Europa aconseja incrementar la vigilancia sobre la gripe aviar en mamíferos domésticos y de granja

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

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En once municipios de Galicialas gallinas están encerradas desde principios de año MONICA IRAGO

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria sostiene que el virus ya es endémico en las aves silvestres y que existe un riesgos creciente por mutaciones asociadas a otras especies animales

06 nov 2025 . Actualizado a las 11:46 h.

Coger la gripe en verano era, hasta hace unos años, algo inusual. Pero ya no es así. Hace ya algún tiempo que este tipo de enfermedades circulan de forma permanente entre la población, aunque su incidencia sigue siendo mucho más elevada en los períodos invernales y otoñales. Y lo mismo está sucediendo con la gripe aviar, según el último informe científico publicado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), a petición de la Comisión Europea.  El virus es ahora endémico entre las aves silvestres de Europa y, por ello, conviene cambiar la forma de combatirlo. Son necesarias mayores medidas de bioseguridad y extremar la vigilancia sobre otro tipo de animales, como los mamíferos domésticos y de granja, aconseja ese documento. 

Entre principios de junio y principios de septiembre de este año, en Europa se notificaron 183 focos de este virus en quince países diferentes. De ellos, 156 fueron en aves silvestres y 27 en aves domésticas. A mayores, se encontró la enfermedad en cuatro zorros árticos de Noruega y en 19 personas, la mayoría de las cuales habían estado expuestas al virus a través de aves de corral. La buena noticia es que no hubo casos de transmisión de humano a humano por lo que, actualmente, sigue siendo de bajo a moderado el riesgo de contagio para las personas que trabajan con animales que pueden estar infectados.

El problema está en que «desde el año 2020 ha habido una circulación constante y persistente de estos virus en las poblaciones de aves silvestres», reza el informe, y se espera que esto continúe así, lo que cambia «la situación epidemiológica de esta enfermedad, ya que ahora está claro que el virus «persiste en las aves silvestres en Europa», añade. También se está produciendo otro fenómeno y es que cuando el virus se detecta en las aves de corral, las tasas de mortalidad ya son muy elevadas, lo que sugiere que se está realizando una detección tardía, lo que puede suponer un problema tanto para el control de la enfermedad como para las personas que trabajan en esas explotaciones, que tienen más riesgo de infectarse. 

Por otro lado, se siguen detectando casos de contagio entre mamíferos, tras los más de mil positivos registrados en los últimos meses entre el ganado lechero de Estados Unidos. Este año, por ejemplo, aparecieron cuatro crías de zorro ártico positivas en Noruega. Y se detectaron otras dos especies en Estados Unidos que dieron positivo, la rata almizclera y la ardilla terrestres de cola redonda. También se confirmaron los positivos entre gatos de California que habían consumido leche cruda contaminada.

La EFSA también se hace eco de un estudio que detectó la presencia del virus no solo en la leche de los tanques de granjas de California, sino también en el aire de la sala de ordeño, en las aguas residuales y en el aire exhalado, «lo que sugiere que la propagación también podría producirse por exposición indirecta al aire y al agua», añade. Aún así, el informe recoge que la mayoría de los casos de contagio a humanos se produjeron tras haber estado expuestos a animales infectados y que es probable que esto siga sucediendo. 

Ante esta situación, la agencia europea emita una serie de recomendaciones para ayudar a los estados a diseñar sus estrategias contra la gripe aviar. En el caso de los aves, considera que serán necesarias medidas que refuercen la bioseguridad y órdenes de confinamiento de estos animales durante el otoño y el invierno. También apuesta por implementar sistemas de vigilancia efectivos en aves silvestres para poder conocer el verdadero alcance de la enfermedad.

Confinamiento y vacunación

Teniendo en cuenta la persistencia del virus entre las aves silvestres, apuesta por poner en marcha estrategias más a largo plazo, como evitar instalar granjas avícolas en zonas con alto riesgo de introducción del virus, reducir la densidad de las explotaciones en estas áreas, aplicar vacunación preventiva e implementar órdenes de confinamiento. Al mismo tiempo, propone ofrecer actividades de formación específicas a los trabajadores avícolas, para evitar su contagio y ayudarles a detectar la enfermedad. 

El informe recoge, también, medidas para los mamíferos con una advertencia clara: es necesario incrementar la vigilancia virológica y serológica sobre carnívoros silvestres y domésticos en áreas donde el virus esté circulando, así como vigilar a los mamíferos domésticos y de granja. Teniendo en cuenta los brotes entre el ganado lechero de Estados Unidos, se apuesta por realizar pruebas de vigilancia entre rumiantes cuando se observen signos clínicos evidentes y no resueltos y que estos coincidan con la infección en otros animales domésticos o silvestres que vivan en el entorno de estas granjas bovinas. 

También se recomienda la vigilancia del virus de la gripe aviar en explotaciones porcinas en las que haya aves de corral o fauna silvestres infectada, Y aconseja que los laboratorios nacionales de referencia estén preparados para realzar actividades de diagnóstico virológico y serológico en mamíferos, incluídos los rumiantes. Por último, «no se deben alimentar mascotas ni otros mamíferos cautivos con carne cruda, alimentos para mascotas crudos y otros productos de origen animal, como la leche cruda, procedentes de fuentes no controladas», concluye el documento.

En cuanto a los humanos, el documento aconseja el uso de equipos de protección personal adecuados para los trabajadores de las explotaciones en las que se detecte el virus y la aplicación de medidas adecuadas de bioseguridad y bioprotección en lugares de trabajo con mayor riesgo de exposición. La gripe aviar, concluye el documento, es ahora endémica en las aves silvestres de Europa y, además, existe un riesgo creciente por mutaciones asociadas a los mamíferos. Así que, aunque todavía no hay evidencia de transmisión sostenida a humanos en la Unión Europea, los casos vinculados al ganado lechero de Estados Unidos y la detección de nuevas especies mamíferas infectadas son señales de alerta que refuerzan «la necesidad de bioseguridad, vigilancia activa y cooperación internacional», concluye la EFSA.