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La familia del superviviente ghanés del Villa de Pitanxo se instala en Marín

Marcos Gago Otero
marcos gago OPORTO / LA VOZ

SOMOS MAR

Ramón Leiro

Su mujer y sus cuatro hijos llegaron ayer a Oporto tras dos días de viaje

17 dic 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Emoción contenida y ojos humedecidos en el aeropuerto Saa Carneiro ayer por la tarde. Samuel Koufie, el superviviente africano del Villa de Pitanxo, que naufragó hace diez meses, el 15 de febrero pasado, frente a Terranova, pudo por fin reunirse con su familia. Fue un encuentro muy esperado por él, y la aventura de sus vidas para su mujer y sus hijos. Emilia, su esposa, acompañada de sus cuatro descendientes Evans (16 años), Samuel (13), Marcos (3) y Jonathan, de tan solo un año, emprendieron el jueves su particular odisea desde su localidad de residencia en la costa de Ghana, en el golfo de Guinea, para pasar la noche en Accra, la capital del país, y al día siguiente subirse a un avión que los trasladó a Casablanca en Marruecos. No hay vuelo directo desde Ghana hasta la península. Tras varias horas de espera en Casablanca, ayer por la mañana embarcaron en el vuelo con destino a Oporto, donde Samuel Koufie esperaba con ansia poder reunirse con los suyos, a los que no veía desde hace más de un año. Tanto es así que todavía no conocía al benjamín de la familia, nacido después de que él hubiera regresado a España para volver al trabajo.

Samuel no viajó solo al aeropuerto luso. Samuel y Ramona, los dos vecinos de Marín a los que considera sus padres españoles, no se atrevieron esta vez a hacer el viaje a Oporto, como sí lo hicieron a Santiago el día de su regreso desde Terranova sano y salvo después de haber sufrido un naufragio que se cobró 21 vidas. En su lugar, y en dos coches distintos para poder traer a Galicia a la familia y su equipaje, fueron tres amigos, entre los que se encontraba Julio Torres, que ha actuado como portavoz de Koufie desde que ocurrió la tragedia en Canadá.

A la puerta de llegadas de la terminal, los veinte minutos de espera se le hicieron interminables para Samuel, que no era capaz de disimular su emoción. Sin embargo, cuando vio a su esposa y a sus hijos no hubo abrazos, ni besos. No es lo común en su cultura y Samuel no quiso abrumar a los recién llegados con sus muestras de cariño.

Emilia, tímida y cohibida todavía por no saber desenvolverse en español, lo compensaba con una abierta sonrisa y con una frase en inglés: «Estoy contenta de estar aquí con mi marido». La semana del accidente, la noticia del naufragio, se emitió en los informativos de televisión en Ghana, pero como no dieron nombres de tripulantes, ella no vinculó el luctuoso suceso con el barco en el que estaba enrolado su marido. Solo lo supo por la llamada telefónica que el superviviente le hizo para comunicarle que estaba vivo.

M. G.

Reencuentro con su hijo menor

Samuel pudo por fin encontrarse cara a cara con su hijo Jonathan, con el que únicamente había tenido contacto por teléfono. El niño, con los ojos muy abiertos, se dejó coger en el colo por su padre. A su lado, el pequeño Marcos también se agarraba a su mano. Los mayores, más tímidos, se conformaban con mirarlo, seguros de que ahora tendrán mucho tiempo para compartir con su papi. Aunque la felicidad del reencuentro es grande, la alegría del africano no es plena. Como le ocurre todos los días desde hace diez meses, siente la falta de sus compañeros ausentes. Es diciembre y se acercan fechan muy especiales. Samuel quiere homenajear, aunque sea con unas sencillas palabras a aquellos que no va a olvidar y así mostrar también su apoyo y solidaridad con las familias de las víctimas del Villa de Pitanxo: «Estoy contento de estar con mi mujer y mis hijos, pero al mismo tiempo pienso en las familias de mis compañeros que no podrán hacerlo. Lo tengo siempre presente en mi corazón y quiero que sepan que no me olvido de ellos».

Samuel quiso agradecer a las autoridades españolas la sensibilidad que mostraron hacia su caso y, especialmente, la concesión de la nacionalidad, que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 11 de octubre: «Nunca me podré olvidar de ese día, porque me dieron la nacionalidad coincidiendo con el cumpleaños de papá». Papá es Samuel Gago, su padre español que ayer estaba «profundamente conmovido» por el reencuentro familiar.

Koufie también quiso agradecer la agilidad con la que se tramitó su expediente de solicitud de nacionalidad y dar expresamente las gracias al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la ministra de Justicia, Pilar Llop; al delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, y a la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, así como a los funcionarios que tramitaron su caso. Asimismo, quiso destacar la labor desarrollada por el embajador de España en Ghana y los responsables del departamento de visado que agilizaron todo para que la familia de Koufie pudiese estar en Marín por Navidad.

La familia se establece en Marín

La familia de Samuel viene para quedarse. Definitivamente. El superviviente del naufragio del Villa de Pitanxo quiere que su mujer y sus hijos estén con él. A su lado. Siempre. No es suficiente para una o dos llamadas al día, por muy largas que sean. Nada es lo mismo que la convivencia diaria. Su familia de Marín piensa lo mismo. Tanto, que para recibir a la familia les habían preparado una sorpresa en el que será su nuevo hogar: una flor de Pascua para Emilia sobre la mesa del comedor y cuatro tazas de desayuno, cada una con el nombre de uno de los niños. Bienvenidos a casa.