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¿Cuáles son los hándicaps de la apicultura ecológica?

Maruxa Alfonso Laya
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GANADERÍA

Agostiño Iglesias

Instalar las colmenas lejos de cultivos que empleen fitosanitarios y alimentar a las abejas con miel y polen de la explotación son dos de los requisitos que deben cumplir estas explotaciones

17 mar 2023 . Actualizado a las 09:58 h.

Incrementar la superficie que se cultiva en ecológico, que es uno de los grandes objetivos para la agricultura que persigue la Unión Europea dentro de estrategias como De la granja a la mesa o el Pacto Verde Europeo, no solo tendrá efectos positivos sobre el medio ambiente, sino también sobre otros muchos sectores. Uno de ellos será, sin duda, la apicultura. Primero, porque habrá menos productos químicos que puedan dañar a estos polinizadores y, en segundo lugar, porque permitirá también incrementar el número de apicultores que apueste por trabajar de una forma más respetuosa con el medio ambiente. Y es que uno de los requisitos para poder obtener el certificado de ecológico para la miel es que las colmenas estén rodeadas de cultivos ecológicos o de vegetación silvestre. Algo que, en la actualidad, no siempre resulta sencillo.  

Cuentan en el consejo regulador de la agricultura ecológica de Murcia que para poder realizar apicultura ecológica es imprescindible que las colmenas estén colocadas en áreas que aseguren fuentes de néctar y polen constituidas esencialmente por cultivos ecológicos o por vegetación silvestre. Se pueden ubicar también cerca de cultivos gestionados de forma no ecológica pero que solo hayan sido tratados con métodos de bajo impacto ambiental. Deben así estar a suficiente distancia de fuentes que puedan contaminar los productos apícolas o dañar la salud de las abejas. Y esta distancia, regulada por normativa europea, es de un radio de tres kilómetros alrededor de la ubicación de la explotación. Este mismo precepto deben cumplirlo también las que realizan trashumancia en todos los asentamientos que utilicen.

Con esta medida se evitará que los productos químicos puedan contaminar la miel o sus derivados. Pero todavía hay muchas más medidas que tiene que cumplir estos profesionales, como que el material con el que están hechas las colmenas sea de origen natural o que la cera que se emplee en ellas debe proceder de colmenas ecológicas. Además, la recolección de miel no se puede realizar de panales con crías y tampoco se pueden utilizar repelentes químicos de síntesis.

Otro aspecto fundamental del manejo de estos animales es su alimentación. Esa debe realizar con la miel y el polen que se recogen en la explotación, por lo que se deben guardar reservas que ayuden a estos insectos a pasar el invierno. Aún así, en caso de peligro de supervivencia de las colmenas por motivos climáticos, se permitirá la alimentación artificial con miel de otros colmenares, jarabe de azúcar o azúcar. 

Para que la miel y otros productos como el polen o el propóleo puedan venderse presumiendo de la etiqueta ecológico, las colmenas deben llevar por lo menos un año cumpliendo con los requisitos de alimentación y ubicación. 

El control de plagas y enfermedades es otra de las tareas que los apicultores en ecológico deben realizar de forma diferente. Se priorizarán las medidas preventivas y la limpieza y desinfección de los colmenares, dos tareas en las que puede emplearse en hidróxido de sodio o tratamientos tñermicoz, como el vapor de agua o la llama directa. Si estas medidas no funcionan, se podrán emplear productos autorizados para el tratamiento de las colmenas según la normativa general. Pero entonces, estas colmenas deberán separarse del resto y, una vez terminado el tratamiento, sustituir toda la cera por otra nueva de apicultura ecológica. También deben iniciar un nuevo período de conversión, que será de un año. 

Por último, para el tratamiento de la varroa, una de las enfermedades que más preocupa a los apicultores españoles, se han autorizado distintos tipos de ácidos, como el fórmico, el láctico, el acético o el oxálico, cuyo empleo no exige período de conversión.

Todas estas explotaciones en ecológico están certificadas y acreditadas por uno de los consejos reguladores de la agricultura ecológica que existen en España. Estos garantizan que la miel que se comercializa con su etiqueta se ha producido de forma respetuosa con el medio ambiente y, para ello, realizan revisiones periódicas en las colmenas con el fin de comprobar el cumplimiento de estos exigentes requisitos.