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Un robot de minería submarina se pierde en el Pacífico

La Voz

SOMOS MAR

Activistas de Greenpeace International pintan la palabra 'riesgo' en el lado de estribor de Normand Energy, el buque fletado por la empresa belga Global Sea Mineral Resources (GSR) para operar el Patania II, el robot submarino del que se perdió el control en el Pacífico. Foto descargada del comunicado de Greenpeace
Activistas de Greenpeace International pintan la palabra 'riesgo' en el lado de estribor de Normand Energy, el buque fletado por la empresa belga Global Sea Mineral Resources (GSR) para operar el Patania II, el robot submarino del que se perdió el control en el Pacífico. Foto descargada del comunicado de Greenpeace Marten van Dijl

Greenpeace asegura que se ha soltado el cable de conexión al barco nodriza

28 abr 2021 . Actualizado a las 18:38 h.

«Una de las primeras pruebas piloto de minería en aguas profundas del mundo ha dado como resultado que una enorme máquina quede atascada en el fondo marino del océano Pacífico», revela Greenpeace en un comunicado de prensa. Asegura que las pruebas de  la empresa Global Sea Mineral Resources (GSR) con el robot colector de nódulos Patania II «han dado como resultado la pérdida de control del robot de 25 toneladas en el fondo del mar debido a la rotura del cable de conexión» al buque Normand Energy, fletado por GSR.

Según Greenpeace, GSR «ha confirmado que la conexión entre el Patania II y el cable se ha soltado, por lo que Patania II se encuentra actualmente en el fondo del mar». A bordo del buque Rainbow Warrior, activistas de Greenpeace siguen en el océano Pacífico las operaciones de esa empresa. La oenegé asegura que no es la primera vez que el Patania II falla. En el mismo comunicado, recuerda que en el 2019 tuvo que detener la prueba del mismo prototipo de colector de nódulos debido a los daños causados en el cable de alimentación y las comunicaciones del vehículo.

La semana pasada, activistas de Greenpeace pintaron la palabra «riesgo» en el costado del barco Normand Energy para denunciar así la amenaza de la minería submarina para los océanos. La oenegé afirma que GSR se ha adjudicado un área de contrato de exploración de 75.000 kilómetros cuadrados en el Pacífico. Greenpeace dice haber «constatatado la remoción de sustrato desde el suelo marino en superficie de esta minería». Recuerda que la comunidad científica «ya ha advertido que la descarga de sedimentos potencialmente tóxicos, con partículas en suspensión en la columna de agua, podría afectar a una variedad mucho mayor de especies oceánicas, más allá de las especies de aguas profundas y que los sedimentos podrían viajar cientos o incluso miles de kilómetros».

«Es irónico que una industria que quiere extraer metales del lecho marino termine arrojándolos allí. Este flagrante fallo es una clara advertencia de que la minería submarina supone un gran riesgo. Perder el control de una máquina minera de 25 toneladas en el fondo del Pacífico debería hacer descartar la idea de extraer de las profundidades del mar», afirma Sandra Schoettner, bióloga marina de Greenpeace Alemania a bordo del Rainbow Warrior en el océano Pacífico.