Estudian la resistencia a la podredumbre blanca de la raíz de la uva del Tinto Barrantes

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

MONICA IRAGO

La Evega, Viña Costeira y Paco & Lola participaron en un grupo operativo para investigar la idoneidad de la Folla Redonda como portainjerto

09 mar 2025 . Actualizado a las 11:44 h.

Existe la creencia entre los viticultores de O Salnés de que la Folla Redonda, la cepa de la que salen las uvas con las que se elabora el Tinto Barrantes, «era resistente a la podredumbre de la raíz, causada fundamentalmente por Armillaria que es un hongo que en Galicia afecta mucho al viñedo», cuenta Emilia Díaz, investigadora de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega). Así que este centro, con la colaboración de las cooperativas Viña Costeira y Paco & Lola, puso en marcha un proyecto para comprobar si eso era cierto. La creencia no resultó verdad, pero sí se descubrieron otros aspectos de esta variedad que llevaron a que se siga investigando si sería interesante utilizarla como portainjerto.

«En Galicia se planta mucho en zonas de montes o se replanta donde hay viñedos viejos y por eso hay muchos problemas de Armillaria», añade Díaz. Este fue el origen de un grupo operativo entre las dos cooperativas vitivinícolas, Viveros José López y la Evega que buscaba valorar la tolerancia de esta variedad a diferentes enfermedades. No hay que olvidar que la Folla Redonda es un híbrido productor, una variedad que se creó a través del cruce de una Vitis vinífera con una americana para que fuera resistente a la filoxera. De ahí que no resultara descabellada la idea de que podría ser buena como portainjerto, es decir, como planta sobre la que injertar la variedad de vid que se quiere producir, como Albariño o Godello, por ejemplo.

La podredumbre de raíz, causada por Armillaria mellea, es un hongo que afecta al viñedo, ocasionando la muerte de las plantas. «Ya había estudios que mostraba que hay gran cantidad de viñedo afectado por este hongo, cerca del 60 % en O Ribeiro y el 26 % en Rías Baixas», asegura Díaz. Por eso los investigadores pensaron que sería interesante disponer de un portainjerto que fuera resistente a la enfermedad. Se hicieron ensayos en invernadero, donde se valoraron diferentes aspectos de esta variedad, y se inoculó la plata con el hongo en cuestión, para valorar el grado de incidencia de la enfermedad a nivel de raíz. «Se comparó con otros portainjertos, que son los más usado, y se observó que los de Folla Redonda no eran más tolerantes», explica.

Aún así, los investigadores decidieron valorar otros aspectos de esta variedad «y aparecieron cosas interesantes», asegura Díaz. «Apareció una mayor resistencia a los nematodos y eso es importante porque estos transmiten virosis que afecta al viñedo», cuenta la investigadora. También tiene una mejor capacidad frente a la salinidad que otros portainjertos y resiste mejor las situaciones de estrés hídrico, «lo que es muy relevante de cara al cambio climático», argumenta. Además, tiene una mayor capacidad de absorción del potasio.

Plantas de Folla Redonda

Al mismo tiempo, el trabajo permitió hacer una prospección de las plantas de Folla Redonda que existen en Rías Baixas, que es donde más se cultiva esta variedad de uva. «También aquí se vio una gran porcentaje de cepas con virosis, pero conseguimos algunas libres de virus», asegura. Y se estudiaron distintas tipos de injerto, tanto en invernadero como en plantaciones. «Descubrimos que no es fácil obtener planta con raíz desnuda en vivero, pero cuando se hacen injertos en campo el porcentaje de supervivencia es alto», asegura Díaz.

El proyecto de investigación ha llegado a su fin, pero los participantes en el mismo continúan con el trabajo. «Hemos realizado los primeros estudios, pero no sería descabellado que se regulara su uso como portainjertos», cuenta Díaz. Para ello se requiere de un estudio de la Oficina Española de Variedades de la Vid. Díaz asegura que este es un proceso muy largo, de entre tres y cuatro años, «y hay que valorar si realmente es interesante producir portainjertos de Folla Redonda», añade. De forma conjunta con las cooperativas, la Evega ha puesto también en marcha una finca experimental para seguir adelante con sus estudios sobre esta variedad de uva. «Vamos a ver cómo responde en campo, en viñedos de las cooperativas, y valoraremos su comportamiento en relación con el de otros portainjertos», concluye.