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Reino Unido aprovecha el cambio climático para producir espumosos y emular a Champán

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

Antonio Palacios, director de Excell, fue el encargado de dirigir la cata de espumosos británicos
Antonio Palacios, director de Excell, fue el encargado de dirigir la cata de espumosos británicos Martina Miser

Alfatec celebró una cata con cuatro elaboraciones inglesas de calidad

06 mar 2024 . Actualizado a las 09:54 h.

Reino Unido es uno de los principales importadores de vino del mundo y esto es así, en parte, porque hasta hace unos años sus tierras no eran aptas para el cultivo de la vid debido a las condiciones meteorológicas. Pero el cambio climático está modificando esta situación hasta el punto de que productores y elaboradores franceses de la prestigiosa región de Champán llevan años mirando con buenos ojos a este país para poder expandirse. De hecho, en buena parte de los condados del sur de Inglaterra, las plantaciones vitícolas se han multiplicado por diez y existen cada vez más bodegas que se dedican, principalmente, a la producción de espumosos de calidad. Cuatro de ellos pudieron ser catados por los asistentes a las jornadas técnicas de sostenibilidad e innovación vitivinícola que organizó Alfatec Ingeniería y Consultoría, que versaron sobre innovaciones y buenas prácticas para un futuro sostenible, y que se celebraron en Bodegas Martín Códax.

«Elegimos esta cata porque nos da una visión más de que el cambio climático es ya una realidad y de que, en cuatro días, podremos estar probando vinos de Suecia», aseguró Justo Banegas, director general de Alfatec. Según explicó Antonio Palacios, director general de Excell Ibérica y encargado de dirigir la cata, «los vinos ingleses usan las mismas variedades de uva que los franceses» y siguen también el método tradicional. Actualmente, en el país «existen unas cien bodegas que elaboran unos diez millones de botellas de espumoso al año» y el sector ha registrado un crecimiento espectacular en los últimos años, «pues hace dos años apenas producían seis millones de botellas». De toda la producción inglesa, que se concentra mayoritariamente en el sur del país, el 70 % es vino espumoso.

Mercado moderno

Los cuatro vinos catados se elaboran al amparo de una designación de origen protegida, que es la más alta que otorga Reino Unido a sus vinos y que solo autoriza seis variedades de uvas, entre ellas el Chardonnay, Pinot Gris, Pinot Noir o Pinot Meunier, y no se permiten híbridos. «Son zonas cálidas, donde tienen temperatura para cultivar viñedo, pero donde también tienen problemas con las lluvias, porque son abundantes», añadió. Lo curioso es que «mucha de su producción se vende directamente en las bodegas, a través del enoturismo, y online, por lo que tienen técnicas de mercado muy modernas», aseguró. Además, sus precios en los diferentes mercados son altos y empiezan, la mayoría de ellos, a partir de los cuarenta euros.

Ridgeview fue el primero de los vinos catados. Esta fue una de las primeras bodegas de Inglaterra en centrarse exclusivamente en la producción de espumosos a partir de las variedades Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. Su espumoso utiliza levaduras preparadas por el Institute Oenologique de Champagne y pasa tres años de crianza en lías. «Es un espumoso amarillo pálido de burbuja fina, con una intensidad aromática media-baja, pero elegante y con muchos aromas primarios», añadió Palacios. En boca, «es bastante goloso, es un vino comercial de valor elevado», pues sus botellas se venden a 42 euros.

Patricia Presas, de la asesoría TES, y Justo Banegas, de Alfatec, presentaron las jornadas
Patricia Presas, de la asesoría TES, y Justo Banegas, de Alfatec, presentaron las jornadas Martina Miser

Algo más barato, 25 euros por botella, cuesta el espumoso de la bodega Hambledon, considerado el viñedo comercial más antiguo de Inglaterra. Actualmente, cuenta con 20 hectáreas de terreno y una bodega por gravedad. Está elaborado con Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Meunier y en nariz es aromático. Las mismas variedades utiliza Everflyht, que cuenta con diez hectáreas de viñedo. «En nariz es intenso, con muchos aromas primarios florales, y en boca es suave y equilibrado», aseguró Palacios. Sus botellas cuestan 33 euros.

La elaboración de Gusborne, que cuenta con 90 hectáreas de viñedo repartidas en dos condados, fue la que más gustó a los presentes. «Estamos ante un gran espumoso elaborado en Inglaterra. Tiene una burbuja fina y persistente y en boca es fresco, tiene textura y estructura e integra el carbono y la acidez de maravilla», añadió Palacios. 45 euros cuesta una de estas botellas. Chapel Down, un espumoso de 53 euros, fue el ecnargado de cerrar la cata. «Es muy potente en nariz, es un espumoso muy digno», concluyó el catador.

La climatología ayuda a los ingleses, pero pone las cosas más difíciles en Galicia

«Está claro que el cambio climático está ayudando a la viticultura en Reino Unido porque estamos ante unos espumosos de primer nivel. No lo vas a pasar mal bebiendo espumosos en Inglaterra», aseguró Luis Buitrón, presidente de la Federación Española de Enólogos, que estuvo presente en las jornadas de Alfatec. El problema es que ese cambio climático que afecta a las condiciones meteorológica en Inglaterra lo hace también a Galicia, provocando que cada vez sea más difícil conseguir la acidez necesaria para estas elaboraciones.

«En esta cata estamos viendo lo que viene. Son bodegas con una visión más moderna y que pueden hacer vinos buenos, porque cualquiera de ellos es muy digno», aseguró Katia Álvarez, enóloga de Martín Códax. Recordó que «Rías Baixas lleva año persiguiendo los espumosos y es difícil, porque tenemos que diseñarlos desde el principio, desde el viñedo. Porque esa acidez tan característica del albariño ahora ya no es tan habitual», añadió.

La misma opinión compartió Paula Fandiño, enóloga de Mar de Frades. «Yo destacaría el frescor de estos vinos y el trabajo con la burbuja, que han logrado una buena integración. Esas son dos características que se buscan en los espumosos», afirmó. Considera que «el cambio climático favorece que se pueda producir vino donde antes no se podía y en Rías Baixas tenemos que trabajar la viticultura pensando en los espumosos. Los viñedos de Reino Unido han nacido ya para los espumosos, nosotros tenemos que empezar a hacer una viticultura para ellos», aseguró. «En España se hacen espumosos muy buenos, pero hay que ver lo que pasa en el mundo. Cómo venden sus vinos y a qué precios los venden», concluyó Benegas, destacando lo alto que se cotizan estas elaboraciones.