Miles de marineros siguen atrapados en sus barcos sin opciones de relevo
SOMOS MAR
El sector pesquero reclama a las autoridades que medien por la flota, que no puede ir a puerto por el covid-19
29 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Miles de tripulantes de la extensa flota de larga distancia española, y por extensión la gallega, continúan atrapados en el interior de sus barcos, alejados de los puertos porque no hay posibilidad alguna de hacer relevo de dotaciones debido a la cuarentena que se les impone y a las restricciones de viaje durante la crisis del coronavirus. Las embarcaciones han prolongado sus campañas en alta mar para frenar la enfermedad. Pero si se retrasan los reemplazos, los pescadores no podrán descansar y pasarán más días en el mar de los habituales, lo que incrementará la fatiga, el estrés y los accidentes laborales.
Así lo ha puesto de manifiesto el secretario general de Cepesca, Javier Garat, que se suma a las demandas realizadas por empresarios, cooperativas y sindicatos para que las Administraciones nacionales y Bruselas adopten medidas urgentes y globales, que van desde el suministro de test de covid-19 a una intensificación de la labor diplomática para abrir puertos o aeropuertos.
Al hecho de que no se puedan renovar las tripulaciones se añade también la reducción del mercado, que ha derivado en la saturación de la capacidad de almacenamiento frigorífico. En ello han influido varios factores, como el cierre de los canales de distribución a terceros países por la alerta sanitaria, la reducción de la actividad industrial en la Unión Europea y la paralización de la hostelería y la restauración.
En lo que más se está trabajando ahora es en la agilización de la movilidad de los marineros y su repatriación. No es para menos. Hay entre 4.500 y 5.000 trabajadores que faenan a bordo de unos 200 navíos de pabellón español en alta mar en los cinco continentes, a los que se pueden añadir cifras similares si se cuentan los barcos con capital español, pero con matrícula de otro país (sociedades mixtas), según estimaciones de la patronal Cepesca.
En el caso gallego, la Xunta, a través de la Dirección Xeral de Relacións Exteriores e coa Unión Europea, en coordinación con la Consellería do Mar y la Secretaría Xeral da Emigración, puso en alerta, hace exactamente un mes, a las embajadas de España en terceros países trasladándoles todas esas trabas que los barcos gallegos están hallando en los caladeros exteriores por la crisis del coronavirus.
En este sentido, también los eurodiputados del PP en la Comisión de Pesca Francisco Millán Mon y Gabriel Mato han preguntado a la Comisión Europea por los problemas a los que se enfrenta la flota europea de gran altura como consecuencia de las medidas adoptadas en países terceros a causa de la pandemia. Instan a que se realicen las gestiones diplomáticas oportunas, en especial a través de las delegaciones de la UE en Namibia, Perú, Mauritania, Senegal, Costa de Marfil, Cabo Verde y Ecuador, para que se actúe ante las restricciones a los relevos de las dotaciones, las dificultades logísticas en el transporte y almacenamiento; la falta de atención médica regular y la escasez de suministro de medicamentos o medios de protección como mascarillas o guantes.
Ribeira propone que buques de la Armada y de la Guardia Civil hagan los traslados
j. jamardo
La falta de relevos en la flota afecta, en el caso de Ribeira, a cerca de un centenar de tripulantes, lo que ha provocado que desde distintos colectivos se intente buscar una solución, pues «a xente non pode botar dez meses a bordo», comenta María José Dopazo, directiva de la organización de palangreros de Ribeira, que tienen buques pescando palometa negra en aguas de Mauritania.
Los vuelos quedaron suspendidos desde hace varias semanas y la armadora señala que buscan por todos los medios tratar de sustituir a los tripulantes, «incluso intentamos contratar pola nosa conta algún remolcador ou avionetas, pero non foi posible».
Ante esta situación, la portavoz de la asociación se dirigió al Gobierno central en busca de ayuda.
Propone que buques de la Armada española o de la Guardia Civil que están por la costa africana trasladen a los marineros desde sus puertos base en Mauritania hasta Canarias o Algeciras para que se puedan hacer los relevos pertinentes pues «un home non pode estar tanto tempo no mar». María José Dopazo considera que la situación es de extrema necesidad y más aún cuando la pesca es necesaria para el abastecimiento de la población por lo que, «os barcos poderíanse usar para este fin. Con unha viaxe daría para cubrir un relevo. Nós encargaríamonos de facerlle os test aos tripulantes e tamén pasarían unha cuarentena». La travesía de ida y vuelta duraría unos tres días, según la empresaria y se evitaría amarrar la flota.