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El menor coste de la energía y del aceite de girasol no dan para bajar el precio de la lata de atún

ramón gonzález rey REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Martina Miser

El sector conservero ve «inviable» vender más barato el producto por la tendencia alcista de la hojalata y la competencia foránea

15 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un clásico de nuestras despensas por su sabor, calidad nutricional y versatilidad y, por ello, los consumidores miran con lupa todo lo que tenga que ver con el atún en conserva.

Con la guerra de Ucrania, como ocurrió con la inmensa mayoría de los alimentos, el precio del túnido enlatado se disparó, dependiendo de los casos con una variación interanual de entre el 15 y el 30 %. Así, una lata de 500 gramos de pescado en aceite de girasol pasó de costar 5,5 euros en marzo del 2022 a rondar o superar los 6,5 actuales. Pese que algunos de los problemas que originó el conflicto bélico se han subsanado, como el elevado coste de la factura de la luz o de algunas materias primas, las empresas gallegas ven difícil que puedan permitirse una bajada de los precios de venta al consumidor, porque el sector conservero se encuentra en una encrucijada: las ventas caen, algunos costes de producción se mantienen o suben y resulta difícil competir con las importaciones.

«Es cierto que aquella crisis de suministro que vivimos con la guerra de Ucrania se ha ido zanjando», explica Roberto Alonso, secretario general de la patronal conservera Anfaco. «Teníamos muchas dudas sobre el aceite de girasol pero la situación se ha aclarado», matiza. El óleo que mayoritariamente procede de Ucrania y Rusia tiene hoy un precio más bajo y más estable, aunque el coste del de oliva es más volátil por las sequías en el sur de España. Además, la energía está en precios similares a los de antes del conflicto bélico.

Sin embargo, resaltan desde el sector, otros insumos esenciales para la producción de las conservas no dejan de padecer los vaivenes de la inflación. «El precio de la hojalata sigue estando al alza», recuerda Dolores Otero, gerente de Conservas Dardo. «Y para nosotros es un producto muy importante. Dejando aparte la materia prima, es el segundo gasto productivo» en importancia, precisa. Alonso también apunta al aumento de los «costes salariales», debido a la revisión de los convenios laborales del sector.

Caída del consumo

Lo peor es que este contexto de incremento de los costes se ha visto acompañado de una caída del consumo de conservas, lo que genera un contexto «de incertidumbre y precaución», expone Roberto Alonso. El secretario general de Anfaco indica que «ha habido un descenso de las ventas para todo el conjunto de los productos pesqueros, de un 15,2 % al cierre del 2022. Los consumidores están mirando cada euro que gastan y el valor no compensa», manifiesta.

«Los costes están muy elevados y las ventas paradas y, en esta tesitura, bajar los precios es inviable», lamenta Otero, que achaca esta situación a «un desnivel de importes impresionante» a causa de la «competencia desleal. Fábricas como la nuestra hacen todo aquí: limpiado, envasado, etcétera. Y no podemos competir con lo que viene de Ecuador o China, donde las garantías laborales no son las de Europa», apunta. Pone un ejemplo: «Las ventas en el canal horeca [hostelería, restauración y cátering] se han desplomado. Tenemos que competir con atún ecuatoriano que viene en bolsa, de peor calidad, cuyas empresas pagan salarios mucho peores, y que está a la venta un 40 % más barato que un lomo trabajado aquí en Galicia», relata.

Así, Dardo «está cada vez fabricando menos formatos grandes y optando por una producción más gourmet. Nuestro trabajo está desapareciendo en parte y en otra reorientándose», apunta Otero, que insiste en que el «desafío es competir con el producto del exterior». «El Gobierno nos pide que estrechemos nuestros márgenes de beneficio, pero ya son pequeños», alega.

Anfaco opta por «seguir generando el máximo valor» y reitera su preocupación por lo que más da la lata a la conserva: «La llegada de productos procedentes de países con tarjeta amarilla por pesca ilegal». Por eso que «retirar los aranceles a Tailandia sería la puntilla», advierte Alonso.