Patrocinado porPatrocinado por

Fernando Ezquerro, presidente de la denominación de origen: «Rioja es una marca de valor, pero es una gran desconocida»

Maruxa Alfonso Laya
M. ALFONSO REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS AGRO

Ivan Garcia

La región vitivinícola reivindica su diversidad, sus vinos de finca y garaje y sus viñedos singulares, además de su gran apuesta por la sostenibilidad y el enoturismo; a pesar de sus más de cien años de historia, el dinamismo y la innovación siguen siendo marcas de la casa

29 nov 2022 . Actualizado a las 11:23 h.

Es, de largo, la denominación de origen más conocida de España. Comercializa cada año cerca de 340 millones de botellas de vino, que suponen lo que venden juntas las cuatro siguientes denominaciones de origen españolas con más éxito en los mercados. Y lleva el 40 % de esta producción a más de 129 países de todo el mundo. Su estrategia ha servido de espejo para otras muchas regiones vitícolas, entre ellas las gallegas, y a pesar de sus cien años de historia, todas siguen muy pendientes de lo que hace. Porque, lejos de dormirse en los laureles, Rioja sigue al pie del cañón. Lo saben bien su presidente, Fernando Ezquerro, y su director técnico, Pablo Franco, que reivindican la diversidad y la riqueza que esconde esta región donde sus bodegas siguen sorprendiendo al mundo, ahora, con sus vinos de pueblo y con sus viñedos singulares.

«Rioja es una marca de valor, pero es también una gran desconocida para el público», explica Franco. La región tiene más de cien kilómetros de territorio, atravesado por un río y dos cordilleras, en las que hay «66.000 hectáreas de terreno en 144 municipios diferentes, 14.000 viticultores, y más de 600 bodegas que pueden aportar diversidad y algo genuino y único», añade. Quizás por eso han conseguido «ser la lanzadera que ha puesto el vino español en el mundo», afirma Ezquerro. Están a punto de celebrar un siglo de historia, pero sigue siendo «una denominación dinámica, que hace un montón de vinos nuevos, de garaje. Y eso se junta con las grandes marcas, que siguen tirando del carro», asegura.

Galicia es una región que está muy presente en esta denominación de origen. «Está en tercera posición en nuestro top comercial. Aquí tenemos el 12,3 % de nuestra ventas y una cuota de mercado del 25,7 %. El gallego ha sido un mercado que ha apostado por Rioja y por vinos de valor, como los crianzas o los reservas», explica Franco. «Es un mercado maduro que entiende de vinos», añade Ezquerro, quien recuerda también que muchas bodegas riojanas han invertido en esta comunidad. «En Galicia hasta hace cuatro días, el vino se consumía en casa y no había ese trabajo de vender fuera. Hoy, Rías Baixas es una potencia que ha abierto el mercado a otras zonas como Monterrei. Las denominaciones trabajan muy bien y eso ayuda a la marca Galicia», sostiene Franco. «Cada vez hay más grupos de Rioja que vienen aquí», reitera Ezquerro y eso ha ayudado, por ejemplo, a que las bodegas gallegas «se beneficien de sus redes de distribución».

«Las denominaciones trabajan muy bien y eso ayuda a la marca Galicia», sostiene Pablo Franco

Pero en esta denominación también están haciendo su propia apuesta por los blancos de calidad. De los 419 millones de kilos que vendimia, «50 ya son de variedades blancas propias. Estamos teniendo un éxito que no esperábamos», asegura Franco, quien sostiene sin ninguna duda que «hay actualmente un mercado de blancos donde Galicia es muy importante y donde Rioja puede ayudar a dignificar esos vinos».

En esta denominación de origen tienen muy claro que hacen las cosas «pensando en liderar y eso es una responsabilidad», explica Franco. Entre sus líneas estratégicas están la sostenibilidad y el cambio climático. «Tenemos que reducir nuestra huella de carbono, trabajar de una manera sostenible y para eso tenemos un plan, queremos reducir el uso de fitosanitarios en un 50 % y que el 5 % de nuestra producción sea vino ecológico», añade el presidente. «Hemos creado un grupo de trabajo para ver en qué punto nos encontramos», asegura el director técnico, quien sostiene que la denominación debe combatir el cambio climático y, para ello, se está trabajando de la mano de investigadores. También trabajan en la protección del paisaje, que entronca directamente con su apuesta por el enoturismo. «Las visitas son clave para nosotros y si cuando llegan a la zona está todo contaminado...», cuenta Franco. «Tiene que haber orden en el territorio. El enoturismo hoy no se limita a ver una bodega, la gente quiere experiencias», asegura Esquerro. Antes de la pandemia, recibían 850.000 visitas y tenía abiertas 200 bodegas, «nuestro objetivo es contar con 250 bodegas y recibir 1.250.000 visitas».

Calidad y origen

En Rioja tiene claro que una de sus principales tareas es garantizar a sus clientes «que lo que lleva la botella tiene merecido llevar Rioja en la etiqueta y por eso nos gastamos seis millones de euros al año en controles de calidad», explica el presidente. Se trata también de generar valor, no solo de aumentar la producción. «España tiene una asignatura pendiente, que es generar valor en el vino. Vendemos muy por debajo de la calidad que tenemos», sostiene Ezquerro. «Rioja está concienciada en generar valor, no se trata de vender más botellas, estamos cómodos con el volumen que tenemos», añade Franco. En su opinión, es muy importante «buscar el equilibrio y pensar en el largo plazo y para eso tenemos que controlar nuestra producción», explica. «Tenemos un estudio para crecer en volumen, pero lo que más nos preocupa es generar valor», insiste Ezquerro

Sostenibilidad, enoturismo y origen son los mantras de Rioja y ahí se enmarcan iniciativas como los viñedos singulares, una figura que busca «preservar esos viñedos viejos que son especiales» y que está acreditada por el ministerio. «Son viñedos que producen dos mil kilos por hectárea y que se estaban arrancando. Nosotros queremos valorizarlos y, por eso, hemos creado esa figura, para darles reconocimiento comercial», asegura Franco. La iniciativa está triunfando y hoy ampara ya 200 hectáreas que, además, se han convertido en un atractivo turístico. «Equilibrio, calidad y origen, eso tenemos que exigir a nuestros vinos», concluye el presidente.