Los dos marineros que naufragaron en Corcubión «colleron o salvavidas e tiráronse o mar» cuando el barco se hundía
SOMOS MAR
Yerno y suegro nadaron hasta el islote de Lobeira Pequena, donde los localizó y rescató el helicóptero Pesca I
27 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Marco Castreje Figueroa, de 25 años y natural de Muxía, y Francisco Trillo Casais, fisterrán de más edad, sobrevivieron a última hora de este jueves a un naufragio en la ría de Corcubión, en las inmediaciones de las Illas Lobeiras. Iban a bordo del Mar de Alma, una pequeña embarcación de apenas 6,10 metros de eslora que se dedicaba a las artes menores. Tenía su base en el puerto de Camelle, en Camariñas, si bien solía faenar por la zona.
El reloj marcaba las nueve y media de la noche cuando Gardacostas de Galicia envió al helicóptero Pesca I a ese archipiélago, la última zona de la que se tenía constancia sobre el paradero del pesquero. Por su parte, Salvamento Marítimo movilizó desde el Centro de Coordinación Fisterra al remolcador Don Inda. Fue otro barco, el Don Camarón, de Corcubión, el que comunicó que no habían regresado a puerto. Los propios familiares, según informa el 112, habían alertado a la Guardia Civil tras no saber nada de los tripulantes desde las seis de la madrugada.
Finalmente fueron rescatados por la aeronave a 200 metros de la Lobeira Pequena. El Don Inda, de Salvamento, también acudió por si fuera necesaria su intervención. Estaban en buen estado de salud, aunque fueron trasladados al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo y ayer ya se encontraban en sus casas sanos y salvos.
A las 22.20 horas ya había concluido la intervención, si bien en la mañana de ayer se retomaron los trabajos para tratar de localizar la lancha. El avión Sasemar 102 y el Don Inda confirmaron que no había restos de contaminación, si bien no hallaron a la embarcación.
Según relataron los propios marineros a los medios de emergencia que los auxiliaron, nadaron durante media hora tras volcar el pesquero. Desde la cofradía de pescadores de Camelle informan, tras poder hablar con los afectados, de que todo empezó porque un cabo se enredó en la hélice del Mar de Alma. Sin motor y con el viento arreciando, el agua comenzó a entrar por la popa. «Colleron o chaleco salvavidas e tiráronse o mar», explicaron desde el pósito.
Marco era el armador y ejercía, además, como marinero, mientras que Francisco, su suegro, defendía el cargo de patrón. Habían pasado apenas unos meses desde que adquirieron un barco que hasta ese momento se llamaba Sergio Joel, con base en Camelle.