Cuando Bad Bunny actuó en Santiago con el Multiusos sin llenar: «Decir que abriste el 'show' de un tipo que en siete años se ha convertido en una estrella mundial es brutal»

C. Novo SANTIAGO / LA VOZ

VIVIR SANTIAGO

No tenía ni su primer disco en plataformas cuando el puertorriqueño se presentó en la ciudad. Dio el concierto ante unas 4.500 personas que, siete años más tarde, recuerdan el día: «Pinché una horita antes que él, fue muy divertido», cuenta Dumore, el DJ pontevedrés que, junto al coruñés Mark Deluxe, se encargó de telonear al artista

09 may 2025 . Actualizado a las 12:53 h.

La fiebre por la nueva gira de Bad Bunny, que hará siete paradas en España en el 2025, dos en Barcelona y seis en Madrid, hizo recordar a un puñado de compostelanos cuando, siete años atrás, lo pudieron escuchar en el Multiusos Fontes do Sar. Parece mentira. El puertorriqueño, al que se le han quedado cortas las 520.000 localidades que suma entre los estadios de ambas ciudades —tickets agotados, puestos en la lista de espera que se cuentan en miles, web colapsada y delirio colectivo—, reunió en Santiago a unas 4.500 personas con motivo de las fiestas del Apóstol. Fue el 24 de julio del 2018, cuando el autor de DeBÍ TiRAR MáS FOToS no había publicado ni su primer álbum, X100 PRE. Explican desde el Multiusos que, si no juntó a más, fue porque no hubo la demanda. Al espacio no le hizo falta ampliar la zona de las gradas laterales, que, como se puede comprobar en las fotografías que se guardan del día, se mantuvieron tapadas con telones. Difícil de creer para quien se haya sumado ahora a la legión de fans del artista, pero Bad Bunny actuó en Compostela sin lograr el codiciado sold out.

«Fue brutal. Me acuerdo que pinché una horita antes que él y era increíble ver cómo la gente lo estaba gozando. Era la época fuerte del reguetón, cuando estaba entrando en España junto al trap, y la música de Bad Bunny, aunque no llegara a los niveles de ahora, ya sonaba y se conocía», cuenta Dumore, el DJ pontevedrés que, junto al coruñés Mark Deluxe, se encargó de telonear al artista. Ellos marcaron el inicio de una velada que recordarán de por vida, porque, en sus propias palabras, «decir que abriste el show de un tipo que en siete años se ha convertido en una estrella mundial es brutal». El artista tira de memoria para traer al presente algunas pinceladas de lo que fue la noche. «Recuerdo que había mucho público joven, incluso niños acompañados por sus padres, y todos se sabían las canciones de memoria. La energía que se desprendía era brutal, fueron una tarde y una noche muy intensas», añade Mark Deluxe.

Los DJs Dumore y Mark Deluxe abrieron el espectáculo de Bad Bunny. No conservan más instantáneas del día, pero sí un grato recuerdo. «La energía que se desprendía era brutal, fue una tarde y una noche muy intensas», rememora el segundo.
Los DJs Dumore y Mark Deluxe abrieron el espectáculo de Bad Bunny. No conservan más instantáneas del día, pero sí un grato recuerdo. «La energía que se desprendía era brutal, fue una tarde y una noche muy intensas», rememora el segundo. Cedida por Dumore

En su galería de imágenes tan solo queda un selfie junto a su compañero, una fotografía que, a día de hoy, es histórica. Al fondo, haciendo zoom, se ven los huecos vacíos en las gradas. «Yo me lo perdí, creo que ahí todavía no lo conocía. Me acuerdo de que me habían dicho de ir, pero por el par de canciones suyas que me sabía no me compensaba», explica María González, coruñesa afincada en Santiago que, durante la mañana en la que salieron las entradas para los espectáculos de Madrid y de Barcelona, aguantó más de dos horas en la lista de espera. 

