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Diez bodegas de Ribeira Sacra ya venden vino de la última vendimia

Luis Díaz
Luis Díaz MONFORTE/LA VOZ.

AGRICULTURA

26 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ribeira Sacra sigue un año más la estela comercial del Beaujolais, región francesa conocida internacionalmente por la premura con la que pone en el mercado los vinos de la última cosecha. Diez bodegas, entre ellas Rectoral de Amandi, que acapara la mitad de la producción amparada por el consejo regulador, han estrenado la cosecha del 2010 antes de la campaña navideña al haber agotado las existencias del 2009. La viticultura heroica, por lo que parece, sigue sorteando la caída generalizada de las ventas motivada por la crisis.

La inmunidad de Ribeira Sacra frente a la caída del consumo por la situación económica tiene a su favor lo reducido de la producción, de algo más de tres millones de botellas en el conjunto de las cinco subzonas en la última añada. Pero también es cierto que sus bodegas compiten por colocar la práctica totalidad de las existencias en un mercado tan limitado y a la vez saturado como el gallego. Además, y pese a su paulatina salida al exterior, en el conjunto de Galicia esta denominación de origen es aún la que tiene un menor volumen de exportaciones, por debajo del 5% según las estadísticas más recientes.

La clave del buen momento de ventas de Ribeira Sacra, desde el punto de vista del presidente del consejo regulador, estaría en que, por encima de modas, esnobismos e incluso premios, sus vinos «teñen un perfil grato para unha maioría de consumidores». Esta aceptación se produce, subraya José Manuel Rodríguez, pese a que sus marcas raras veces bajan de los cinco euros en los lineales de los supermercados. Un precio más que respetable cuando se trata de la categoría de vinos jóvenes, que muchos consumidores suelen situar un peldaño por debajo de crianzas y reservas.

Nuevas pautas

Algo parece moverse, sin embargo, en las pautas de consumo que regían hasta ahora en el mercado. «Xente á que lle gustaban os viños de Ribeira Sacra, pero que elixía un Rioja para un banquete pensando que lucía máis, xa non o fai porque perdeu esa especie de complexo fronte á nosa etiqueta», opina José Manuel Rodríguez. Puesto a buscar explicaciones a este cambio de mentalidad, el presidente del consejo regulador cree que el efecto de las críticas favorables que ha recibido Ribeira Sacra a nivel internacional ha sido determinante. No solo entre los consumidores, sino también entre restauradores y, sobre todo, prescriptores de opinión.

Para muestra, un botón. La Guía Peñín posiblemente la más importante de las que se editan en España, no había concedido noventa puntos a un vino de Ribeira Sacra hasta el 2008, año en el que Adegas Guímaro y Algueira dieron la campanada al situarse en el top de marcas españolas de The wine advocate , la influyente publicación del crítico estadounidense Robert Parker. Dos años después, Peñín ha concedido más de noventa puntos a catorce referencias de Ribeira Sacra.

Otros caminos

Guímaro, por ejemplo, incrementó ligeramente la producción en la cosecha de 2009, con vistas a atender el previsible tirón del «efecto Parker». Pese a ello, a estas alturas ha agotado existencias. «La exportación ayuda, porque aunque vendas un pequeño porcentaje te sales de los caminos más trillados», dice Pedro Guímaro. Otras bodegas de mayor dimensión, como Rectoral o Val de Quiroga, han tenido que echar mano de la cosecha de 2010 antes de Navidades al quedarse también sin vino a la venta. Una circunstancia que, según señalan en el consejo regulador, no se había dado últimamente.

Para el presidente, después de tres campañas de crecimiento sostenido, 2010 ha sido un año de consolidación que ayuda disipar los temores existentes en la denominación de origen sobre los efectos de la crisis en la venta de sus vinos, lastrados en cuanto a competitividad en precio por las complicadas condiciones de producción. De acuerdo con sus estimaciones, a estas alturas únicamente restaría por comercializar aproximadamente un 10% del remanente que almacenan las bodegas de la añada anterior.

José Manuel Rodríguez destaca que, si las necesidades del mercado así lo exigen, en Ribeira Sacra existe margen de maniobra para incrementar la producción ya que en la actualidad solo entra en los circuitos comerciales un tercio de la uva que se cosecha en el ámbito territorial de la denominación.