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Galicia acapara el 80 % de los focos de gripe aviar detectados en España en el 2024

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

PACO RODRÍGUEZ

Todos los positivos se registraron en aves silvestres pues, desde febrero del 2023, no hubo casos en aves de corral, por lo que este país mantiene su estatus de país libre de la enfermedad

14 ene 2025 . Actualizado a las 12:06 h.

Vacas lecheras, gatos, perros, visones y hasta leones marinos. Asegura la Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA) que la gripe aviar ha afectado ya a más de treinta especies de animales diferentes, tanto domésticos como salvajes. La entidad prevé que esta cifra aumente, pues el pico de esta enfermedad no llegará hasta mediados de febrero en el hemisferio norte.Sin embargo, en España, al presencia de este virus ha disminuido notablemente en los últimos años y el último brote en explotaciones avícolas se registró en febrero del 2023, siendo el único positivo en granjas detectado en ese año. También han descendido notablemente los positivos en aves salvajes, pasando de los151 focos registrados en el 2022 a los 25 del ejercicio que acaba de terminar. La mala noticia es que el 80 % de estos casos se localizaron en Galicia, más concretamente, en gaviotas patiamarillas.

Los contagios por este virus entre el ganado lechero de Estados Unidos son, sin duda, los que más preocupan a la comunidad internacional. Esos episodios no se han registrado en ningún país más, pero sí que han llevado a las diferentes administraciones a pedir a otros países que extremen la vigilancia. La FAO, por ejemplo, ha redactado una lista de recomendaciones para que los estados estrechen la vigilancia y la OMSA pide también que se aumente el control, para detectar cuando antes futuros contagios. 

España forma parte de la lista de países en los que la gripe aviar ha pasado a los mamíferos, con el caso de un visón contagiado en una granja peletera gallega. Pero, por lo demás, en nuestro país todo parece indicar que la presencia del virus está disminuyendo. La enfermedad fue detectada por primera vez en aves silvestres del País Vasco en el año 2006. Desde entonces, hubo otros dos positivos en el 2017 en Cataluña y Castilla León, uno más en Cantabria en el 2020 y dos en Cataluña y Castilla y León en el 2021.

Pero fue hace ahora dos años cuando la enfermedad afectó de verdad a las aves silvestres y domésticas españolas. En ese año se registraron un total de 151 focos entre aves silvestres, además de otros 37 en aves de corral. Fue ese también el año en que, por primera vez, el virus fue detectado en aves silvestres en Galicia. Hubo 25 positivos, la mayoría, en aves migratorias que hacían parada en la costa gallega en su camino hacia tierras más cálidas. La comunidad registró así el 16 % de los positivos en aves silvestres que hubo en todo el territorio español.

En el 2023 la situación cambió radicalmente. Solo hubo un positivo en aves de corral y los registrados en animales silvestres cayeron hasta los 58. Lo mismo sucedió en Galicia, donde hubo 15 positivos. Pero si miramos los porcentajes comprobamos que la comunidad empezó ya a situarse entre las que más afectadas estaban por la enfermedad. Porque aquí se detectaron el 25 % de los focos.

Esta situación se confirmó durante el pasado año. En el 2024 España pudo presumir de ser país libre de la enfermedad, porque no se registraron positivos en granjas avícolas. Hubo, en total, 25 focos, todos en aves silvestres, 20 de los cuales tuvieron lugar en la comunidad gallega. Esta aglutinó el 80 % de los casos de gripe aviar registrados en España, la mayoría de ellos, detectado en gaviotas patiamarillas recogidas en diferentes puntos de la costa gallega. 

El 2025, por último, ha comenzado con un nuevo foco en una explotación del país vecino, en Portugal, en la que se han visto afectadas más de 55.000 aves. Mientras, en Europa se han registrado durante las cuatro últimas semanas 99 focos en aves silvestres, 24 en aves cautivas y otros 33 en aves de corral, según los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura

Estos datos indican que no es posible bajar la guardia. Porque, tal y como asegura el veterinario e investigador Juan José Badiola, «en la gripe aviar, el principal problema está en las aves acuáticas silvestres, que son los verdaderos transmisores de la enfermedad». El experto en sanidad animal recuerda que «Galicia está en la línea de migración de varias especies y que, por eso, es preciso estrechar la vigilancia. No solo sobre las aves. «El virus está por aquí y habría que decirles a las granjas de leche que vigilaran un poco más», concluye

La enfermedad que obligó a matar a más de un millón de aves

 El 2022 será recordado siempre como un año horrible para muchas explotaciones avícolas del sur de Galicia. Porque fue entonces cuando se detectaron un total de 37 focos de gripe aviar en otras tantas granjas de pavos y pollos, lo que obligó a sacrificar más de un millón de aves en total. Por fortuna, esa situación no volvió a repetirse y, el pasado año, solo hubo un positivo en una granja de Cataluña, en el que se vieron implicados nueve mil animales.

Fue en el 2009 cuando el virus de la gripe aviar se detectó por primera vez en una granja avícola de Castilla La Mancha. La enfermedad fue controlada y el siguiente positivo en explotaciones profesionales no se registró hasta el año 2017. Entonces, hubo diez focos en otras tantas granjas, todas localizadas en Cataluña. 

El mayor problema, en cambio, se registró en el año 2022, cuando hasta 37 explotaciones diferentes, la mayoría de ellas situadas en el sur de España, dieron positivo a la enfermedad. Eso obligó a sacrificar a más de un millón de animales, ya que una vez que el virus entra en una granja es necesario vaciar las instalaciones y preceder a su limpieza, para tratar de controlar el brote. 

Actualmente, España es uno de los países que mantiene el estatus de libre de gripe aviar, pues los positivos en explotaciones profesionales no se repiten desde el 2023. Habrá que ver si esta situación se mantiene en el tiempo, pues ahora empieza uno de los períodos de más actividad para este virus, ya que tiene un componente estacional que provoca que sea entre octubre y febrero cuando más contagios se registran.