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Pesca elabora con la ciencia una propuesta para que el pincho sortee las 87 vedas

E. Abuín, S. Serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Pepa Losada

Los biólogos ya disponen de los primeros datos de la huella de palangre y enmalle

26 nov 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

Cuando el ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) empezó a elaborar su informe sobre los ecosistemas marinos vulnerables (VME) —ese que después serviría a la Comisión Europea para prohibir la pesca de fondo en 87 áreas desde Cádiz al norte de IrlandaJosé Manuel González Irusta, científico del Instituto Español de Oceanografía, «era un novato». Un recién llegado a las reuniones de ese grupo del ICES con siglas endiabladas (WKVMEBM) que tenía la encomienda del Ejecutivo comunitario de localizar esos espacios de gran valor ecológico y hacer recomendaciones para su conservación. Y quizás por esa impericia le dolió más que el resultado se hubiese utilizado no dijo de forma fraudulenta, pero sí de forma errónea. «Pensábamos que estábamos generando recomendaciones para aplicarlas a las artes de arrastre», confesó ayer el biólogo del centro de Santander en la última sesión de las Jornadas de Celeiro, que ayer llegaron a su fin. Y, sin embargo, a pesar de las advertencias de los científicos de que el informe solo incluía la huella del arrastre, se extendió a todas las artes de fondo, incluidas las fijas.

Esa tábula rasa que hizo la Comisión forjó la contradicción de que precisamente el arte que Bruselas consideraba más sostenible fuese la más perjudicada por la prohibición de faenar entre los 400 y 800 metros de 87 zonas en las que había o podía haber esponjas, plumas, corales... Lógico, por otra parte, dado que al estar las vedas dibujadas sobre la huella del arrastre —y allí donde este actúa es casi imposible que haya «un campo de esponjas de profundidad»— no va a haber solapamiento entre la actividad económica y el hábitat que se debe proteger. Sin embargo, el palangre de fondo, tiene la «desgraciada cualidad de no deteriorar los hábitats vulnerables» cuando pesca. Es lo que explica que tras 30 años faenando en esas zona, las esas especies vulnerables sigan estando ahí. Pero precisamente por eso de que se da esa coincidencia entre zona de actividad y ecosistema sensible se acaba expulsando de 87 áreas al arte de pesca con menos impacto.

Primeros datos

González Irusta señala que el segundo informe del ICES sobre los VME deja mucho más claro que las recomendaciones solo se pueden extrapolar al arrastre. Anunció, además, que ya se tienen los primeros datos sobre distribución e intensidad del esfuerzo pesquero del enmalle y del palangre, gracias al grupo de investigación de Ulla Fernández-Arcaya y Antonio Punzón. Esto permitirá realizar una primera aproximación al impacto socio-económico de los cierres. Porque tampoco el Comité Científico Técnico y Económico de la Pesca (STEFC) dispone de datos válidos para medir de forma eficaz las consecuencias de las vedas.

Con toda la rabia que da que se ignore «a la ciencia pagada por la propia UE», González Irusta y el resto de su equipo en el IEO se han embarcados en un proyecto para asesorar a la Secretaría General de Pesca para evitar impactos inútiles como el que se ha causado al pincho. Se trata de elaborar una nueva propuesta para, manteniendo la protección sobre los espacios marinos vulnerables, se minimice el impacto sobre las artes de pesca. Se trata de delimitar, con la mejor información disponible, los puntos exactos en los que hay especies sensibles. De reducir el tamaño de las vedas y el área de exclusión. Algunos éxitos ya han tenido, pues se han eliminado zonas del golfo de Cádiz. Ahora hay que hilar más fino porque, de lo contrario, casi toda Asturias quedaría vedada.

Más cierres cada año por la mayor precisión al detectar nuevas áreas vulnerables

El investigador del IEO de Santander dejó claro que el palangre de fondo volverá a ser de nuevo el arte de pesca más afectada en la próxima revisión que realice la Comisión Europea. En cualquiera de los escenarios por los que se incline. Si elige la opción C, el pincho perderá un 10 % de horas de esfuerzo pesquero. Si escoge el E, el 30,4 %. El palangre de superficie siempre pierde.

González Irusta no es novato en las reuniones del grupo del ICES. Ya ha perdido la inocencia, esa que convierte a la persona en optimista. Por eso no se atreve a aventurar por qué escenario se decantará el Ejecutivo comunitario, si por el que pinta 104 cuadrados o el que acota 115 áreas. Porque «si antes nos ignoraban, ahora nos siguen ignorando pero con más sonrisas», comentó en Celeiro. Lo que sí sabe es que «marcha atrás no hay».

El científico, que frente a otros de sus colegas está convencido de que el arrastre puede seguir trabajando en los mares, advirtió que nadie se puede sentir libre (socioeconómicamente hablando) de estas vedas. Porque la revisión se va hacer cada año con las técnicas de detección actuales están apareciendo espacios marinos vulnerables, por lo que no se descartan nuevos cierres.