La cadena forestal se compromete a mantener los precios de la madera quemada

FORESTAL

La decisión se tomó en el seno de la fundación Arume, que también reclama un organismo público dedicado en exclusiva al ámbito forestal para abordar de forma integral todas las cuestiones ligadas al monte
06 sep 2025 . Actualizado a las 09:42 h.Tras la ola de incendios que afectó gravemente a Galicia, la Fundación Arume considera que ha llegado el momento de tomar una serie de medidas a corto plazo para conseguir una correcta restauración ambiental de los montes afectados. Y ese trabajo debe comenzar por la retirada de la madera quemada, pues esta podría ayudar a la extensión de plagas como el nematodo, que ya está presente en el sur de Galicia. Aserraderos, industrias y rematantes que forman parte de esta entidad se han comprometido, además, a mantener los precios para la madera quemada, con el objetivo de ayudar así a las comunidades y propietarios afectados. Y Abanca, uno de los patronos de Arume, destina un millón de euros en donaciones para los afectados y abrirá líneas de financiación a interés cero para anticipar las ayudas públicas.
La fundación reconoce que buena parte de la superficie que arrasaron los incendios fue rasa, aunque también hubo una importante superficie arbolada afectada. Es en esta donde conviene actuar cuanto antes. Debido a la gravedad de la situación, la cadena de la madera ha tomado el acuerdo de mantener los precios de la madera comercial que se retire de las zonas afectadas por el fuego. Una medida que quiere servir para apoyar a las comunidades de montes y dueños de parcelas que se han visto afectados.
Es necesario agilizar los trabajos de extracción de esta madera, aseguran en Arume, para evitar que esta se deteriore y para facilitar la posterior restauración ambiental de las zonas quemadas. El trabajo debe realizarse en los próximos meses, pues permitirá también evitar la extensión de plagas y enfermedades en el monte. Arume sostiene que las cortas cumplirán una función fitosanitaria que es especialmente importante en el sur de Ourense, ya que esta es la zona tampón para el nematodo del pino, una plaga que está afectando ya a algunos montes en el sur de Galicia. También es preciso actuar en el oeste de esta misma provincia, pues ahí hay una zona demarcada por la enfermedad. El problema es que el insecto que transmite esta plaga encuentra un hábitat óptimo para desarrollarse en los árboles quemados.
La corta y saca de madera se convertirá, de esta manera, en el primer paso del proceso de restauración ambiental del monte. Pero deberá realizarse, aseguran en Arume, siguiendo las recomendaciones técnicas pertinentes y con la autorización previa de la Administración. En el marco de estos trabajos de retirada de la madera del monte, siempre que la pendiente y la accesibilidad lo permitan, los restos de la corta permanecerán en el terreno, distribuidos de forma homogénea y evitando su acumulación en montones, con el objetivo de contribuir a la protección frente a la erosión. Posteriormente, será triturados antes de proceder a reforestar.
Apoyo de Abanca
Al mismo tiempo, la fundación asegura que Abanca, uno de sus patronos, ha puesto en marcha, desde el inicio de los incendios, importantes medidas de ayuda, como la donación de un millón de euros para los afectados y la apertura de líneas de financiación por importe de 150 millones de euros complementarias a las ayudas públicas. Estos anticipos son al 0 % y a un plazo de un año, lo que «supón un apoio fundamental nestes momentos para facilitar a execución dos investimentos subvencionados», añaden en Arume. La entidad tendrá, además, un papel relevante en el asesoramiento para el reparto del millón de euros donados.
Por otro lado Arume destaca que la tendencia a que se sucedan oleadas de fuegos más agresivos obliga a redefinir la estrategia de futuro. En este sentido, la fundación apuesta, primero, por desvincular la estructura administrativa, y por lo tanto el personal dedicado a la extinción de incendios, de los que se deben ocupar de la gestión forestal del monte. Estos últimos, además, deberán estar dotados de personal y presupuesto suficiente para que se pueda realizar una gestión integral de la superficie forestal.
Al mismo tiempo, la entidad considera que es preciso analizar en profundidad el cometido y los objetivos actuales del sistema de extinción de incendios, en la medida en que estos evolucionaron a incendios rurales, en los que la protección de los núcleos de población y las personas se convierten en la principal necesidad.
La segunda propuesta de Arume pasa por reunir en un mismo organismo público todas las competencias forestales, de forma que sea posible abordar una gestión integral del monte. «Cómpre lembrar que a superficie forestal supón dous terzos do territorio de Galicia, onde o sector xera máis de 23.000 empregos directos, 3.000 millóns de facturación e representa o 2 % do PIB de Galicia», añade esta entidad. Estos son, en su opinión, motivos más que suficientes para avalar la necesidad de unificar en un organismo público las competencias en todas las materias que afectan al monte, desde la silvicultura y la industria forestal a la caza, pesca y otros usos sociales.
Para finalizar, la fundación considera que en los próximos meses será necesario acometer un estudio independiente que permita un análisis sosegado de lo sucedido, tanto en lo que a las causas de los incendios se refiere como en lo relativo al funcionamiento del servicio de extinción, que llegó a situaciones de colapso. «Este exercicio de avaliación debe servir para aprender das debilidades detectadas, reforzar os medios dispoñibles e garantir unha resposta máis eficaz no futuro», concluye.