay que sumar el de las tazas en las cafeterías, donde el 80 % de los servicios son para su combinación más extendida, el café con leche, con todas las variedades de leche posibles, desde la de avena a la desnatada.
«¿Por qué tomamos café? Es una bebida estimulante, pero también un ritual», considera Víctor Egoavil. En el 2020, el año de la pandemia, abrió Waco Coffee junto a Graciela Tallón. Una apuesta por los cafés de calidad tostados en casa, es decir, por ellos mismos. «Me atrevería a decir que estamos en la ola en la que el café de calidad se está democratizando. La anterior fue la de las cafeterías de especialidad», valora Egoavil, de México, uno de los países que más café producen y exportan en el mundo.
«No es una moda, es una evolución del producto, como la experimentada en torno al vino. Si está bueno y es de calidad, lo vas a notar. No hace falta que seas un erudito», remarca Egoavil.
Las posibilidades que ofrece una ciudad como A Coruña van de casos como el suyo, donde el café con leche de tamaño medio —en torno a los 145 mililitros, de los cuales 30 son la carga de café expreso— cuesta 2,60 euros, a alternativas como la que ofrece Alejandro Martínez, desde hace casi diez años, al frente de Buddha Coffee, en Las Pajaritas.
Los que resisten a un euro
La suya puede que sea una de las últimas cafeterías de A Coruña que cobran los cafés a un euro. «Sé que muchos pueden pensar que no damos un café de calidad. No es así, trabajamos con la variedad arábica. Desde que abrí me propuse no subir el precio del café normal, tanto si es cortado como con leche o solo. Todos cuestan un euro, y con esto vivimos seis personas. En el día, podemos perder, pero la base de nuestro negocio son los volúmenes», explica Fernández sobre esta cafetería de barrio donde los clientes son ya amigos.
En Monte Alto, el Uni es una institución. Ahora lo regentan los hermanos Montse y David Fernández. Son los nietos de los fundadores. En el Uni, que ya ha cumplido el medio siglo de vida, sirven decenas, cientos de cafés al día, «sobre uns 200», calcula David. La última subida, de diez céntimos, la hicieron en enero. Ahora el café con leche está en el euro y cuarenta céntimos. «De momento, non nos plantexamos máis subidas. Creo que o que temos agora é un prezo ben axustado. Seguro que co tempo subirá, pero estamos lonxe dos dous euros», apunta David.
Él se acuerda de cuando la bebida costaba 80 céntimos, solo que esto no fue en el 2007, año en el que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero contestó a la famosa pregunta en un programa de televisión. «Foi moito antes», calcula David.
Muro de contención
Fenómenos meteorológicos como los del Niño y la Niña están detrás de la reducción en la producción de algunas de las regiones cafeteras, pero el aumento de la demanda también explica en parte el encarecimiento de la materia prima en origen.
Si el impacto en el bolsillo de los clientes no ha sido mayor, es porque muchos hosteleros han optado por no repercutir el encarecimiento del producto en sus precios. «Detrás de una taza de café hay muchos gastos, y el mayor no es el grano, sino los costes laborales y de mantenimiento», destaca Óscar Vales, creador de la marca Vazva.
«Definiría al café como un lujo asequible. Tenemos a nuestro alcance cafés de gran calidad, nuestras abuelas llevan años tomando cafés de especialidad», subraya Nacho Gómez, responsable del grupo Siboney. «Es también un acto social. Y una costumbre en una ciudad de servicios como la nuestra. Vendemos aquí mucho más café que en locales similares de Vigo», acentúa.
En su cafetería de la calle Ferrol —los precios registran variaciones según la localización— el clásico café con leche va de los 1,55 a los 1,75 euros en función de si se sirve en barra o en terraza, o en una mesa del interior, caso en el que cuesta 1,65. «El café traspasa generaciones. Cambian las tendencias o los gustos, pero los jóvenes lo siguen consumiendo. Ahora, por ejemplo, se pide mucho el café de litro», destaca Gómez. Hay café para todos.
en A Coruña todavía no nos hemos europeizado» CESAR QUIAN
Augusto Morales, de Veracruz: «En lo relativo a su valor, en A Coruña todavía no nos hemos europeizado»
«El grano es dos veces y medio más caro, ¿el cambio climático? Puede ser, pero hay factores como China»
En 1993 abrió el primer café Veracruz de la ciudad. Augusto Morales Torres (Orizaba, estado de Veracruz, México, 1963) es originario de una de las regiones cafeteras del mundo. Hasta A Coruña trajo con él los aromas y sabores de la planta tropical. Hoy despachan en la avenida de Fisterra, en Habaziro y son proveedores de muchos establecimientos en Galicia, además de despachar café para su consumo en casa. Importan la materia prima de una veintena de países que, después, ellos tuestan.
—¿Por qué subió tanto el precio del café en origen?
