En este nuevo negocio de Padrón sirven la cocina gallega más popular en una tabla XXL que no deja con hambre a nadie

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

PADRÓN

Francisco Javier y Paula muestran una de sus tablas XXL, con el equipo de A Baiuca de fondo, que pretenden reforzar con la incorporación de más camareros.
Francisco Javier y Paula muestran una de sus tablas XXL, con el equipo de A Baiuca de fondo, que pretenden reforzar con la incorporación de más camareros. PACO RODRÍGUEZ

Un matrimonio de Brión abrió hace tres semanas el Asador Baiuca, donde ya no es posible comer sin reserva los fines de semana

18 ago 2022 . Actualizado a las 22:00 h.

Hace solo tres semanas, el 26 de julio, abrió sus puertas en la aldea de A Baiuca, muy cerca de A Escravitude (Padrón) y en plena carretera nacional N-550, un nuevo establecimiento hostelero. Y, en un tiempo récord, Francisco Javier Iglesias y Paula Piñeiro han conseguido conquistar a la clientela en el Asador Baiuca. El matrimonio de Brión constata, satisfecho, el buen recibimiento: «Estamos a tope, sobre todo de jueves a domingo, y si no es con una reserva es ya imposible poder comer o cenar aquí».

Y no es por falta de espacio, pues solo en el exterior ya cuentan con quince mesas grandes (para diez o 12 personas) y otras cinco en el balcón (para 4 comensales). Su propuesta, explica Paula, son las «carnes prémium, de cerdo ibérico y chuletones de vaca o de buey». Las preparan en parrilla y la zona de la cocina está a la vista, para que el público pueda ver los entresijos del trabajo entre fogones al otro lado del cristal. Aunque, si hay algo que está causando furor de este nuevo negocio, son sus tablas XXL, tablones de un metro de largo repletos de los platos más populares de la gastronomía local «para compartir»: pulpo, churrasco, pimientos de Padrón —obvio—, jamón asado, croquetas, chipirones, tortilla... «Todo, producto gallego», destacan los dueños, y hay cinco tablas a elegir, con distintas combinaciones; además de la opción de pedir una al gusto, con los platos que uno quiera.

Abren todos días, salvo los lunes, y los domingos no trabajan por las tardes (cierran a las 17.30 horas ese día). Cuenta Paula que su marido «siempre trabajó en la hostelería», de hecho su padre dirige un conocido grupo de restauración, y ella también había estado empleada en el sector hace años, «pero tuve un niño y lo dejé, hasta ahora». Su regreso ha sido a lo grande, a pesar de que les costó encontrar un espacio que reuniese todo lo que buscaban: «Llevábamos tiempo mirando, cerca de un año, detrás de algo que nos encajase... y aquí nos encajó todo. Vimos el anuncio y nos encantó el local, además de tener un precio de alquiler muy razonable».

En el lugar que antes ocupaba A Casa da Corredoira, la pareja sacó partido al exterior con una nueva zona chill out de siete sofás con siete plazas cada uno y sus respectivas sombrillas, y con un pequeño parque infantil, en una apuesta por el público familiar. Entre su clientela, explican, hay turistas y peregrinos, al estar muy cerca del Camino de Santiago, pero sobre todo se nutre del cliente local. «La idea es ofrecer una carta de coctelería para la zona chill out, pero estamos buscando personal para poder hacerlo y llegar a todo, principalmente camareros», indican. ¡Se aceptan candidatos!.