La vida es protagonista en el belén de Eva

Maite Rodríguez Vázquez
Maite Rodríguez OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

Miguel Villar

En Vilanova dos Infantes se expone este singular nacimiento, con figuras hechas artesanalmente, una a una, llenas de detalles y de personajes destacados de la última  década

17 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tiene el nacimiento, los Reyes Magos o el caganet, pero el belén creado por Eva González es mucho más que la tradicional composición de figuras de temática navideña. Es una creación artesanal, hecha pieza por pieza, con un material -la arcilla polimérica fimo- que moldea trabajándola como una pasta de plastilina, para crear cada personaje. Cada uno es diferente, singular y muy expresivo. Después, cuece dos veces cada figura en horno.

Cada año se añaden nuevas escenas, con todo lujo de detalles y complementos, bien sean locales -el mercado de Celanova o la taberna Casa Aberta- o vinculadas a hechos destacados. Hay unas 250 figuras,en el belén que se expone estas Navidades en Vilanova dos Infantes, dentro de la decoración preparada por los vecinos. Este año, Eva creó escenas relacionadas con el coronavirus: un chino comiéndose un pangolín, otro asustado por los primeros contagios y el colapso hospitalario. Entre el personal sanitario, hay una enfermera de la uci amiga de la creadora y un médico de Vilanova.

Entre sus figuras favoritas de este año, Eva destaca la que sostiene la inyección de la vacuna. Un personaje, con una cara que recuerda a Eduard Punset, y que representa la esperanza de salir de esta pandemia gracias a los científico. Este año, la temática estaba clara. Como también en el 2017, y ahí está una escena con varias figuras de independentistas catalanes: Puigdemont con su billete Barcelona-Bruselas o Junqueras enrejado. Cerca está el funeral de Fidel Castro, con una figura que porta el cartel de «Cuba libre». No faltan Trump ni Obama, y detrás de ellos un grupo de mexicanos haciendo el muro que el presidente americano dijo que les obligaría a construir.

Actualidad y humor, con mucha creatividad, están presentes en este personal belén, construido a lo largo de más de una década. «Todos los inviernos, me siento en la mesa camilla con el brasero y me pongo a hacer fimo. Y no hay momento mejor, me lo paso pipa», dice Eva. Cada figura le lleva unas cinco horas de trabajo. La idea de trabajar este material surgió de un viaje a Nápoles y la de empezar a hacer el belén, de una propuesta de concurso entre amigos.