Vuelven los flamencos a las Rías Baixas y se dejan ver por las salinas de Paredes, en Vilaboa
VILABOA

Los cuatro ejemplares avistados en la ría de Vigo son juveniles y es la primera vez que se divisan en este entorno de la ría de Vigo desde hace 54 años
02 oct 2025 . Actualizado a las 19:17 h.Los flamencos han regresado a las Rías Baixas por tercer año consecutivo, aunque en esta ocasión en vez se fijarse en la ensenada de O Vao, entre O Grove, Sanxenxo y Meaño, en la ría de Arousa, han escogido como lugar para pasar una temporada las aguas tranquilas del fondo de la ría de Vigo, en las salinas de Paredes, en Vilaboa. Desde el Concello señalaron que estas aves, todas ellas juveniles como delatan tanto su tamaño como el color aún parduzco de su plumaje, aparecieron hace unos días en este recodo de la ría olívica. Con sus estilizadas patas y su singular pico, los flamencos no pasaron inadvertidos en un entorno acuático donde es frecuente encontrar distintas clases de anátidas y, en algunas ocasiones, también cisnes asilvestrados. Las salinas son un lugar adecuado también para que estas aves puedan alimentarse, por el circuito de corrientes que se producen dentro del cierre de las salinas, al bajar la marea.
La presencia de estos animales en las salinas de Paredes este otoño es la primera referencia documental que se tiene segura de su estancia en Vilaboa desde hace 54 años. Según indicaron desde el Concello de Vilaboa, la última vez que se avistaron ejemplares de esta especie fue en 1971. La duda está en saber de dónde proceden y hay dos posibilidades. Por un lado, que sean de la colonia de flamencos que hay en la costa portuguesa, en el entorno de Figueira da Foz, o que su origen esté mucho más al sur en Doñana u otras colonias del sur andaluz. Está por ver cuánto tiempo permanecerán aquí, aunque el factor decisivo será la meteorología, que determinará cuándo bajarán otra vez al sur.
La proximidad de la temporada fría en Europa convierte a las Rías Baixas y especialmente a la ensenada de O Vao, en Arousa, en el refugio de invernada de docenas de miles de aves que escapan de las bajas temperaturas en el norte del continente y que encuentran en las aguas gallegas un lugar idóneo para descansar y también residir en los meses de un clima mucho más desapacible en el norte. La arribada de estas especies será especialmente abundante, según el comportamiento del otoño en el norte europeo, hacia mediados de noviembre o diciembre y las invernantes permanecerán aquí en Galicia hasta la primavera.