Xunta, Gobierno central y oposición se enzarzan en un cruce de reproches sobre la gestión del vertido
09 ene 2024 . Actualizado a las 04:45 h.Unos por los otros y las playas sin limpiar. Veinticinco días después de que trascendiese por este periódico la llegada de miles de pequeñas bolas de plástico —que no microplásticos— al arenal de Corrubedo se han organizado batidas oficiales de limpieza, con personal de Gardacostas y de Tragsa, distintas a las que hasta ahora estaban en manos de colectivos ciudadanos y voluntarios particulares. Pero el ruido de sables continúa. Gobierno, Xunta y oposición se han enzarzado en un cruce de reproches con los que desmienten algo en lo que todos ellos coinciden: que es hora de actuar y resolver el problema.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, solo un día después de haber hablado con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, recriminó al Gobierno central su falta de reacción: «La Xunta está trabajando; la oposición está en campaña con este asunto y nada más que en campaña y el Gobierno acaba de aparecer». Insistió en que la primera información oficial que recibieron tiene fecha del 3 de enero, no del 20 de diciembre, como sostiene el Ejecutivo. Además, si así fuese, también sería cuestionable que la vicepresidenta tercera no haya llamado hasta el día 7. «De lo que se trata es de que todos colaboremos», dijo Rueda, que pondrá todos los medios y aceptará toda la ayuda que pueda llegar. «El que quiera ayudar que ayude y el que no, que estorbe, como están haciendo los partidos de la oposición en Galicia», respondió a la pregunta de si iba a elevar el nivel de la alerta por contaminación.
Por ahora sigue en el 1, el más bajo del plan Camgal, según explicó el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, que se subió en Vilagarcía al remolcador Sebastián Ocampo. Dijo allí que se han desplegado 200 operarios, a los que se sumará más personal el los próximos días, al tiempo que reprochó que el Gobierno central haya tardado 14 días en facilitar la información sobre la pérdida de la carga del barco en aguas portuguesas, que conocía desde el día 20.
En A Coruña, la líder del BNG, Ana Pontón, insistió en equiparar el episodio contaminante con el vertido del Prestige y acusó a la Xunta de seguir la misma estrategia que entonces: «Primeiro negar o problema, intentar ocultalo, minimizalo e logo, ir por unha vía que é ir pola vía do intento da manipulación pública». Pontón devolvió a Rueda los reproches de falta de reacción que este hace al Gobierno central: «Tivo que pasar case un mes, para que o presidente en funcións fale dun asunto que está preocupando a miles de cidadáns no noso país».
En X (antes Twitter), el ministro de Transportes, Óscar Puente, colgaba una información que el portal Somos Mar publicó el 13 de diciembre sobre la llegada de las bolitas blancas que supuestamente tendría que haber leído el Ejecutivo gallego.
El secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, instaba en A Coruña a la Xunta a que «deixe de mentir e ocultar o que está a pasar» respecto a la contaminación por pélets de la costa gallega, evocando también el pasado negro que esta atesora.