El santiagués que dirige el portal más leído sobre Eurovisión en España: «Na segunda semifinal houbo pitidos a Israel, pero a televisión censurounos»

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Melody en su actuación de la primera semifinal.
Melody en su actuación de la primera semifinal. No disponible | EUROPAPRESS

Manu Mahía, detrás de Eurovision-Spain, sigue cada detalle sobre el festival. Piensa que la polémica está desgastando su marca y que el malestar por la participación de Yuval Raphael es total entre los artistas. No cree que se pueda repetir algo parecido a lo de Islandia en Tel Aviv y tampoco le augura una posición prometedora a Melody

16 may 2025 . Actualizado a las 19:04 h.

Pocas personas superan los conocimientos de Manu Mahía sobre todo lo que rodea al festival de Eurovisión. El periodista y productor santiagués codirige desde hace más de diez años el portal Eurovision-Spain, el más leído en castellano sobre el tema. Estos días cubre el certamen, por segunda vez consecutiva, en sala de prensa desde casa. Atento al detalle, retransmite el ambiente y la crispación que se respira en el público y en las delegaciones. Si la edición del año pasado se categorizó como la más polémica hasta la fecha, la final de mañana supera el listón. Aunque muchos países hayan pedido su descalificación, es la segunda que se celebra con Israel como participante desde que invadió la Franja de Gaza.

Manu Mahía piensa que el conflicto está desgastando la marca de Eurovisión. Hay artistas que ya no se han querido presentar a las preselecciones y, durante este tiempo, parte de la comunidad de seguidores se ha ido desconectando progresivamente del certamen. «Non queren ser parte dun festival que apoia a Israel de maneira indirecta —permitindo a súa participación— e encuberta, sendo a marca israelí Moroccanoil o seu patrocinador oficial. Desgraciadamente, arredor dunha ducia de artistas confesaron nos últimos meses que tiveron que recibir tratamento psicolóxico polo desagradable que foi convivir o ano pasado coa delegación israelí», detalla Mahía. En Basilea, la tensión de los asistentes se traduce en banderas y en pitidos, aunque asegura que, si no se han escuchado a través del televisor, es porque han sido silenciados.

«Todos os actos de censura que establece a UER para salvagardar a participación de Israel non son ben vistos no círculo eurovisivo. Na segunda semifinal, que foi na que participou, houbo pitidos, pero foron censurados pola televisión. Manipulan coa mesa de son. O que fan é que baixan ao mínimo os micrófonos de ambiente e empregan únicamente a saída do micro do artista, que só retransmite o son que recolle pola parte frontal. É o mesmo que pasou o ano pasado, aínda que daquela se escoitaba algo. Parece que a tecnoloxía deste ano é mais refinada», explica el periodista, que no duda en tachar la dinámica de «manipulación».

La cantante Yuval Raphael, representante de Israel, canta en la segunda semifinal de Eurovisión
La cantante Yuval Raphael, representante de Israel, canta en la segunda semifinal de Eurovisión DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Respecto a las banderas de Palestina, Suiza, el país en el que se celebra este año el festival, sí que las permite dentro del estadio. Se vieron durante los ensayos y, en menor medida, durante las dos semifinales. «A imaxe da alfombra de cor turquesa que houbo o domingo —color elegido por ser el de Moroccanoil, su patrocinador israelí— foi curiosa, porque as bandeiras de Palestina rodeaban todo. Estes días algunha saíu en plano, aínda que penso que menos das que podía haber», continúa Manu Mahía. Salvo que exista una directriz de última hora, también estarán permitidas en la final. No obstante, no cree que entre los artistas vayan a abundar los gestos de apoyo al pueblo palestino.

Recuerda la edición del año pasado, cuando la representante de Portugal llevó las uñas pintadas con sus colores y formas. Como «castigo», el vídeo de su actuación no fue subido a YouTube hasta que finalizaron las votaciones. Tampoco ve probable que se repita la imagen de Tel Aviv, cuando el grupo islandés Hatari consiguió colar una bandera en el primer plano de las votaciones. Entre los participantes no distingue ningún perfil con tanto peso político en su propuesta artística. 

¿Y qué pasará con Melody?

El nombre de Melody ha dado que hablar durante los últimos días en las comunidades por eurofanes. Parece que la estrategia de la andaluza de cantar una pedazo de Esa Diva cada vez que tiene un micrófono delante ha hecho su efecto. Cuando salió elegida en el Benidorm Fest, las casas de apuestas la situaban en uno de los últimos puestos de la lista. Conforme se ha ido acercando la fecha, la artista ha conseguido escalar posiciones hasta establecerse en la mitad de la tabla. Puede que haya sido por su puesta en escena perfeccionada o por su carácter simpático y dicharachero. Sin saber desempeñarse en inglés, ha ganado con su gracia y espontaneidad a los medios internacionales. No obstante, Manu Mahía es realista. Ve muy difícil que Melody consiga situarse en el top 10 y le augura un puesto «14, 16 ou 20»

Melody aparece en escena jugando con las luces y con las sombras, un inicio teatral aplaudido por Manu Mahía. Lamenta que la actuación se vaya debilitando a medida que avanza.
Melody aparece en escena jugando con las luces y con las sombras, un inicio teatral aplaudido por Manu Mahía. Lamenta que la actuación se vaya debilitando a medida que avanza. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

«A actuación queda solvente, sobre todo no inicio, que é moi interesante a nivel escenográfico. Na segunda parte vaise diluíndo e empeza a ser menos certera. É unha canción que ten o seu punto, pero que non acaba de destacar nun festival coma este», reflexiona el director de Eurovision-Spain. Piensa que este es un año muy abierto, «non tan potente como outros a nivel musical» pero «memorable a nivel audiovisual», donde destacan los equipos de iluminación y una realización «limpísima». Si se tiene que mojar, se queda con tres favoritos y con una sorpresa. Señala a Suecia, Finlandia y Suiza como los rivales a batir, pero pone el ojo encima del sorpaso que puede dar Malta