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El pino echa raíces en la construcción

M. Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

JOSÉ ALONSO

El aumento del uso de esta madera en estructuras para hacer más sostenible al sector invita a aumentar las plantaciones para garantizar el abastecimiento futuro

21 jul 2020 . Actualizado a las 17:50 h.

No es nuevo el uso de la madera en construcción. Los gallegos saben mucho de eso. Lo saben desde los tiempos en las que grandes vigas de madera maciza eran usadas para sostener las casas. Poco a poco otros materiales como el hormigón fueron sustituyendo a ese material noble y natural a la hora de realizar esas funciones. Ahora la madera vuelve a ser el futuro para avanzar hacia un modelo de construcción más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. El cambio está en el uso de nuevas tecnologías capaces de aportar mayor resistencia a maderas humildes como las del pino abeto para obtener materiales como el CLT o madera contralaminada. En Galicia ya hay algún edificio construido con este tipo de material de madera. Una guardería de A Estrada o un centro de salud en la Costa da Morte son dos ejemplos.

La gran revolución que permite el CLT, como explican desde el sector, es que permite usar la madera para construir rascacielos. Como ejemplo, el edificio Treet, en la ciudad noruega de Bergen. El inmueble de estructura de madera tiene 14 plantas, algo impensable hasta no hace mucho. El hándicap ahora está en aprovechar la oportunidad que abre este mercado en crecimiento para el sector forestal y la industria transformadora. Porque como explica la arquitecta Paula Alfonso «actualmente en España son muy pocas las empresas que fabrican CLT. Está Egoin, en el País Vasco, que es un gigante que lo hace y distribuye por toda España y luego alguna maderera más pequeña en Segovia o Pirineos. El resto se importa del norte de Europa o Austria».

Producir madera suficiente

Aunque Finsa está haciendo estudios para fabricar nuevos materiales para construcción basados en madera en colaboración con la Plataforma de Ingeniería de la Madera Estructural (Pemade), de momento en Galicia no hay ninguna empresa que lo haga. Pero más allá de eso sería fundamental que los bosques de la comunidad pudieran producir la madera de pino suficiente como para cubrir la demanda que, de continuar la tendencia hacia la búsqueda de la sostenibilidad, todo apunta a que irá in crescendo en los próximos años.

El director de la Escola de Enxeñaría Forestal de Pontevedra, Juan Picos, apunta en este sentido que «la tendencia indica que el consumo de coníferas destinadas a la construcción va en aumento, pero la superficie de pino plantada para obtener en Galicia ese recurso es menor. Es preocupante tener mercado y no tener recursos para dar servicio a ese mercado. Eso sería una desgracia». Por esa razón invita a pensar más allá del corto plazo. Recuerda en este sentido que la madera es un recurso que lleva tiempo formarlo: «El ciclo del pino puede ser de entre 30 y 35 años, pero con los trabajos de mejora genética que está haciendo el centro de investigación de Lourizán deberíamos de ser capaces de lograr tiempos de 20 o 25 años, además de hacer que los árboles sean más fuertes frente a las plagas».

Otras maderas

Pero no solo hay que invertir en pino, Picos también apunta por una planificación en la que prime la diversificación y donde también tengan una cabida importante las frondosas, además de la certificación de la madera. Todos ellos son ingredientes para avanzar a un monte más sostenible.

Las que están claras son las ventajas de la madera frente al hormigón. Al menos en lo que a sostenibilidad y cuidado del medio ambiente se refiere. Porque la madera es un sumidero de dióxido de carbono, mientras que el proceso para producir cemento o acero es una fuente de emisión.