La bodega de O Ribeiro Ramón do Casar se lleva el premio Alimentos de España por su Ramón do Casar Nobre y Kalekói consigue el galardón a la innovación por sus elaboraciones con leche A2
28 nov 2022 . Actualizado a las 13:01 h.Nadie discute ya la calidad de los alimentos gallegos. Sus vinos consiguen brillar en los principales certámenes internacionales desde hace años y sus quesos son unos habituales del podio de los World Cheese Awards. Ahora, es el Ministerio de Agricultura el que se ha rendido a los encantos de los productos agroalimentarios con marca Galicia. En la última edición de sus premios Alimentos de España, con los que todos los años reconoce el buen hacer del sector nacional, dos empresas de la comunidad han conseguido brillar con luz propia. La primera es la bodega de O Ribeiro Ramón do Casar, cuyo Ramón do Casar Nobre fue elegido como el mejor vino de España. La segunda es la dezana Kalekói, famosa por sus yogures, que ha recibido un accésit a la iniciativa emprendedora.
«Nobre es un vino que ha gustado mucho al público y este premio es una gran oportunidad para que los vinos de O Ribeiro vuelvan a estar entre los mejores blancos de España y de dar a conocer la treixadura», asegura Javier Rodríguez, responsable de esta bodega junto con sus hermanos. Aunque fue en el 2013 cuando esta bodega comercializó su primera añada, el proyecto comenzó a gestar en el año 2000, cuando decidieron poner a producir ocho hectáreas y convertirse en viticultores. «Somos tres hermanos, hijos de Ramón, que era un emigrante que al regresar a Galicia compró tierra», añade.
Aquí han tratado siempre de hacer las cosas lo mejor posible. «No tienes una meta, pero sabes que la uva es tuya y que la marca es de la familia y por eso intentamos hacer siempre las cosas lo mejor posible». La fórmula funciona porque, además de este premio, Ramón do Casar ha obtenido numerosos galardones a lo largo de su historia en numerosos certámenes nacionales e internacionales. El vino premiado por el ministerio ahora «es un treixadura con una fermentación de entre cinco y seis meses en barricas de roble francés de 500 litros», relata Rodríguez.
La bodega cuenta con un equipo, dirigido por el enólogo Pablo Estévez, «que tiene la responsabilidad y la confianza de tomar decisiones. Buscamos la diferenciación, hacer vinos de Galicia con origen. Porque Galicia siempre fue calidad y debemos darlo a conocer», añade. A eso contribuirá, sin duda, el premio que acaban de conseguir. «Es un poco como si te tocara el gordo de la lotería, es una manera de dar a conocer los vinos de Galicia y la treixadura, de llegar al cliente final», concluye.
La misma opinión tienen en Kalekói, una granja láctea que nació hace seis años de la mano de Álex Moure y Susana Aguiar con el objetivo de poner en valor la granja familiar que tenían en Rodeiro. Allí empezaron comercializando leche fresco y yogures artesanales y, hace unos años, decidieron estudiar la genética de sus vacas para seleccionar a las que tuvieran el gen A2. «É o leite que tradicionalmente producían as vacas, que era máis dixestible, ata que empezaron a vir touros de fora que eran A1», cuenta Moure. Ellos fueron capaces de poner en el mercado los primeros yogures elaborados en exclusiva con este tipo de leche, lo que les ha valido ahora un accésit a la innovación en los premios Alimentos de España.
«Lograr este recoñecemento é moi positivo, porque nos anima a seguir traballando», explica Moure. sus yogures llevan ya seis años en los mercados y cada vez son más conocidos, pues están presentes en los supermercados, en las tiendas de alimentación y hasta en la restauración. «Fóra de Galicia aínda non se nos coñece moito porque somos unha empresa moi nova e isto é algo que nos axudará», sostiene.
La innovación es una máxima en esta pequeña empresa. Por eso cuando hace unos años un cliente francés les preguntó en una fábrica si sus yogures eran A2, se lanzaron a investigar. Descubrieron que esta denominación «non é marketing, é un produto que realmente senta mellor pola estrutura que ten, é máis saudable», añade. Solo seleccionar a los animales, para encontrar a los que solo tuvieran el gen A2, les llevó entre tres y cuatro años, pues fue preciso hacer un análisis de ADN a todos ellos. «Pensamos que, como somos pequenos, somos máis manexables e que se conseguíamos lanzar os iogures A2 anes que os grandes, axudaríanos a facer marca», añade.
Ahora, todos los productos que elaboran son con leche A2, «en xeral gustan moito porque son máis suaves e lixeiros e lle sentan ben á xente que ten peqneas intolerancias», explica. Además de sus yogures y leche fresca, producen también un kéfir «que é máis cremoso do habitual». Todo eso les permite «que cada vez vendamos un pouco máis». Pero como lo suyo, además de la calidad, también es la innovación, están ya pensando en nuevos productos que, con toda probabilidad saldrán al mercado a principios de año. Bebibles, yogures de proteína... todo es posible en esta pequeña empresa que, es curioso, es de las más grandes en innovación. Lo dice el Ministerio de Agricultura y sus premios Alimentos de España.