María consiguió las cinco entradas que buscaba, pero pagó 150 euros por cada una. Los precios para las fechas oscilaban entre los 80 euros de las localidades más baratas hasta los 600 del pack vip. En el 2018, las entradas del Multiusos partían de los 27 euros. «Pensar que la gente se está dejando 100 o 200 euros en verlo cuando nosotros estuvimos ahí por 30 es una locura», explica Inés Torres. De Vigo, condujo esa tarde del 2018 hasta Compostela única y exclusivamente por el artista. «No era la barbaridad de ahora, pero ahí ya lo petaba bastante», continúa la viguesa, que, por aquel entonces, tenía 20 años. Recuerda cómo algunos de sus compañeros de facultad llegaron a la ciudad en un servicio de buses que funcionó de manera extraordinaria para llevar a la gente al show. Algunos de ellos volverán a peregrinar el año que viene, pero hasta Madrid o Barcelona. 

Imagen del Multiusos tomada durante el concierto de Bad Bunny. Aunque en la pista no cabía ni un alfiler, en las gradas quedaban asientos libres. Aseguran desde el espacio que no se llegaron a abrir los laterales.
Imagen del Multiusos tomada durante el concierto de Bad Bunny. Aunque en la pista no cabía ni un alfiler, en las gradas quedaban asientos libres. Aseguran desde el espacio que no se llegaron a abrir los laterales. Cedida por Multiusos Fontes do Sar

Las fotografías y los vídeos que se hicieron ese día evidencian una clara evolución en el espectáculo del artista. La lista de canciones, que viraban más hacia los sonidos del trap, se estructuró teniendo en cuenta que el puertorriqueño todavía no había lanzado ningún LP. El orden de las canciones está recogido en varias grabaciones y archivos. Empezó con Estamos bien, uno de los temas que le catapultó a la fama, y continuó, por orden, con Me acostumbré, Diles, Si tu novio te deja sola, No te hagas, Ahora me llamas, Dime si te acuerdas, Vuelve, Sensualidad, Mayores —hit en colaboración con Becky G.—, Dura, Tú no vive así, Tú no metes cabra, I like it, Original, Amorfoda, Soy Peor, Te boté, Krippy Kush y Chambea. Arqueología para fans. 

La puesta en escena y la estética del artista, irreconocible si no fuera por la voz, son testigos de otra época. El que por aquel entonces todavía era El conejo malo aparecía botando en el escenario, acompañado por una serie de bailarinas en la parte posterior. El puertorriqueño, que ahora es imagen de marcas como Calvin Klein, iba vestido con sudadera morada, bermudas cortas de chándal y tenis blancos. «En el 2017 hizo un montón de discotecas pequeñas en España. Al final, todos los artistas de la nueva ola han estado, hace a lo mejor tres años, tocando en sitios pequeños, en discotecas normales y cobrando en un caché muy bajo. Ahora mismo, Bad Bunny es otro nivel. Es un artista súper internacional», explica Dumore, que suma años de trayectoria en la industria musical como DJ y como promotor. Para él, sin embargo, su éxito no le pilló por sorpresa.

«Cuando abrimos el show en el 2018 sí que me imaginaba que podía llegar a alcanzar esta repercusión. Tiene una fanbase bastante grande y sabe cuidar muy bien los tiempos para sacar álbumes. Si trabajas bien tu carrera y sigues el camino correcto, llegas a casos como el de Bad Bunny, Maluma o Karol G., que hace no mucho estaba en salas de 3.000 personas y este año llenó el Bernabéu», continúa Dumore. Después de la actuación en Fontes do Sar, Bad Bunny tuvo otro amago en Compostela. Estaba confirmado para la edición del 2020 de O Son do Camiño, año en el que ya había alcanzado cierta fama y repercusión. Era el plato estrella, pero el festival se tuvo que cancelar por la pandemia. Cuando se volvió a retomar, la repercusión del puertorriqueño, que había aprovechado el tiempo de cuarentena para sacar dos de sus álbumes más escuchados, había alcanzado niveles insospechados. El Monte do Gozo se quedaba muy pequeño para él. Ahora, por lo que se ve, también el Metropolitano.