El sello del Craega garantiza que los productos son ecológicos, por lo que ayudan a conservar el medioambiente y tienen beneficios en nuestro organismo
05 ago 2023 . Actualizado a las 20:22 h.La agricultura ecológica cada vez es más conocida, pero ¿en qué consiste realmente y en qué se diferencia de la convencional? Mientras que la ecológica basa su producción en ciclos naturales, la tradicional se centra en monocultivos que sean rentables mediante en el empleo de fertilizantes y plaguicidas que pueden reducir la fauna y la flora del entorno.
Según el Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega), este sistema de gestión y producción agraria, también llamada «orgánica» o «biológica», se basa en la premisa de «obtener alimentos de máxima calidad, más naturales, saludables y nutritivos sin usar productos químicos de síntesis ni organismos modificados genéticamente», siempre con el objetivo de mantener o aumentar la fertilidad del suelo y preservar el medio ambiente. El certificado del Craega garantiza que los productos son ecológicos.
La producción ecológica tiende a tener un impacto ambiental mínimo, ya que los productos fueron producidos y elaborados según la normativa europea de la agricultura ecológica, estando controlados en todo su proceso. Lo mismo sucede con la ganadería ecológica, ya que esta garantiza el máximo nivel de bienestar animal y el respeto de los ciclos biológicos de los animales.
¿Son lo mismo la agricultura eco, bio u orgánica?
Con la proliferación de las prácticas engañosas publicitarias, es habitual dudar si realmente se está comprando un producto con estas características. Pero la legislación de la Unión Europea, en lo que se refiere a producción y etiquetado, entiende los términos «orgánico», «biológico» y «ecológico» como sinónimos.
Esta diversidad de términos para definir un mismo concepto viene de la variedad lingüística europea, ya que cuando el Consejo de Europa creó esta legislación, también definió cual era más adecuado para idioma: en español sería «ecológico»; en inglés, «organic» y en francés, «biologique».
¿Cuáles son los beneficios de su consumo?
La producción ecológica promueve el uso responsable de la energía y los recursos naturales, así como el mantenimiento de la biodiversidad y la calidad del agua. Además, pretende lograr la conservación de los equilibrios ecológicos regionales y persigue el bienestar animal exigiendo a los ganaderos que respeten los hábitos de conducta específicos de los animales.
También favorece la disminución de productos que se acaban desechando, ya que la agricultura convencional habitualmente produce más alimento del necesario. Según los datos del 2022 aportados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España (Mapa), en España se desperdiciaron 1.201,92 millones de kg de alimentos y bebidas dentro y fuera del hogar, lo que supone una media semanal de 23,11 millones de kg.
Pero no solo beneficia al medio ambiente, el Craega garantiza que «la salud de los consumidores de productos procedentes de la agricultura ecológica está asegurada». Al no utilizar productos químicos de síntesis ni semillas transgénicas se consumen productos más naturales que son asimilados correctamente sin alterar las funciones metabólicas, beneficiando al organismo.