Las bondades de las algas en la agricultura: fortalecen a la planta y aumentan su tolerancia al estrés

AGRICULTURA

Investigadores de la escuela de Enxeñaría del Campus de Lugo validan el uso de este producto marino como fertilizante y bioestimulante de diversos cultivos y lo consideran una alternativa viable para la agricultura ecológica
19 jul 2023 . Actualizado a las 09:53 h.De siempre se sabe de las bondades de las algas marinas para con determinados cultivos. Sin embargo, esa tradición de los agricultores gallegos de abonar sus fincas con esta materia precisaba de una base científica que corroborara su efecto beneficioso. Eso han hecho los investigadores de la unidad de gestión de residuos y fertilización del grupo de Agronomía de la Escola Politécnica Superior de Enxeñaría (EPSE) de Campus Terra de la Universidad de Santiago de Compostela, que han participado en el programa Algaterra. Este les ha permitido validar la eficacia del uso de la algas marinas como fertilizantes y bioestimulantes.
Algaterra es un proyecto piloto de innovación liderado por la empresa Porto Muíños y cofinanciado con más de 140.000 euros de Fondos Feader. En él participan también la Misión Biológica de Galicia, la Fundación Empresa-Universidade Galega (Feuga) y las empresas Adegas Terra de Asorei, Riveiro Ecológios y Horta da Lousa.
Los investigadores utilizaron algas en diferentes formatos, desde deshidratado a sustrato pasando por extracto, para realizar diferentes ensayos en campos de plantación de patata, lechuga, tomate y vid, explican la profesora e investigadora del grupo Agronomía de la USC, Elvira López, y la coordinadora del grupo de Viticultura, Oliva y Rosa de la Misión Biológica, María del Carmen Martínez.
Los trabajos supervisados por estas investigadoras permitieron confirmar el valor de las macroalgas marinas como fertilizante, en gran medida gracias a sus apreciados contenidos en nitrógeno y potasio. Las investigacones también dejaron claro la mejora de las propiedades físicas de los substratos. Así, en los ensayos observaron resultados significativos en la aplicación de algas como bioestimulantes, pues su presencia fortalece el sistema inmunitario de las plantas, aumenta la tolerancia al estrés biótico (enfermedades y plagas) y abiótico (sequía, salinidad, calor y frío), al tiempo que mejora la absorción de los nutrientes.
Además de estos beneficios, las pruebas realizadas mediante la aplicación foliar de los descartes de algas arrojaron resultados significativos y muy prometedores en el desarrollo de los cultivos. Por ejemplo, el peso de la producción comercial de patata aumentó un 74 %, mientras que el de la lechuga lo hizo un 37 % con respecto a otras producciones controladas en las que no se aplicaron los extractos de algas.
Las primeras conclusiones de Algaterra dejan claro que las algas marinas son una alternativa viable para atender la demanda de los productores en sistemas de agricultura ecológica. El aprovechamiento de estos descartes permite también a la industria de las algas, así como a todas las actividades que giran alrededor de este sector, avanzar hacia una economía verde y circular, según aseguró Manuela Buján, responsable de I+D de Porto Muiños, en el marco de una jornada técnica que se llevó a cabo en la Misión Biológica. Allí, explicó también el proceso de recogida, clasificación, almacenamiento y tratamiento de los descartes de algas y su posterior preparación de fertilizantes.
Buján también destacó que las formulaciones y el cálculo de las distintas dosis se realizó en función de las necesidades nutricionales de cada cultivo, de los resutlados del análisis de los suelos y de las características nutricionales de las algas. Y relató cómo se procedió a la producción de extractos de algas a escala de laboratorio y piloto para aplicar a cada cultivo. Este proceso implicó la realización de pruebas de crecimiento inducido para conocer el rango de actividad y la toxicidad de los mismos, así como pruebas para encontrar las dosis óptimas.