Injertos, reinjertos y sobreinjertos, las prácticas que ayudaron al viñedo a sobrevivir a la filoxera

Antes de que llegara la filoxera, para reproducir el viñedo se usaban los barbados, «collías o sarmiento dunha cepa o levabasa terra e botaba raíces», cuenta Antonio Meixide, técnico con un amplio recorrido profesional vinculado al campo y que actualmente es jefe de sección del departamento de Pastos y Cultivos en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM). Él fue el encargado de impartir un curso sobre injertos que se celebró en la estación de viticultura de Ribadumia para personal de la consellería dentro del grupo operativo Terractiva, de la Asociación Europea de la Innovación, financiado con fondos Feader. La charla versó sobre la injerta en la vid y su programa incluyó, entre otras enseñanzas, las relativas a la viticultura post filoxera, a la importancia de la injerta en el cultivo de viñedo y a la repoblación mediante injerta.

Durante la sesión se abordaron conceptos básicos, técnicas, herramientas y materiales, así como la injerta en campo y de taller. Se explicó, en primer lugar, cómo se reproducen las plantas en los viveros. Posteriormente, se habló sobre las técnicas que permiten injertar una variedad sobre un patrón, un método que es obligatorio desde que la filoxera comenzó a atacar al viñedo español. «Fíxose obrigatorio a inxerta da Vitis vinifera sobre un patrón americano. Era a forma de que sobreviviran as variedades de uvas galegas, dado que ese pulgón atacaba directamente a sabia e facía que as plantas morreran», añade.

Los asistentes a estas clases son inspectores que visitan los viveros o tienen que certificar las ayudas de reestructuración y reconversión de viñedo, entre otras cuestiones, de ahí la importancia de que conozcan este tipo de técnicas. 

El reinjerto o el sobreinjerto permiten también cambiar la variedad de una plantación. «Se xas tes plantado e queres cambiar a variedade podes arrincar, pero perdes todo, o terroir, o patrón», asegura. De ahí que se apueste por técnicas como el reinjerto, que se realiza sobre el patrón, o el sobreinjerto, que se hace sobre la variedad. De hecho esta es una técnica que se utiliza mucho actualmente para cambiar variedades de uva, por ejemplo para sustituir tintas por blancas o para cambiar la plantación a variedades de moda, como la godello. 

Estas prácticas las llevan a cabo empresa de servicio y permiten que, en un plazo de dos años, la nueva plantación esté funcionando. «Tes que partir de material bo, pero no segundo ano podes estar a plena produción», añade Meixide. 

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