La extracción de resina sin cortes, a prueba en pinares del cañón del Sil
![Luis Díaz](https://img.lavdg.com/sc/qUYOe-FN474Rqa4mJkPHIl-w1aM=/75x75/perfiles/59/1422037745545_thumb.jpg)
SOMOS AGRO
![La técnica de extracción mediante la aplicación de pequeños orificios en el tronco es menos agresiva](https://img.lavdg.com/sc/zMb1wW3-VBO8gUAXiK4x0gN13-s=/480x/2023/08/16/00121692204843294443581/Foto/M16G3025.jpg)
La comunidad de montes de Bolmente colabora con una empresa en un plan piloto
17 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La comunidad de montes de la parroquia de Bolmente, en el municipio de Sober, acaba de poner en práctica un proyecto experimental de extracción de resina que no requiere de grandes cortes en los pinos. Con el sistema que se está experimentando, ni se retira la corteza del árbol ni se emplean botes para proceder a la recogida del líquido. La extracción se realiza a través de un pequeño orificio practicado en el tronco con un taladro. Un tubo de plástico introducido en el hueco del tronco deriva la resina a la bolsa. Los expertos creen que este método es más sostenible, por su menor afección sobre el pino.
El producto resultante, por otro lado, es de mayor calidad al estar libre de las impurezas que van a parar a los recipientes cuando se emplea el método más habitual de extracción. «Imos ver a compatibilidade deste sistema coas talas e a resina que da. A empresa, pola súa banda, terá que valorar tamén a rendibilidade», dice la presidenta de la comunidad de montes de Bolmente, Berta Pérez Piñeiro. El proyecto piloto, según explica, se desarrolla a propuesta y en colaboración con una empresa del municipio ourensano de A Rúa que desarrolla su actividad en varios puntos de Galicia y que en Sober trabaja con gente de la zona.
Desde hace un mes
Los vecinos de Bolmente son titulares de alrededor de 600 hectáreas de monte y terrenos en zonas de ribera del cañón del Sil, de las que la mitad aproximadamente están plantadas con pinos. La comunidad gestiona de forma directa esa superficie desde hace un mes, tras no renovar el convenio que había suscrito con la Xunta en la pasada década de los setenta. En el municipio de Sober también optó por recuperar la gestión del monte la parroquia de Doade. Los comuneros de Barantes están en ello.
![Pinos con las bolsas para la resina en el monte propiedad de los vecinos de Bolmente](https://img.lavdg.com/sc/FzguCuC-O5-Rf6uR7mhs0V4YE1Y=/480x/2023/08/16/00121692204781614698229/Foto/M16G3026.jpg)
Hay otras zonas del sur de Lugo donde se extrae la resina de los pinos. Hace tiempo que la explotan comunidades de los municipios de Pantón y Folgoso do Courel, aunque en este último caso los incendios del pasado verano trastocaron muchos proyectos. El sistema que se emplea en esos montes es el de la aplicación de hendiduras cortes y la consiguiente retirada de la corteza. Los vecinos de Bolmente, sin embargo, no estaban por introducir esta técnica. «Vés un piñeiral así e dis ‘menudo degüello'», opina Berta Pérez. Esos cortes o entalladuras, según su criterio, acaban siendo perjudiciales para el árbol.
Cerca de A Cividade
Para desarrollar el proyecto piloto con la empresa de A Rúa eligieron un pinar que ya alcanzó su máximo crecimiento. Está previsto talarlo entre los años 2024 y 2025, con arreglo al plan de ordenación forestal que elaboró la comunidad de montes al extinguir el convenio con la Xunta. De cada árbol cuelgan tres bolsas para la extracción de resina, como se aprecia en el acceso al mirador sobre el Sil de A Cividade, que en realidad es un cortafuegos propiedad de la comunidad de montes de Bolmente.
A diferencia de Doade, donde se ha reforestado con otras variedades, en Bolmente apuestan por el pino en su plan de gestión por las características del terreno y porque es una especie que se regenera por sí misma, apunta la presidenta. Si el proyecto de extracción de resina con este nuevo sistema resulta rentable, se extenderá a otras partes del monte. Lo ideal es que resulte compatible con la tala de la madera, aunque esta posibilidad dependerá de los resultados.
«Fóra de Galicia, nas grandes zonas resineiras a madeira dos pinos que se destinan a ese aproveitamento non se corta», señala Berta Pérez. En Galicia, por el contrario, la práctica totalidad de las comunidades que explotan ese recurso lo compatibilizan con la tala y posterior comercialización de la madera. El sistema de extracción ahora a prueba en Bolmente se experimentó por vez primera en Francia en el 2015, con el fin de obtener resinas de alta calidad sin reducir el crecimiento del árbol. Hace dos años se introdujeron proyectos experimentales de pica con taladro en varias provincias de Castilla-La Mancha.
![Los expertos consideran que los cortes en el tronco acaban por afectar al crecimiento del árbol](https://img.lavdg.com/sc/Yan1IxkR0kpFb1OJM_jGTUHVVcY=/480x/2023/08/16/00121692204962085869298/Foto/A18J5009.jpg)
Los pros y contras de renunciar a los convenios de gestión forestal
Hasta hace poco, la práctica totalidad de la superficie de monte comunal del sur lucense se gestionaba en convenio con la administración autonómica. Los propietarios cedían el aprovechamiento del monte a la Xunta, que se encargaba de realizar las plantaciones —sistemáticamente pinos— y de comercializar la madera. Un 30% de los ingresos resultantes se retenía en concepto de gestión y repoblación, mientras que el 70% restante lo ingresaban las comunidades. Lo habitual es que ese dinero sirviese para costear obras prioritarias en las parroquias, aunque en algún caso acababa financiando las orquestas de las fiestas patronales.
Los acuerdos de gestión forestal suscritos hace treinta o más años han ido caducando. Comunidades como la de Bolmente ya optaron por una gestión directa de los terrenos de su titularidad. «O convenio é máis cómodo, pero tamén hai un maior descontrol do monte», apuntan en una de estas asociaciones. Alguna mancomunidad de la zona sur se encontró, por ejemplo, con que después de treinta años de convenio había contraído una deuda con la administración de más de 200.000 euros.
El plan inicial de la Xunta pasaba por no renovar ninguno de los acuerdos de explotación forestal, pero finalmente se aplicó una moratoria para las comunidades que prefieran mantener esa colaboración. Las que optan por recuperar la gestión del monte deben elaborar un plan de ordenación, para lo que disponen de una línea se subvenciones por parte de la administración.