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Furtivos de O Portiño agredieron y amenazaron de muerte a los agentes

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Fue en uno de los operativos realizados para investigarlos por grupo criminal

12 jul 2021 . Actualizado a las 22:03 h.

Algunas de las 19 personas del poblado de O Portiño investigadas por grupo criminal deberán responder también por agresiones y amenazas de muerte a agentes del Equipo de Respuesta Policial (Erpol), de la unidad de la Policía Nacional adscrita a la Xunta de Galicia. En uno de los más de 50 operativos que los agentes autonómicos desarrollaron para demostrar que actuaban de forma organizada para extraer percebe de forma furtiva, los implicados, ayudados por decenas de habitantes del poblado, pusieron en serios aprietos a los agentes de la Erpol, que abandonaron el lugar entre insultos, amenazas y lanzamiento de todo tipo de objetos contra el vehículo policial.

Los hechos ocurrieron después de identificar a tres personas cuando se dirigían en traje de neopreno hacia las islas de O Portiño. Una vez tomados los datos de cada uno de ellos, los agentes recibieron un aviso de que otro grupo que actuaba por la zona de Mera regresaba hacia el poblado en automóvil, así que los policías decidieron esperarlos en la rotonda que da acceso al asentamiento en un vehículo camuflado. En cuanto apareció el coche, en el que había dos personas, un agente que iba uniformado les dio el alto; sin embargo, obviaron las órdenes y, además, hicieron ademán de arrollar al agente, que tuvo que apartarse para no ser atropellado.

El equipo policial se lanzó en persecución de los furtivos, que huían realizando maniobras arriesgadas y peligrosas para los demás conductores hasta que consiguieron entrar en el poblado. Detrás iba el vehículo policial, pero no pudo continuar la persecución porque uno de los habitantes de O Portiño, con lazos familiares con los implicados, se echó delante del coche y los agentes tuvieron que detenerse para no llevarlo por delante.

Rodeados

Los integrantes de la Erpol se apearon entonces del coche para tratar de interceptar a los furtivos y decomisar las capturas que pudieran tener. Fue imposible. En seguida se vieron rodeados por una docena de personas que los increpaba y amenazaba de muerte, instigadas todas ellas por uno de los identificados por furtivismo, que está siendo investigado también por grupo criminal.

El altercado fue subiendo de grado hasta el punto que acorralaron a uno de los agentes -el que iba de uniforme- contra una pared y le arrebataron su defensa reglamentaria. Llegó a ser incluso agredido con ella por el instigador del grupo, que lo golpeaba en los brazos cuando el policía se protegía la cabeza. En ese momento salió su compañero, que iba de paisano, y se abrió paso entre los atacantes para rescatar al agente. Mientras ambos trataban de alcanzar el coche fueron de nuevo agredidos. Entonces ya eran más de medio centenar de personas las que hostigaban a los policías mientras el cabecilla de grupo los insultaba y pateaba, al tiempo que amenazaba a voz en grito con matarlos con sus propias defensas reglamentarias.

Como pudieron, lograron recuperar la porra arrebatada y alcanzar el vehículo camuflado, pero ni siquiera entonces cesó el ataque de lo que era ya un tumulto de personas, hombres, mujeres y niños, que golpearon reiteradamente el automóvil y lanzaron objetos diversos, causando daños al coche, como la rotura de un intermitente, la defensa e, incluso, la chapa, en la que quedó perfectamente marcada la huella de un zapato.

El resto de los agentes que formaban parte del operativo estaban a punto de intervenir, pero el jefe del equipo dio la orden de retirarse ante la presencia de niños entre el grupo.

Los policías encontraron a un mariscador ilegal escondido en una gruta marina

Una vez lograron salir del aprieto, los agentes atacados se reunieron con sus compañeros en el aparcamiento del paseo marítimo que está próximo al poblado y dieron con un saco de red que tenía percebe en su interior. Se supone que era el que había arrojado el que azuzó al poblado en contra de los policías, que lo arrojó a los matorrales para deshacerse de cualquier prueba. El producto fue decomisado y entregado a los vigilantes de la Cofradía de A Coruña, que colaboraron con los miembros de la Erpol.

Gritos de alerta

En esas estaban cuando escucharon desde el poblado alertar de que todavía había vigilancia a otro furtivo, que supuestamente integra ese grupo criminal que se está investigando. Esas advertencias pusieron a los agentes sobre la pista de que podía haber más personas en las inmediaciones, con lo que dieron una batida a pie por la zona y dieron con otro mariscador ilegal, que estaba agazapado en una cueva del litoral, ataviado con un traje de neopreno. Fue identificado y después abandonó el lugar sin que en esta ocasión se produjese altercado alguno.

Percebe decomisado

En el operativo se decomisaron 4,75 kilos de percebe, que fueron entregados a un centro benéfico. Los hechos fueron puestos en conocimiento del juzgado de guardia de A Coruña en un asunto separado de la investigación que se sigue contra ese grupo de personas por su supuesta pertenencia a grupo criminal.