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Hilo de calidad, aislantes, pellets; las mil oportunidades de la lana gallega

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

ALEJANDRO CAMBA

Por ahora, solo pequeños artesanos han logrado dar valor a este subproducto que ocasiona serios quebraderos a las granjas porque nadie quiere recogérselo

25 abr 2023 . Actualizado a las 18:38 h.

«En Galicia la oveja se usaba para comer por eso nunca hubo lavaderos. La lana se esquilaba y se llevaba a León», asegura Bea Carbón, una de las responsables de un proyecto que busca elaborar un hilo de calidad a partir de la lana de oveja gallega. Lleva muchos años investigando y trabajando con este producto y, en su opinión, podría haber mil salidas para el mismo. Pero falta lo de siempre, financiación suficiente para investigar y poner en marcha proyectos que permitan encontrarle la rentabilidad. Porque las posibilidades de la lana son muchas, asegura, desde su uso como aislante en la construcción hasta su venta en forma de pellets para abonar las tierras y, por supuesto, como hilo. Sin embargo, solo los pequeños artesanos parecen haber encontrado una salida a este subproducto del que a las granjas gallegas les cuesta horrores deshacerse.

En la asociación de criadores de ovino y caprino de Galicia (Ovica) aseguran que, en los últimos años, han colaborado en varios proyectos con el objetivo de buscar otros usos para la lana y poner así fin al problema que afecta a las explotaciones, que tras el período de esquila no tienen cómo deshacerse de este subproducto, que además está considerado un residuo de origen animal. «Houbo algún proxecto de construción, en centros de investigacións, nos que se buscou a forma de reciclala creando novos materiais, para facer plaquetas e paredes», cuenta Amaia Santamarta, técnica de esta agrupación. También recuerda que, en otras épocas, la lana era el principal material de colchones y almohadas, un uso que podría recuperarse. «Os portugueses, por exemplo, fan fieltro con ela e en Lourizán había un proxecto para usala como acolchado nos cultivos, porque hai empresas que hoxe en día fan pellets de aboado», añade.

ALEJANDRO CAMBA

Así que la única salida que encuentran algunas explotaciones es la colaboración con pequeños artesanos, repartidos por toda Galicia, que les recogen la lana con el objetivo de hacer un hilo de calidad. El de Bea Carbón y Lola Logaro es uno de ellos,  «intentamos sacar un producto con lana de oveja gallega a través del cual podamos comercializar lana de calidad», asegura Carbón. Esta colaboración empezó de la nada hace unos años «y financiando todo nosotros así que, según podamos ir comercializando le iremos dando más salida a la lana de Galicia», añade.

El problema, aseguran en este negocio, «es que necesitamos que se involucren las instituciones. Hay proyectos a nivel nacional donde las autonomías se han implicado porque nos hace falta financiación», explica esta artesana. En su opinión, la lana gallega podría tener múltiples salidas, sobre todo, la de la raza oveja gallega, con la que han demostrado que se puede elaborar un hilo de mucha calidad. Pero también hay hueco para la demás, para la que proviene de animales que son cruces entre varias razas. «Hay mercado para esto, pero está sin desarrollar. Hay muchos artesanos que estamos haciendo cosas, pero eso no da para solventar el problema», añade en referencia a las dificultades de los ganaderos para poner en valor este producto.

Tras años de trabajo, Carbón y Logaro han conseguido «un hilo de lana gallega impresionante». Para ello «seleccionamos los animales y hacemos un buen esquileo», explica Carbón. Insiste en que es fundamental la raza, pues ella solo utiliza animales de oveja gallega, y también hacer investigación, para averiguar cómo obtener la de mayor calidad. Han logrado, también, una marca para el hilo gallego que ya ha sido registrada por el ministerio. «He salido de Galicia con la lana gallega y esta puede competir con la de otras autonomías», sostiene.

La misma opinión tiene Teté Mareque, otra artesana que también trabaja con hilo de lana gallega. Ardexarxe es su proyecto, que recoge lana de oveja gallega en varias explotaciones y la reparte entre 22 artesanos de Galicia, Bulgaria y Polonia, para que cada uno elabore sus creaciones. «Nuestra lana no tiene nada que envidiar a las otras y, además, es la lana que tejimos toda la vida», asegura Mareque. Sostiene que, tras su primera experiencia, «estamos teniendo mucha demanda. Se va a presentar en Bulgaria en una feria y quedé también con un diseñador gallego que está interesado», explica. El año pasado, las granjas le cedieron este producto. Ahora, ella ha decidido pagárselo. «La lana tiene que tener un valor», concluye.

La ganadería que logró cobrar por este producto y la que lo regaló para la construcción

Hilakune y Teté Mareque tienen en común la granja en la que recogen la lana, la explotación en ecológico A Ciruxana, ubicada en Vilariño de Conso, en Ourense. Gracias a su colaboración con estas artesanas, en esta granja han conseguido poner en valor este producto, por el que este año percibirán un precio justo. En otras explotaciones, en cambio, tienen que buscarse la vida para poder deshacerse de los restos de la esquila. Como el ganadero que le hizo un favor a su vecino al regalársela para que la utilizara como aislante en la rehabilitación de su vivienda.

«Levaba un ano e pico coa la aquí almacenada e un veciño pediume si lla regalaba para utilizar como illante nas obras que estaba facendo na súa casa», cuenta Roi López, un ganadero de la Ribeira Sacra. Teniendo en cuenta que hace años que no consigue que nadie le pague por este producto, la salida le pareció perfecta y, gracias a eso, pudo deshacerse de la lana extraída tras los dos últimos esquilados de sus ovejas. Este año, en cambio, no tiene quién se la recoja y, a estas alturas, todavía no sabe qué va a hacer con ella.

En A Ciruxana, en cambio, llevan años colaborando artesanas como Teté Mareque y Beatriz Carbón para explorar las posibilidades de la lana de oveja gallega. «É un produto de moita calidade e nós tiñamos que regalalo», lamenta Xoán González, responsable de esta granja. En años anteriores, cedieron su producción a las artesanas, «este ano foi Teté a que nos dixo que tiñamos que cobrala, así que a nosa la xa vai ter un prezo na granxa», concluye. Ellos tienen alrededor de medio millar de cabezas de oveja, cada una de las cuales produce tras la esquila, «entre un quilo e quilo e medio de la, porque a ovella galega é máis pequena», cuenta.