Un ensayo prueba el beneficio del lácteo enriquecido en mujeres menopáusicas
11 feb 2023 . Actualizado a las 11:23 h.La menopausia es una etapa más de la vida y así hay que tomarla, dicen los expertos. Pero aunque sea una evolución natural, no significa que no traiga, a veces, problemas asociados. El 30 % de las mujeres sufren síndrome metabólico una vez que pasan al climaterio, apunta Reyes Pérez, investigadora principal del grupo Estilos de vida y Termalismo y docente en la Escuela de Enfermería de Ourense, dependiente de la Universidade de Vigo.
Tres de cada diez no es una cifra nada desdeñable. «Antes de la menopausia los estrógenos tienen un efecto protector cardiovascular que después desaparece y el riesgo se dispara», apunta. Aumento de peso y problemas de colesterol son los efectos más frecuentes que, aparejados a una vida sedentaria, pueden desembocar en infartos cerebrales o de corazón. Así que todo lo que se pueda hacer para frenar el trastorno metabólico es beneficioso para la salud. Y en eso trabaja el grupo de investigación que lidera Pérez, centrado en la salud de las mujeres de más de 50 años. Uno de sus últimos proyectos fue un ensayo clínico impulsado por la lechera Feiraco para testar las bondades de una de sus líneas de producto. Se trata de una leche enriquecida de forma natural con omega 3, polifenoles y selenio. La comercializa bajo el nombre de Únicla.
Trabajaron con 46 mujeres. A todas les tomaron datos de talle, peso y presión arterial, y les hicieron una ecografía hepática. Las dividieron en dos grupos, el de intervención y el de control. Durante tres meses, cada una de ellas tuvo que tomar yogur y leche cada día y 250 gramos de queso dos veces a la semana. La diferencia estaba en los productos. La mitad tomaron lácteos «normales», mientras que las demás (las del grupo de intervención) recibieron productos de la gama enriquecida de manera natural. «Nos encontramos que estas últimas habían mejorado significativamente», resume Pérez. Y pone ejemplos: «En la menopausia el colesterol bueno tiende a disminuir y si baja de 50 es preocupante. Pero vimos que en el grupo de intervención incluso subía de forma significativa; y es muy interesante porque no hay ningún fármaco que pueda subirlo». Al contrario de lo que ocurre con el colesterol malo, que sí hay productos de laboratorio que pueden ayudar en su control, no existe este recurso para poder subir el bueno. Y no fue el único dato positivo. «También bajaron el colesterol malo, el perímetro de cintura y el índice de masa corporal», señala. En la conclusión, Pérez es tajante: «No tenían que hacer nada especial y mejoraron de forma significativa la salud».
El grupo de investigación trabaja ahora en testar los posibles beneficios de la ingesta del lácteo en mujeres con hipotiroidismo subclínico.
La leche enriquecida de forma natural salió del laboratorio de la Facultad de Veterinaria, ubicada en Lugo, dependiente de la Universidade de Santiago de Compostela. Allí trabaja el grupo de investigación LHICA, dedicado al desarrollo de alimentación funcional. No es un proyecto nuevo, sino que se remonta al 2008, pero no fue hasta el año pasado cuando se hizo el estudio clínico que demostró los beneficios reales de la leche naturalmente modificada sobre la salud.
El trabajo en Lugo comenzó echando la vista atrás, explica Alberto Cepeda, catedrático y coordinador del grupo de investigación. «Desde el Paleolítico los hombres consumían alimentos de origen animal, de animales que habían pastado», relata. De esta forma, dice, incorporaban a su grasa componentes beneficiosos para el humano que se fueron perdiendo con la ganadería intensiva. Sabiendo que tanto el omega 3 como el selenio están reconocidos como ingredientes funcionales que han demostrado valor añadido, se pusieron a trabajar. El objetivo era mejorar la alimentación de las vacas para ver si esta redundaba en un producto mejorado. Y se va a la automoción para buscar un símil: «Si a un motor gasolina le metes gas o alcohol, puede funcionar. Pero seguro que no de la misma manera». Algo parecido sucede, dice, con los animales criados en intensivo.
En el laboratorio fueron probando fórmulas y combinaciones hasta que dieron con la correcta, que después trasladaron a la alimentación de las vacas. «Lo que obtenemos es una leche natural de una vaca que hemos manipulado a través de la alimentación para que haga una leche mejor. No es un proceso realizado en el laboratorio con modificaciones tecnológicas», explica. Recién ordeñada, la leche muestra una composición diferente, con menos grasas saturada y más omega 3 y 9 que la procedente de una vaca sin alimentación mejorada. «Gran cantidad de polifenoles de aceituna (se usa pulpa para sumar las ventajas del aceite de oliva) se incorporan a la leche. Y el uso de levaduras en la alimentación permite subir el selenio. Todo pasa por la boca de la vaca y en el rumio se incorpora a la leche», explica. ¿La diferencia con otras marcas? «Hay otras industrias que han sacado leche enriquecida con omega 3, pero no con polifenoles (que son cardioprotectores) o selenio», responde.
Los polifenoles están muy presentes también en el vino o la cerveza, pero recurriendo a la leche se evita la ingesta de alcohol. Su consumo continuo diario, aunque sea en bajas cantidades, ayuda a que el cuerpo lo vaya asimilando, asegura el investigador.
El grupo de Cepeda hizo varios ensayos con la leche para testar posibles beneficios para su consumo por deportistas o ancianos. Con el trabajo de Pérez y su grupo se ratifican en un ensayo clínico las cualidades beneficiosas del producto.