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Aplausos para la idea de hacer más digerible el atracón de «pescado» de cada diciembre

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

STEPHANIE LECOCQ | EFE

La Comisión Europea y varios países de la UE comulgan con la idea de España, Portugal y Francia de cambiar la dinámica de los Consejos de Ministros de Pesca como el que ayer arrancó en Bruselas y fijar los totales admisibles de capturas para varios ejercicios, no solo para el año siguiente

11 dic 2022 . Actualizado a las 20:10 h.

A Luis Planas, ministro español de Agricultura y Pesca, no le cabe duda de que esos maratonianos Consejos de Ministros de Pesca que se celebran en diciembre para decidir los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas son «muy atractivos para mi trabajo y también para el suyo, como periodistas», confesó a los medios que esperaban en la mañana de un domingo la llegada de los ministros del ramo al edificio Justus Lipsius para empezar —sí, en domingo— a negociar las cantidades que se pescarán en el 2023.

Pero esos atracones de pescado que ocupan a los mandatarios hasta altas horas de la madrugada y que tanta expectación mediática despiertan no son tan emocionantes para los pescadores, que son más bien sufridores y necesitan una previsión menos cortoplacista. Precisan saber cuánto van a poder pescar el año que viene y sucesivos, para planificar su actividad empresarial durante varios ejercicios.

Eso es lo que ha movido a España, Portugal y Francia a proponer que se negocien las posibilidades de captura con un enfoque plurianual. «Este es el quinto año en el que estoy aquí presente como ministro de pesca afrontando las negociaciones de TAC y cuotas y la verdad es que todos los años tengo la impresión de que lo podemos hacer un poco mejor», expuso Planas ya ante sus homólogos de los Veintisiete. Mejor, no solo desde el punto de vista de la decisión que se toma, sino también pensando en armadores y pescadores. Por eso que, si se identifica «qué stocks pudieran ser objeto de una gestión de carácter plurianual», algo que tendrían que apuntar los científicos, «organizaríamos mejor el trabajo como ministros y daríamos una excelente noticia a los armadores y pescadores, que necesitan plantificar su actividad como empresarios que son».

Según la propuesta que firman Hervé Berville (Francia), María do Céu Antunes (Portugal) y el propio Planas, el diciembre que viene ya podría haber sobre la mesa una serie de poblaciones para las que se podría fijar una cuota para los dos o tres años siguientes, y no solo para el 2024. Eso daría pie, también, a no perder ni un solo kilo de cupo por el simple hecho de arrancar una hoja del calendario, puesto que las posibilidades que no se consumiesen en una campaña se pasarían íntegras al ejercicio siguiente.

Para la Comisión no es mala idea

El comisario de pesca, Virginijus Sinkevicius, no ve con malos ojos eso de fijar cuotas para varios años como han planteado Francia, Portugal y España a los ministros del ramo. Comparte que ese enfoque plurianual ayudaría mucho a la hora de mejorar la planificación empresarial y a la recuperación de los stocks. A fin de cuentas, ya se hace en el caso de las especies de aguas profundas, que se fijan por dos años. De hecho, desde el Ejecutivo comunitario ya se había planteado al ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) la pasada primavera esa posibilidad. Ahora bien, no todos pueden tener esa gestión. No los pequeños pelágicos, dijo. Ni los calamares. Pero sí podría probarse con poblaciones no compartidas y no sobreexplotadas.

Esa postura «abierta» de Sinkevicius, que, no obstante, señaló que hay que seguir trabajando en ello, también fue aplaudida por otros países, como Bulgaria, Croacia, Grecia o Italia. También encontró apoyos en el norte. Como Dinamarca o Alemania, pero en esas latitudes pusieron más el acento en la bendición de los científicos, que deben ser quienes determinen qué stocks podrían ser gestionados de forma plurianual y cuáles requieren que se fijen cada año. También aludieron a las fórmulas de flexibilización en caso de cambios en la situación de las poblaciones e, incluso, en la posibilidad que recoge la propuesta de trasvasar las cuotas sobrantes de un año para el otro de forma íntegra y no como hasta ahora que solo se permite un 10 %.

No solo Sinkevicius había pensado ya en fijar cuotas con más de un año vista. La conselleira de Mar, Rosa Quintana, que ha viajado a Bruselas para ver la negociación desde la barrera -la representación de las comunidades autónomas corresponde a Cantabria, no a Galicia- expresó su satisfacción por la propuesta tripartita que podría dar más estabilidad a las empresas armadoras. De hecho, recordó, es una demanda que ya ha hecho Galicia, como ha quedado plasmado en el dictamen sobre los cambios que requiere la política pesquera común (PCP) elaborado por el Consello Galego de Pesca. Quintana, que apuesta por definir los cupos para tres años, considera que «sería unha boa fórmula de funcionar» y puso en el foco la oportunidad que supone el hecho de que España estará en la presidencia de la UE en el siguiente Consejo de TAC y cuotas, el del 2023. Quizá eso permita cumplir el deseo que la flota gallega persigue en la nueva PCP. Que, por cierto, Quintana cree que debe revisarse, a diferencia de lo que pretende la Comisión.

Menos emoción, más seguridad

Por todo eso no es descabellado pensar en un cambio en la dinámica de los Consejos de Ministros de Pesca de diciembre. Menos emocionante, sí, pero, como expuso Planas, sería «una muestra de que nos modernizamos como el Consejo, de la misma forma que modernizamos al sector».

Pero eso será para el año. Este, todavía tendrá una noche en vela. Al menos esas son las previsiones de los ministros. Los más optimistas apuntan que el acuerdo saldrá en la madrugada del lunes al martes.