Mar abre a la mejilla 12 kilómetros que antes eran «santuarios» de percebe
SOMOS MAR

También permite extraer cría de mejillón en los puertos autonómicos y del Estado siempre que se solicite autorización
08 feb 2023 . Actualizado a las 10:00 h.Los bateeiros gallegos comenzaban a impacientarse al ver peligrar la campaña del 2024 por las serias dificultades que encontraban para hacerse con cría de mejillón para colgar en sus viveros. Las zonas que la Xunta se había comprometido ya el año pasado a abrir al comprobar que allí no había percebe no se daban liberado y la mejilla, no se sabe por qué ni por qué no, no abunda por la costa gallega. Los productores había dado de plazo a la Consellería do Mar hasta ayer para ver si reaccionaba y presentaba soluciones. Y lo hizo. Falta saber si serán válidas.
Por lo pronto, los bateeiros dispondrán de 130 kilómetros de superficie más de donde extraer la mejilla que necesitan. De ellos, 12 se corresponden con zonas de litoral de la provincia de A Coruña y Pontevedra (Aguiño, Baiona, Bueu, Cangas y O Grove) que el año pasado habían sido incluidos entre esos santuarios de percebe en los que se prohibió la extracción de cría de bivalvo. Supone, según explicó el director xeral de Pesca, Antonio Basanta, el 30 % de los espacios que tenían vetados.
Los otros casi 120 kilómetros habilitados para la obtención de cría corresponden a los espacios portuarios. Porque Mar permitirá recoger cría en sus puertos y en los del Estado, en todos aquellos en los que haya mejilla. Solo tendrán que pedir permiso a Portos o a la Autoridad Portuaria correspondiente y siempre que no se interfiera en la actividad portuaria ni suponga un riesgo en materia de seguridad.
La Xunta recalca que con la apertura de esas áreas los productores de mejillón «gañan uns espazos adicionais que suman por si mesmos máis superficie que o conxunto das zonas reservadas á explotación exclusiva de percebe», apunta la Consellería en un comunicado.
La apertura inmediata de esos 130 kilómetros a la extracción de cría forma parte de una batería de 12 medidas explicadas ayer por Basanta tras reunirse con el sector en la sede del Intecmar. Pero no todas son tan a corto plazo como esta. Descubrir a qué se debe esa menos disponibilidad de mejilla en el medio natural llevará más tiempo. Requiere estudios e investigación y eso es lo que se va a abordar dentro de ese paquete de medidas a los que se destinan dos millones de euros.
El director xeral de Pesca explicó que habrá que analizar cómo los cambios habidos en el cultivo de mejillón —con más frecuencia de cosechas— afecta a la extracción del recurso, por un lado, y estudiar qué puede estar afectando a la fijación de cría en las rocas, por otro.
Reducir la dependencia del recurso procedente del medio natural es otra de las líneas en las que se trabaja. Tanto para mejorar la captación de semilla natural como la producción de esta en hatcheries.
El Centro de Investigacións Mariñas (Cima) y el Cetmar (Centro Tecnolóxico do Mar) ya están analizando las poblaciones de semilla que hay en el litoral, mientras los drones de la Axencia Galega de Innovación cuentan la semilla que hay en las rocas y la Universidade de Santiago y el Cima intentan descubrir si la presencia larvaria influye en ese menor tamaño que se ha detectado en el mejillón que sale de las bateas. Eso, con la aplicación digital que se está desarrollando para tener un control de cuánto y de dónde se extrae la semilla, permitirá tener datos de un stock hasta ahora desconocido.
Las pruebas que están haciendo Cima y Cetmar para captar mejilla en el medio natural, los estudios de la Consellería do Mar para producirla de forma artificial —alguna ya crece en bateas— y las pruebas de selección genética para lograr reproductores de crecimiento rápido y resistentes es otra línea de investigación que se sigue.
Largo se lo fían a unos bateeiros que tienen un problema ahora y que consideran que las soluciones que presenta la Xunta constituyen casi «unha burla», apuntan fuentes del colectivo de mejilloneros, que se reunieron tras el encuentro en el Intecmar. No se han tomado nada bien que se les ofrezcan 120 kilómetros de muelles y puertos en los que, dicen, «deberon de contabilizar ata a caseta dos vixiantes» y que alardeen de que ahora los mejilloneros tienen más superficie para trabajar que las que les fue prohibida. «Que lles dean eses 120 kilómetros de Portos aos percebeiros. Non lles deran xa os de Langosteira?», sugieren en modo irónico.
A juicio del colectivo la Xunta está siendo ahora consciente del grave problema que ha generado al prohibirles la extracción en las zonas en las que había mejilla y no sabe cómo salir del entuerto. Ponen el foco en que las consecuencias socioeconómicas que tendrán las vedas que les han impuesto, porque «se nós temos a metade de cría a produción caerá á metade, pero tamén as depuradoras e os cocedeiros necesitarán a metade de xente».
Las asociaciones de productores quedaron emplazadas a una reunión para articular un calendario de protestas para exigir una solución a su problema.
