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En Galicia existen tres climas diferentes que provocan que los vinos cultivados en estas zonas tengan algunas diferencias entre sí
23 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.¿Puede el cambio climático ser beneficioso para la viticultura gallega? Pues, según los enólogos Xurxo Alba, de Albamar, Pablo Vidal, de Vinos con Personalidad, y Álvaro Bueno, mejor enólogo por la asociación de sumilleres Gallaecia, la respuesta es sí. Porque en algunas denominaciones gallegas, como Rías Baixas, hasta hace unos años costaba mucho más lograr maduraciones adecuadas y una acidez que no estuviera disparada. Ahora que las temperaturas han subido ligeramente y las precipitaciones han disminuido, esas circunstancias han cambiado. Claro que ese fenómeno atmosférico ha traído otras consecuencias, como mucha inestabilidad meteorológica y fenómenos muy virulentos que, en algunos casos, pueden acabar con una cosecha en cuestión de minutos, como ocurrió con las heladas y granizadas que asolaron en años pasados el interior de Galicia.
Demostrar la influencia del clima en el viñedo era otro de los objetivos de la charla que los tres enólogos ofrecieron en el Encontro do Viño Galego. Allí quedó claro que en Galicia encontramos hasta tres climas diferentes: el Atlántico, representado por Rías Baixas, el Oceánico de O Ribeiro y el Mediterráneo de Monterrei. Y los vinos presentarán unas características determinadas en función de la zona a la que pertenezcan. En Rías Baixas, por ejemplo, a los tintos les cuesta más alcanzar una maduración perfecta, porque ni se alcanzan elevadas temperaturas ni estas bajan drásticamente durante la noche. «Temos tintos con moi pouca estrutura, pero cunha acidez moi natural. Son viños con pouca capa, con aromas de bosque e frescos en boca», explicó Alba. En un tinto de la misma añada, pero de O Ribeiro, encontramos en cambio un vino con más estructura, con más grado. Y las diferencias son también evidentes con otro de Monterrei, donde el grado ya supera los 14 y tiene un perfil más mediterráneo. «Como no llovió, aguantamos hasta la madurez fenólica de la uva. Es un vino con mucha más estructura, más redondeado y con los taninos maduros», añadió Bueno. «Está claro que o clima se pode ver representado nunha copa», concluyó Alba.