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Mayor engrasamiento y calidad de la carne: las razones por las que Ternera Gallega modificó su reglamento

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Óscar Cela

El presidente de la IXP, Jesús González, asegura que los cambios solo buscan lograr una mayor uniformidad de los canales y ayudar a los ganaderos a cobrar más por sus producciones

21 may 2024 . Actualizado a las 09:50 h.

La IXP Ternera Gallega acaba de aprobar una modificación de su reglamento que, fundamentalmente, persigue conseguir un mejor acabado de los animales y mejorar su bienestar. Y, aunque algunas de las nuevas medidas han generado alguna discusión, desde el consello regulador se asegura que todas las decisiones se han tomado en base a informes técnicos. «A idea é producir mellor e obter mellores canais de carne, para que se poida pagar máis por eles», asegura el presidente de la IXP, Jesús González.

En el consello regulador tienen claro que cada explotación tiene sus particularidades y que existen muchas y variadas formas de producir la carne que ampara Ternera Gallega. El problema, añade González, es que precisaban una mayor uniformidad y una mayor calidad de la carne, para conseguir unos mejores precios en los mercados. «O sistema tradicional de cría dos animais baseábase en que os becerros quedaban sempre na cuadra, non saían pastar coas nais. Pero iso foise variando e cada un utiliza o que mellor se adapta ás súas peculiaridades», explica González. Así, a día de hoy hay becerros que no salen de la cuadra, otros que pasan buena parte del tiempo estabulados, otros que pasan la mayor parte de su vida en los prados y otros que están siempre fuera. Y, aunque todos son válidos, «botábase en falta un acabado final dos animais para que as canais estiveran máis engraxadas e jugosas», cuenta.

Por eso, hace ya tiempo, se inició una discusión en el seno del consello regulador. Conseguir una mayor uniformidad y calidad de los canales era también una recomendación de la Estratexia da carne, elaborada por Medio Rural y en la que participaron todos los representantes del sector. E incluso la consellería encargó un estudio técnico a la Juana de Vega. «Todos os estudos concluían no mesmo, na necesidade de facer un acabado final dos xatos», añade.

Alimentación propia

Fue entonces cuando se decidió cambiar el reglamento. «Estas condicións que agora se establecen non son nada novo. Eran unha recomendación no anterior regulamento», afirma. Así, pasó a imponerse la necesidad de facilitar a los animales una alimentación complementaria. «O ideal é que esta fora a base dunha boa forraxe, un bo silo de herba, ter cereais propios e aproveitar certos alimentos que antes había nas explotacións, como patacas ou nabos», cuenta. Por supuesto que esta se puede completar con concentrados, «pero o problema destes é que dependes do mercado e cando os prezos soben, aféctanos», afirma.

González insiste en que, desde el consello regulador, «a alimentación vémola como un medio para obter uns canais excelentes» y recuerda que «o que hai que facer é un acabado dos animais, o como e o onde decídeo cada un».

¿Dónde se debe llevar a cabo este acabado? Aquí surgieron dudas sobre si hacerlo en los prados o en las cuadras y se buscó un término medio. Hasta los ocho meses, los animales pueden permanecer en el prado con sus madres y ese alimento suplementario se le puede dar mediante unos comederos móviles a instalar en las parcelas. «Ata esa idade o animal mama e ten que estar coa nai», explica González. A partir de los nueve meses, en cambio, el aporte de leche se reduce considerablemente. A eso hay que sumarle que a esa edad los becerros tampoco deben hacer mucho ejercicio, para lograr un mayor engrasamiento de la carne. «Por iso se valorou a idea de que estiveran nun recinto pechado». Esto puede realizarse en las cuadras o, también, en recintos al aire libre, que estén más acotados «e impidan que os animais recorrer quilómetros», explica. A estos espacios hay que dotarlos de un pequeño cobertizo, para que puedan resguardarse de las inclemencias meteorológicas. Estas obras se pueden subvencionar, además, con las ayudas de Medio Rural y se concede un plazo de dos años a los productores para que puedan cumplir con estas exigencias.

Otros cambios: de la carne congelada al bienestar animal

El nuevo reglamento incluye otras novedades, como que autoriza la congelación de carne destinada a terceros países, incluye nuevas medidas de bienestar animal que deben cumplir las explotaciones y prevé el cambio en el nombre del consello regulador, que pasará a llamarse igual de la IXP. «Hai uns anos cambiamos o nome a Vacún de Galicia, pero iso xera confusión no consumidor e por iso decidimos volver a chamarnos Consello Regulador da IXP Ternera Gallega e Vaca Galega- Boi Galego», explica González.

Exportaciones

Al autorizar la congelación de la carne con destino a terceros países, es decir, fuera de Europa, se busca intentar aprovechar un nicho de mercado que existe en países con alto poder adquisitivo y que no son productores, como los Emiratos Árabes o el sudeste asiático. «Son países nos que xa consumen carne conxelada e a nosa tamén pode chegar alí e é moito mellor ca que eles consumen», asegura. Ahora, añade, habrá que ver si la industria gallega es capaz de poner sus productos en estos mercados. «É unha medida que non afecta aos mercados internos e que abre a oportunidade a un mercado que pode ser interesante», añade González.

Iluminación y tamaño

El consello regulador no ha querido dejar pasar la ocasión de incluir algunas medidas de bienestar animal, aprovechando la reforma del reglamento. Así, en la nueva normativa se prevén medidas que buscan evitar la masificación de los establos, limitando a un máximo de 40 animales por lote, siempre que dispongan de una superficie de 2,2 metros cuadrados por ternero mayor de seis meses; o un máximo de 60 animales cuando la superficie mínima sea de cuatro metros.

Además, los ganaderos deben garantizar la calidad del aire, las condiciones térmicas y la iluminación en el interior de las instalaciones, apostando por la correcta ventilación y orientación de los establos. Los animales deberán disponer de ocho horas de luz ambiente al día y la temperatura deberá oscilar entre los 0 y los 35 grados. También será preciso facilitar el acceso a los comederos y a los bebederos y vigilar de cerca la salud de los terneros, que no presenten daños ni comportamientos extraños.