La náutica internacional que se dirige al norte europeo recalará en las Rías Baixas

Los pantalanes de tránsitos de los puertos deportivos de las Rías Baixas hablarán más en inglés y francés en cuestión de unas pocas semanas, porque el fin del verano también empuja al norte al flujo de embarcaciones recreativas que bajaron en primavera, desde el norte europeo, y pasaron frente a las costas gallegas rumbo al Mediterráneo y Canarias. Puertos como Sanxenxo, Baiona o Portonovo, que en verano están copados fundamentalmente por tránsitos españoles, esperan la llegada de este flujo internacional que coincide, a la vez, con el repliegue de buena parte de las unidades recreativas españolas.

El presidente de Asnauga, Javier Ruiz de Cortázar, señala que la arribada de estas embarcaciones que izan pabellón foráneo es habitual en septiembre o principios del otoño porque sus propietarios se dirigen a sus bases de origen en la fachada atlántica europea. Galicia está ubicada de forma estratégica para una escala logística y si el tiempo todavía es lo suficientemente bueno, las rías aún pueden tentar a estos navegantes internacionales a recalar un poco más en sus aguas ante de seguir su periplo al norte.

El turismo vinculado a la náutica recreativa es un sector que ha crecido de forma espectacular en los últimos años, sobre todo a raíz de la pandemia del coronavirus. En playas como Silgar, en el frente marítimo de Sanxenxo, es frecuente poder ver en verano varios veleros fondeados por fuera de las balizas y que pasan allí todo el día. No solo en Sanxenxo, sino especialmente en las islas atlánticas, con especial interés por Cíes, como joya de la corona del Parque Nacional, y también en segundo lugar en Ons, los periplos de los veleros encuentran uno de sus motivos más relevantes para acercarse a la provincia en verano.

En otoño el panorama es muy distinto, pero muchos navegantes inciden en que con un tiempo estable, septiembre y la mitad de octubre todavía son meses atractivos para viajar por mar. De hecho, la temporada de regatas en las Rías Baixas no acabará hasta noviembre, lo que da una idea de las óptimas condiciones que encuentra este sector deportivo en el litoral pontevedrés.

Una de las cuestiones que también valoran mucho entre los navegantes extranjeros es la buena calidad de los servicios ofertados en los puertos.

El aumento de las esloras apunta a un mayor atractivo para los navegantes

La tendencia se ha convertido ya en un hecho habitual en los puertos deportivos de las Rías Baixas. Las embarcaciones, sea españolas o de pabellón foráneo, que recalan en nuestras costas son cada vez de mayor eslora. Es lo que explicó el contramaestre de Nauta Sanxenxo, Jesús Quintáns, cuando recientemente hizo una valoración de cómo estaba siendo la temporada náutica en su rada. El número de barcos con esloras que llegan a los veinte metros había aumentado en Sanxenxo y todo da a indicar que no es una moda sino una circunstancia que se repetirá en próximos años. Quintáns señalaba que la alta calidad de los servicios ofertados en la rada y la ubicación estratégica de Galicia, paso obligado de todos los barcos que transitan de norte a sur de Europa y viceversa, son claves en este resultado. «La mayor parte de los clientes de fuera nos trasladan su valoración sobre el servicio que se presta aquí, que es muy bueno», indicaba Quintáns, en su valoración estival.

Esta es la novedad que está dejando de serlo también en otros puertos de las Rías Baixas. Y la arribada de embarcaciones de mayor eslora implica también un mayor poder adquisitivo por parte de sus propietarios. El sector de la náutica recreativa ha encontrado en la provincia de Pontevedra un filón por descubrir y poco a poco sus posibilidades de navegación y la calidad de sus servicios se van abriendo paso en los círculos de navegantes del norte europeo. Se espera que este flujo turístico siga creciendo en los próximos años.

Javier Ruiz de Cortázar, presidente de Asnauga: «Si no llueve en septiembre, los gallegos seguirán navegando en fin de semana»

El sector de la náutica recreativa es uno de los que más ha crecido en el ámbito turístico en la costa en los últimos años y el 2023 registró un buen nivel de movimientos.

—¿Cómo se prevé este septiembre en las Rías Baixas para los barcos de pabellón español?

—Va a bajar porque acabó el verano, pero, si el tiempo aguanta un poco, los que son de aquí seguirán navegando. Ahora vendrán los tránsitos de vuelta, barcos extranjeros, a finales de septiembre.

—¿Por qué?

—Normalmente los tránsitos extranjeros que en primavera bajan al Mediterráneo o a Canarias, después suben en septiembre u octubre para sus puertos base en el norte de Europa. Yo calculo que en general la actividad en los puertos de las Rías Baixas va a bajar en septiembre con respecto al verano, pero creo que si el tiempo aguanta puede mantenerse bastante hasta octubre, salvo que tengamos algún problema con orcas,

—Precisamente, ¿cómo está siendo esta convivencia entre orcas y náutica recreativa este verano en la provincia?

—Este año hubo muy pocas interacciones en Galicia. Hubo muchas en el Estrecho, pero aquí hubo muy pocas con respecto al 2022. En Galicia debió haber solo cuatro o cinco.

—Entonces, ¿cuáles son sus expectativas para este mes? ¿Hasta cuándo estima que podrá hablarse de temporada náutica del 2023?

—Yo creo que la actividad de las embarcaciones gallegas se va a mantener siempre y cuando el tiempo también lo haga. Si empiezan las lluvias como otros años automáticamente la gente se olvida. Si el tiempo se mantiene relativamente bueno, seguirán viniendo en fines de semana o festivos. La gente no sale el mar si hace mal tiempo.

—¿Alguna característica diferente este verano frente a otras temporadas?

—Han aumentado un poco las esloras de los tránsitos. Hay más de demanda de plazas más grandes.

—¿Se quedan aquí los extranjeros?

—Lo que vamos a tener sobre todo son movimientos de subida. Seguirá habiendo extranjeros que se queden por aquí, pero en mucha menor medida. Nosotros en Portonovo tenemos comprobado que todos los años los barcos que en mayo o junio bajan los volvemos a tener como tránsitos en septiembre u octubre.

—¿Cómo suelen ser estos barcos?

—Casi todos son de vela. Este año en Portonovo hemos tenido un par de ellos de motor, que es una cosa rara, pero normalmente son de vela y suelen ser barcos de más de diez metros de eslora. Están en una media entre doce y quince metros de eslora,

—¿Qué banderas exhiben?

—Normalmente solemos tener mucho francés, inglés e irlandés. A veces aparece algún polaco, suizo o alemán, pero no son tan frecuentes.

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