—La bolsa referente para la cotización del café es la de Nueva York. La subida ha sido una locura a nivel mundial. Aunque en los últimos meses el incremento se ha contenido, desde octubre del 2024 hasta ahora el café es dos veces y medio más caro. Sobre todo, ha subido el café de especialidad, el arábica, que es más suave y tiene menos cafeína, ya que se cultiva a más altitud, entre los 800 y los 2.000 metros. Es el que nosotros compramos. Algunos apuntan a que se debe al calentamiento global. Yo creo que, más que factores medioambiantales, hay otros motivos, como la especualación o, también, que Asia, y en concreto China, consume cada vez más esta bebida.
—¿Cómo ha repercutido esto en el precio de la taza de café?
—Todo influye, pero no es el motivo principal. De un kilo de café puedes sacar sobre unas cien tazas. En una normal, la carga de café molido son entre unos 18 y 20 céntimos. El resto, son gastos de personal, suministros y del establecimiento.
—¿Es caro o prohibitido el café en A Coruña?
—No, creo que lo contrario, en este sentido, todavía no nos hemos europeizado. Si nos comparamos con el precio de un café en una cafetería de una ciudad media como la nuestra, aquí no pagamos mucho. Nuestra tarifa es de 1,80 euros, cuando en Europa está en los tres euros por una taza nomal. Por otro lado, creo que la gente cada vez más degusta el café, por eso valoran los cafés de especialidad, cultivados de una forma sustentable. En casa, se ha vuelto a sacar la cafetera de siempre, la italiana, y el molino de grano. Creo que se está olvidando un poco la cápsula.
Óscar Vales, de Vazva: «Hacer un café con cariño lleva tiempo y hace falta personal cualificado, eso es lo que más cuesta»
La marca coruñesa Vazva, de la que nació su cafetería en el Orzán, a un pie del paseo marítimo desde el 2020, está de aniversario. Han pasado dos decenios desde la apertura de su primera tienda, un 13 octubre del 2005.
—¿Qué pueden tener en común una marca de surf con un café?
—Desde que abrimos la primera tienda, siempre soñamos con tener un café al lado, porque entendíamos que es un centro social. Es parte del surf estar todos juntos, concienciarnos en torno a la divulgación del medio ambiente y de la protección de las playas.
—¿Por eso tomamos café? ¿Por compartir un momento, más que por la bebida en sí?
—El café es un punto de encuentro, un maravilloso punto de encuentro. Tiene un componente muy social, une mucho. Uno hace un descanso en el trabajo, queda para hablar con un amigo, trabaja con el ordenador o lee un libro mientras se toma un café.
—¿Tuvieron ustedes que subir el precio este año por la escalada del kilo de grano en origen?
—El café con leche normal sigue costando 1,80 euros. Nosotros no lo hemos subido recientemente. Para un negocio de restauración, el café en origen no es el principal condicionante. Hacer un café con cariño lleva tiempo y hace falta personal cualificado. La materia prima importa, por supuesto, pero supone un porcentaje pequeño si la comparamos con el gasto de personal. Al final, lo que todo el mundo quiere es que lo atiendan bien, en la mesa. Y luego hay más costes, como el de la máquina. Una máquina buena de café vale entre 10.000 y 12.000 euros. Hablamos de máquinas industriales, preparadas para hacer muchos cafés al día.
—¿Cree que se normalizarán los cafés a dos euros en ciudades como A Coruña?
—Tratamos de tener un precio justo y el precio justo quiere decir que, estando dentro de la sostenibilidad social y económica, que es lo que promovemos trabajando con proveedores buenos de países como México, donde hacen bien el café, intentamos que el precio final de la taza o del vaso de café sea asequible para el cliente. Si lo conviertes en un producto de lujo, la gente no puede salir a tomar un café. Es cierto que la baya de la que sale el grano es un producto con mucha demanda, y más que tendrá. También, que la oferta está sufriendo por cuestiones como el cambio climático, que influye en las cosechas. En los diferenes tipos de campos y en los distintos tipos de cultivos. Por eso, en muchos sitios ya se aproxima a los tres euros en A Coruña. Sin embargo, veo complicado que ese precio se generalice a la mayoría. Al final, se trata de ajustarse un poco todos y de que la gente lo pueda tomar. La economía está difícil, la gente está muy apretada, y no queremos perder clientes.
—¿Cómo quieren sobrevivir en hostelería?
—Empezamos con el café con leche normal, no doble, a un euro y medio y lo fuimos subiendo. Evidentemente, acabaremos subiendo otros diez céntimos con el tiempo. Ahora nos centramos en el volumen, en servir más cafés. Es lo que hemos conseguido en estos dos últimos años.
«Hay más costes, como el de una buena máquina de hacer cafés, cientos de ellos al día. Cuesta unos 12.000 euros»